Una parte de los agricultores que, durante la jornada del miércoles, llegaron con una marcha lenta a Barcelona han iniciado, en las últimas horas, el camino de regreso a casa. Después de pasar la noche en la Gran Via y la Diagonal, un grupo de agricultores se han encaminado hacia las principales vías de salida de la capital catalana. En paralelo, otro grupo de manifestantes se dirigen hacia el Parc de la Ciutadella para reunirse con Anna Erra, presidenta del Parlament.
Según informa la Guardia Urbana, la columna de manifestantes de Gran Via hará el recorrido desde la calle Roger de Llúria hasta el Parc de la Ciutadella, pasando por el Passeig de Sant Joan. Anoche, una delegación de los agricultores fue recibida por el presidente Pere Aragonès y el consejero de Acción Climática, David Mascort. El máximo responsable del departamento ha instado al campesinado a reunirse en diez o quince días para realizar un "análisis concreto" del sector.
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Mascort ha subrayado que las reivindicaciones son "absolutamente justas" y ha apuntado, por ejemplo, que los precios "no son justos", la burocracia "les ahoga" o "cuestiones que políticamente decidimos y funcionan, después se tropiezan por el camino". Las entidades les entregaron un documento unitario con 53 propuestas. El conseller y el Govern se han comprometido a analizarlas y mirar cómo hacer para que el campesinado se pueda "ganar mejor la vida", ya que pasan "momentos muy complicados".
Preguntado sobre si los agricultores les habían trasladado alguna propuesta sobre la gestión de la sequía, competencia directa del Govern, Mascort ha dicho que "no hay una demanda concreta" al respecto, aunque uno de los puntos del manifiesto habla del agua. A su vez, los sindicatos valoraron positivamente el encuentro, aunque reconocen que no ha satisfecho a todo el mundo. Las protestas de las últimas semanas en Francia han precipitado el calendario de movilizaciones, que debe culminar con gran manifestación en Madrid el 21 de febrero. Las asociaciones agrarias también están preparando acciones en la frontera con Francia, Port de Tarragona y Mercabarna el 13 de febrero.
Aparte de los costes de producción desmedidos y los graves efectos de la sequía, una de las gotas que ha colmado el vaso ha sido la obligatoriedad de presentar un cuaderno de campo digital, una exigencia de la Unión Europea que el sector considera que el gobierno español ha "centrifugado" el coste de esta digitalización a los productores. En este documento deben quedar unificados los registros existentes de información agraria y es indispensable para acceder a las ayudas europeas. Otras reclamaciones del colectivo son acabar con los abusos que sufren los pequeños productores obligados a vender por debajo del precio de coste.