El Banco Central Europeo (BCE) señala que las medidas para frenar el aumento de los precios de los alimentos serán insuficientes a corto plazo, puesto que diversas materias primas son difíciles de sustituir de forma rápida. En un informe publicado, la entidad sostiene que algunos de los altos precios se mantendrán hasta el año 2023, siendo las importaciones de grano, aceites de semillas y fertilizantes los productos más afectados. Para reducir la presión sobre los precios de los alimentos, el BCE apunta a que algunos pueden ser suministrados por otras regiones como Latinoamérica o bien que la zona euro aumente sus cultivos. Asimismo, el organismo monetario advirtió de que la UE se enfrenta a "riesgos cada vez mayores" en el suministro de energía.
En materia de alimentación, la entidad ha señalado que, en otros momentos de subida de precios alimenticios, se produjeron ajustes económicos donde la inflación tendía a moderarse a medio plazo. En esta ocasión, se espera que la inflación se mantenga alta en los próximos meses a pesar de las medidas para hacerle frente.
En este sentido, el BCE recordó que el Índice de Precio de Consumo (IPC) de los alimentos alcanzó un nuevo récord histórico en la Unión Europea el pasado mayo, con una variación del 7,5%. Los alimentos, que suponen un 20% de la cesta de la compra de los europeos, son uno de los principales impulsores de la inflación general en el continente.