El Banco Central Europeo (BCE) afronta este jueves una nueva reunión —la última del año— con una nueva rebaja de los tipos de interés sobre la mesa. Tras haberse estabilizado la inflación en torno al objetivo del 2% a finales de este 2024, la entidad se plantea mantener el relajamiento de la política monetaria para evitar un mayor retroceso de la economía en la eurozona, especialmente después de una revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento por parte de organismos como la Comisión Europea. El gobernador del Banco Nacional de Austria y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, Robert Holzmann, señaló en una entrevista que veía "concebible" una reducción de 0,25 puntos —sería la cuarta desde junio— respecto al tipo actual del 3,25%.
Aunque la tasa de inflación ha experimentado un ligero repunte durante este último trimestre, tal como pronosticó el banco central, la presidenta de la institución, Christine Lagarde, también señaló la semana pasada que "la batalla" contra el incremento de precios "está cerca de cumplirse". "Todavía queda trabajo por hacer, pero tenemos el objetivo a la vista", indicó en una audiencia ante el Parlamento Europeo.
Para Lagarde, "la senda de los tipos está clara"
A diferencia de Holzmann, sin embargo, Lagarde no se atrevió a adelantar acontecimientos y adoptó una posición más conservadora, en línea con sus declaraciones habituales. "La senda de los tipos está clara, es a la baja, y continuará bajando; pero ¿a qué ritmo? Eso no lo puedo decir", dijo a los eurodiputados. De nuevo, la dirigente francesa repitió uno de sus mantras habituales y señaló que el Consejo de Gobierno de la entidad actúa "reunión a reunión" y toma sus decisiones "teniendo en cuenta los datos". En este sentido, reiteró que la tasa de inflación se acercará nuevamente al objetivo del 2% a lo largo de 2025, dejando atrás un aumento en los precios que, de media, en 2024 se calcula que se situará en el 2,5%.
El BCE presentará nuevas previsiones económicas para la eurozona
Coincidiendo con el anuncio de la actualización de los tipos, el BCE presentará nuevas previsiones económicas para la eurozona. Las últimas se publicaron el pasado mes de septiembre y ya apuntaban a una mejora de la economía menos acentuada respecto a lo previsto inicialmente. De hecho, Lagarde ya expresó en su último encuentro con el Parlamento Europeo que el crecimiento económico sería "más débil a corto plazo", en buena parte debido a una desaceleración del sector servicios y a la "continuada" contracción del sector manufacturero.
Aunque la entidad se muestra más optimista de cara a 2025, donde prevé una recuperación más acelerada que el año anterior, también advierte que las perspectivas a medio plazo siguen siendo "inciertas". Para Lagarde, los riesgos geopolíticos siguen siendo "elevados" y existen "crecientes amenazas al comercio internacional", entre ellas la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.