El Banco Central Europeo (BCE) afronta este jueves una nueva reunión con otra rebaja de los tipos de interés en el aire, poco después de una reducción de 0,25 puntos que situó el precio del dinero en el 3,5%. Si bien la postura de la entidad es la de evitar avanzar acontecimientos, la presidenta Christine Lagarde indicó en septiembre ante eurodiputados que el camino para que la inflación vuelva al objetivo del 2% continúa. "Los datos dicen que se alcanzará de forma sostenida y lo tendremos en cuenta en la próxima reunión", dijo, dejando abierta la puerta a una rebaja. Con la decisión también se buscará evitar la desaceleración económica, y más después de que se revisara a la baja la previsión de crecimiento de la eurozona para 2024 hasta el 0,8%.
Según los últimos datos publicados por Eurostat, la inflación en la zona euro durante el mes de septiembre fue del 1,8%. Es la primera vez desde mediados de 2021 que la tasa se situó por debajo del objetivo del BCE del 2%, dejando cada vez más atrás el encarecimiento de precios impulsado por la energía a raíz de la guerra de Ucrania.
Si bien desde el banco central advierten que la inflación experimentará un breve repunte a finales de este año por el efecto base de los precios de la energía, la cifra cercana al objetivo del 2% es un argumento a favor de una rebaja de los tipos.
Es la primera vez desde mediados de 2021 que la tasa se situó por debajo del objetivo del BCE del 2%
También juega a favor de la reducción del precio del dinero la evolución de la economía de la eurozona, que se prevé positiva pero frenada en algunos países como Alemania. Una reducción de los tipos buscaría aliviar la presión e incentivar la inversión, contribuyendo nuevamente a una reactivación de la actividad.
En caso de que el BCE optara por una rebaja, los analistas financieros señalan que esta sería una vez más de 0,25 puntos, dejándolos en el 3,25%. En las dos anteriores rebajas, la entidad también optó por esta velocidad, dejando cada vez más atrás el tipo del 4,5% que se llegó a alcanzar en septiembre de 2023, justo cuando la inflación en la eurozona se encontraba en máximos históricos.