Hace más de una década que las Islas Canarias decidieron apostar por un colectivo floreciente, aunque todavía minoritario, aprovechando no solo su experiencia en acoger turismo sino también en construir experiencias. Y pasaron de recibir perfiles internacionales en los meses de julio y agosto a generar una comunidad que decidía pasar estancias (cortas, medias o largas) trabajando desde un lugar agradable en lo meteorológico, asequible en lo económico y diverso en lo gastronómico, cultural y orográfico.
Justo tras el primer confinamiento, muchas personas residentes en grandes ciudades pero originarias de urbes más pequeñas decidieron que no valía la pena sacrificar su vida personal por su carrera profesional. Habían demostrado que la tecnología les permitía ser eficientes, independientemente de dónde se ubicaran físicamente. Y, en caso de volver a vivir una situación extrema, pretendían estar cerca de sus seres queridos. Para ayudarles si era necesario o simplemente para abrazarles cuanto tuvieran ese impulso.
Fue por este motivo, unido a la generación de un ecosistema de startups floreciente y a una legislación tendente a la atracción de talento digital, por el que Málaga se convirtió en la localidad cuyo censo se incrementó en mayor medida en España entre enero y diciembre del año 2020.
No deja de ser curioso que estos parámetros sean similares a los de la Comunidad Valenciana, tanto en generación y creación de empresas innovadoras como en visibilidad externa por parte de otros países. Y, sin embargo, apenas se haya puesto en marcha iniciativa alguna en este sentido a nivel territorial en una región que ofrece playas, montañas, viñedos, colivings, coworkings, instalaciones mirando al mar, asociaciones y hasta grandes eventos constantes.
Esta semana se ha celebrado el Workshop ‘Alicante, destino de Teletrabajo y Nómadas Digitales’, la evolución del congreso celebrado en 2021 en el que han estado presentes todos los agentes relacionados con la búsqueda de una nueva economía. Aquella que debe englobar turismo, ocio, talento digital, nuevas compañías, formación, financiación, infraestructuras y Real State.
Es precisamente por este motivo por el que más llama la atención que no exista una estrategia general desde una Generalitat Valenciana que apuesta mucho por la Digitalización y la Inteligencia Artificial pero no pone todas las facilidades al alcance de las personas interesadas en incorporarse a estos mercados.
Las compañías que aterrizan en territorio valenciano no encuentran el talento que necesitan a corto plazo y lo acaban subcontratando en remoto, con lo que se frena la subida de empleos y de tributos
Sigue existiendo un escalón grande entre las carreras (incluso las STEM) y la realidad laboral. Ha sido noticia esta semana la apertura del primer Coliving en la ciudad de Alicante, cuando la demanda de este tipo de espacios está muy por encima de la oferta. En muchas ocasiones, las compañías que aterrizan en territorio valenciano no encuentran el talento que necesitan a corto plazo y lo acaban subcontratando en remoto, lo que supone una merma de subida de empleos y de tributos. Y, hasta ahora, el sector de las familias nómadas apenas se ha planteado dar el salto por la escasa posibilidad de encontrar colegios y comunidades internacionales permanentes.
Aun así, la Comunidad Valenciana ha sido pionera en la implantación a modo de prueba de la semana laboral de cuatro días. Presenta una de las mayores cifras de teletrabajadores en España. Todavía se encuentra por debajo de los precios que supone vivir en Madrid o Barcelona. Y, aunque dispone de aeropuertos internacionales, sigue peleando por tener una amplia red de medios de transporte rápidos y no contaminantes en un momento donde las nuevas generaciones tratan de compensar al máximo su huella de carbono.
La iniciativa de Alicante es clave en un momento en el que España está planteando ofrecer visados digitales a corto plazo. Pero, si no consigue arrastrar al resto del territorio, corre el riesgo de convertirse en una nueva acción aislada, en lugar de generar una enorme oportunidad de presente y de futuro.