Bob Chapman, el magnate -¡uy, perdón! Seguro que él rehuye este término- el empresario del holding Barry-Wehmiller, cuida a los 11.000 hijos de su mejor amigo, es decir, a sus propios trabajadores. El empresario de St. Louis ha puesto en práctica en su conglomerado de 115 compañías "el liderazgo humano y paternalista" que defiende como la mejor manera para que crezcan sus empresas. Entre el capitalismo de la inclusión y el de la conciencia ha discurrido la charla que Chapman ha dado este jueves en el Foro de Recursos Humanos de Foment del Treball, con cerca de 200 empresarios, ejecutivos y directivos que se han mostrado abiertos a la necesidad de cambio en los liderazgos empresariales.
"El liderazgo consiste en proteger la vida de nuestros trabajadores y demostrar que nos importa quiénes son y qué hacen", expone Chapman para argumentar que todos queremos lo mejor por nuestros amigos y ellos quieren lo mejor para sus hijos, "¡pues imaginémonos que nuestros trabajadores son los hijos de nuestros amigos! ¡Empatizamos con ellos y hagámoslos felices! Ellos trasladarán la felicidad a su entorno, a sus familias, y volverán contentos a trabajar".
Chapman, contable de profesión y heredero desde 1975 del conglomerado que inició su padre, se presenta como un líder hecho a sí mismo: "Nadie me enseñó a cuidar a las personas, sólo a gestionar equipos, y me di cuenta de que el propósito real del capitalismo es dar dinero cuando lo que necesitan las personas es ser conscientes de que son importantes para los demás".
Esta máxima centra la obra de Chapman Everybody matters (Todo el mundo es importante), libro del que es coautor con Raj Sisodia, profesor de negocios globales en F.W. Olin e impulsor del capitalismo consciente.
Nuevos liderazgos
El presidente de la patronal, Josep Sánchez Llibre, reconoce que el siglo XXI "nos trae nuevos liderazgos, empresas diferentes, nuevas fórmulas de relaciones laborales y humanas entre el capital y sus trabajadores" y admitió que las tesis de Chapman se acercan mucho a los nuevos horizontes empresariales que defiende Foment.
¿Qué mejor para afrontar el futuro que saber más de un empresario que factura 3.000 millones de dólares anuales, mantiene un crecimiento progresivo y constante del 14% año tras año, y presume de no haber despedido nunca a nadie? "Se nos conoce más por nuestra cultura empresarial que por lo que producimos", ha dicho el líder de Barry-Wehmiller, proveedor global de tecnología y servicios de fabricación. "De hecho, nuestro producto son nuestras personas", ha añadido, después de comparar su empresa con un Ferrari. "El motor sería la estrategia del grupo, y el combustible, nuestra cultura empresarial".
Un empresario que factura 3.000 millones de dólares anuales, mantiene un crecimiento del 14% y presume de no haber despedido nunca a nadie
Y siguiendo con el mundo del motor, Chapman ha explicado que reconoce la buena tarea de sus empleados con diferentes fórmulas. Una es la cesión durante unos días de un deportivo descapotable, una forma más de demostrar que "el trabajo bien hecho es el principal elemento de la felicidad". Son ideas que le surgen de las experiencias de su día a día como padre de seis hijos o después de ir a misa con su mujer. Salen de su entorno familiar y es así también como ve a sus empresas, como una gran familia.
Chapman se ha referido a varios estudios realizados en Estados Unidos para demostrar que el 88% de las personas cree que trabaja para una empresa que no lo valora; que el 74% de los trabajadores sufren ansiedad y estrés y que ya es una enfermedad crónica en muchos casos. Y se ha preguntado: ¿por qué no pueden ser divertidas las empresas? La respuesta la da desde Chapman&Co Leadership Institute.