Brexit: llegó la hora

Los cambios por la salida del Reino Unido de la Unión Europea no serán efectivos hasta el año que viene, cuando se acaba el periodo transitorio

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, firma el divorcio con la UE | Europa Press
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, firma el divorcio con la UE | Europa Press
Barcelona
31 de Enero de 2020

Ha llegado el Brexit y no ha pasado absolutamente nada. És l'hora dels adéus sonaba a capela en el Parlamento Europeo después de la votación que aprobaba el divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea. A pesar del dramatismo de las imágenes, los cambios que provocará el Brexit no serán efectivos hasta el 1 de enero de 2021, cuando ya se habrá terminado el periodo transitorio de 11 meses en los que los británicos tendrán que pactar desde cero su relación con los 27 Estados miembro. El precio que tendrá todavía se desconoce, pero las teorías sobre el coste económico del Brexit son muchas y diversas. Eso sí, depende de si acaba habiendo acuerdo o no. La Conselleria d'Empresa i Coneixement calcula que en el peor caso, el impacto económico para Catalunya será de 2.000 millones de euros en cinco años. El comercio será el sector más afectado, con nuevos aranceles y normas aduaneras que pueden entrar en escena.

"Por si acaso, recomiendo no tener mercancías en tránsito en aquella fecha: no sabemos qué pasará a efectos físicos ni legales", indica Jordi Andreu Solé, jefe de Inspección de Aduanas e Impuestos Especiales de Hacienda en Catalunya. Durante una jornada organizada por el Colegio de Economistas de Catalunya, el segundo ponente, Xavier Ferrer, presidente de la comisión de Economía Internacional y Unión Europea del colegio, recuerda que "se va un país importante; representa más o menos un 15% del PIB total de los Estados comunitarios". Los dos expertos coinciden en que quienes salen perdiendo más en el ámbito comercial, son los británicos.

"Salgan ordenadament o sin acuerdo, el más perjudicado es Reino Unido, que tiene una relación comercial con la Unión Europea del 50% de las exportaciones", según Ferrer. Y Solé añade: "Tendría que preocupar fundamentalmente a los británicos, porque el comercio europeo hacia Reino Unido sólo representa un 15% del total". De hecho, la relación comercial que tendrá el país con la UE una vez haya salido se tendrá que concretar durante 2020. Mientras que los Estados comunitarios sólo tendrán que pactar un nuevo tratado, Reino Unido tendrá que hacerlo 27 veces, con unos parámetros, ritmos y permisividad diferentes en función de cada país.

Un tercer país

Haya o no acuerdo comercial en estos 11 meses, Reino Unido pasará a ser un tercer país a todos los efectos, pero "de los que tendrán peor relación con la UE", considera el representante de la Agencia Tributaria, puesto que "Bruselas tiene pactos con todos los socios comerciales, pero con los británicos no hay nada establecido; se tiene que empezar de cero". Y esto no sólo pasará con la circulación de mercancías, sino también con las personas, la seguridad alimentaria, los impuestos, los movimientos de dinero en efectivo, de animales de compañía, el tax free...

La lista es larga y densa, con tantas excepciones y elementos que hay que tener en cuenta como supuestos existen. En el caso de que no haya un acuerdo, la consejera de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, asegura que el impacto económico que tendrá el Brexit para Catalunya será de unos 2.000 millones de euros en cinco años. Esta cifra tiene en cuenta las principales afectaciones: exportaciones, turismo y universidades. Sin embargo, Ferrer cree que "no supondrá un descalabro para la economía catalana".

Mientras que los Estados de la UE sólo tendrán que pactar un nuevo acuerdo comercial, Reino Unido tendrá que hacerlo 27 veces

En el caso del conjunto del Estado español, a estas consecuencias hay que añadir el incremento de la aportación a los presupuestos de la UE. Según recuerda Ferrer, de entre los 9.000 y 10.000 millones de euros con los que contribuye Reino Unido, el Estado español tendrá que asumir unos 880 millones. Más allá de esto, considera que los efectos "no tienen que ser muy grandes, puesto que las exportaciones hacia Reino Unido son un 9% del total".

Más control, más lentitud

"En el puerto de Dover hay actualmente colas de 25 kilómetros de camiones para despachar; los que provienen de países terceros tardan 20 minutos en completar el trámite y a partir de ahora, todos serán de países terceros", indica Solé. La lentitud del transporte de mercancías que tienen que entrar o salir de Reino Unido es una de las consecuencias que marcará a las empresas importadoras y exportadoras. La documentación que se tendrá que aportar en las aduanas y los aranceles que se tendrán que pagar retrasarán el proceso y encarecerán el precio final.

Los productos perecederos, con especial peso en los sectores de la alimentación y el farmacéutico, pueden llegar a echarse a perder con el alargamiento de los trámites y los tiempos de transporte. El experto avisa de que, además, los productos serán más caros y la tramitación se complicará mucho: "Hasta ahora sólo se tenía que atender al transporte y emitir una factura; el coste del producto era el precio de venta". Ahora, añade, habrá gestiones previas y posteriores al movimiento. Uno de los costes extra que tendrán las empresas es la contratación de un representante de aduanas, aparte de un IVA más elevado y los impuestos especiales que se puedan aplicar.

La documentación que se tiene que aportar en las aduanas y los aranceles que se tienen que pagar retrasarán el proceso y encarecerán el precio final

Las devoluciones del IVA soportado serán mucho más complicadas, igual que las autorizaciones necesarias por los regímenes aduaneros especiales: "Actualmente valen para toda la UE porque en 2013 se uniformizaron, pero ahora no habrá un reconocimiento mutuo de autorizaciones", dice Jordi Andreu Solé. Y una consideración más: las mercancías de retorno. Solé asegura que las máquinas se pueden reimportar habiendo hecho una comprobación de que es la misma que se entró al país y que está en el mismo estado: "¿Qué pasará con las máquinas que han entrado sin este control y ahora se quieren sacar de Reino Unido? Se tendrá que convencer al funcionario de la aduana".

¿Qué pasa con las filiales catalanas en Reino Unido?

Caixabank, Grifols, Abertis y Puig sólo son cuatro de las 425 empresas catalanas que tienen una filial en Reino Unido. Y Northgate y Vodafone son dos compañías británicas de las 500 que cuentan con una filial en Catalunya. ¿Qué pasa con todas estas? Otra vez, incertidumbre. Pero Solé tiene cinco consejos para las firmas que se vean afectadas por el divorcio, que tienen algún tipo de negocio o contacto con Reino Unido. El primero va dirigido a las empresas que comercian: "Pedid el EORI, el número de registro e identificación asignado por una autoridad aduanera, que facilita los trámites".

A pesar de que Acció, la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat, ha puesto al servicio del tejido empresarial la Finestreta Brexit, nunca es excesivo rodearse de personal experto y hacerse con los medios técnicos adecuados. Este es el segundo consejo de Solé: "Estad al día con los sistemas informáticos de la aduana, tenedlo todo digitalizado". Además, es muy importante conocer la operativa y analizarla para adelantarse a posibles imprevistos; es el tercer consejo.

El cuarto también se engloba en el conocimiento: "Revisad los contactos, tened muy claro quién es el importador y quién el exportador; qué papel juega cada uno". Y el último, con el que empezaba: "Intentad no tener mercancías en tránsito en la fecha del Brexit". De los próximos 11 meses dependerá la relación comercial de Reino Unido con sus hasta ahora socios europeos para los próximos años.