La primera ministra británica, Theresa May, explica este martes los detalles de su plan por el Brexit. Este pasado mes de junio, los ciudadanos del Reino Unido han decidido en referéndum, con un 51,9% de los votos a favor, abandonar la Unión Europea (UE). Con este resultado, se inicia un proceso relativamente largo (de dos años) de retirada del Reino Unido de las instituciones europeas con el que la UE pierde un socio económico y diplomático importante, un negociador fuerte con los Estados Unidos, pero también una piedra al zapato que le ha puesto trabas al camino.
El día siguiente del referéndum por el Brexit, el Íbex se dejó un 12% a la bolsa, mientras que el índice británico sólo cayó un 3%. Es por eso que la salida del Reino Unido tendrá, a buen seguro, consecuencias geopolíticas y económicas pero, cuáles? Los escenarios posibles aceptan muchas variables.
Una salida consensuada?
La gran pregunta ahora mismo es qué rumbo tomarán las negociaciones por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. De momento sólo se conocen las líneas rojas de May: control sobre la inmigración y no estar sometidos al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, cosa que la cancillera alemana, Angela Merkel, no permitirá. Por lo tanto, es probable que el Reino Unido abandone el mercado único después de las negociaciones. Parece que nos abocamos a un Brexit llevar.
Àngel Castiñeira, profesor titular del Departamento de Ciencias Sociales de Esade y director de la Cátedra Liderazgos y Governança Democrática de Esade, explica las posibilidades que se presentan. Castiñeira apunta cuatro opciones en clave amigable u hostil. Dependiendo del modelo, el país podría acabar teniendo un acuerdo tipo la Asociación Europea del Libre Comercio (EFTA), ser cómo Suiza o Turquía. La opción de una salida amigable con más integración europea que comportaría proximidad y acuerdos tipos Noruega crearía, según el profesor, un precedente en Europa que podría convertir la Unión en "el mercado de Calaf". Manteniendo el Reino Unido de manera transitoria o permanente dentro de la unión aduanera requeriría acuerdos específicos o similares a los de la EFTA (y mucho más de dos años de negociaciones).
La segunda opción podría ser una salida hostil, pero que comportara más integración europea: " habría consecuencias malas por el Reino Unido, porque si adentro de la Unión Europea llueve, afuera diluvia", bromea el profesor.
La tercera opción comporta el inicio de la desintegración europea y que la marcha amistosa del Reino Unido sea el pistoletazo de salida (o de gracia) a la institución mientras este país sale beneficiado. Finalmente, la última opción es una salida hostil de la UE y la desintegración de esta: "Una opción donde todo el mundo pierde y el Reino Unido también se desintegra", apunta.
Cómo hemos llegado hasta aquí?
Por su parte, Francesc Xavier Mena, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade y catedrático de Economía de la Universitat Ramon Llull, recuerda que "cuando Inglaterra era un imperio global, Alemania era una unión aduanera, y esto es al alma de los británicos". Repasando la relación entre el Reino Unido y el resto de países e instituciones de Europa, el profesor explica que "desde la caída del Imperio británico a partir de los acuerdos de Bretton Woods con los criterios americanos -igual que con los criterios comerciales-", la relación con Europa ha sido turbulenta".
El economista recuerda que "cuando Francia y Alemania crean la unión del carbón, De Gaulle decía que no quería lo Reino Unido al Tratado de Roma", y de hecho tuvo que morir porque el país entrara a la UE. Un tiempo más tarde, Margaret Tatcher decía que sí a la Unión, pero con el tratado de Maastricht, su opinión cambió. La Dama de hierro creía que todos sus problemas "han venido del Europa continental y las soluciones de las naciones angloparlants". Según recuerda Mena, Tatcher afirmaba que "he subido a la Unión Europea porque es más fácil parar un tren desde la máquina que desde las vías".
Las "trabas" a la Unión por parte de la diplomacia de Londres se han sucedido. Precisamente el Reino Unido fue el instigador de la ampliación por el Este de laUnión , "una ampliación complicada", según Mena. "Y ahora que han envuelto la troca, se van", bromea.
Es por eso que está claro que la relación entre Europa y los ingleses no ha sido nunca fácil. Y quien dice Europa, dice, en muchas ocasiones Alemania: "Los alemanes creemos en la armonización regulatoria y los ingleses, en la libre competencia", explica Mena, como ejemplo de las tensiones entre los dos países. Y es que Merkel vigila. "Los ingleses se han pasado 1.000 años cambiando el mundo, pero ellos no han aceptado cambiar ni un milímetro de sus costumbres", sentencia Mena.
Nostalgia del imperio
Según el profesor en economía, los británicos echan de menos su antiguo Imperio. Actualmente el principal socio comercial de las antiguas colonias inglesas es la China: "Mientras el Reino Unido exporta el 4% en la China, Australia exporta el 20%, el puerto de Pakistán domina su puerto y construyen autopistas para acceder en Bangladesh". Por este motivo avisa que "si quieren volver atrás, que se compren el British Empire porque la realidad actual y futura no es como era antes".
En cuanto al movimiento de personas y la inmigración, Dirige cruz que no sufren por las consecuencias del libre movimiento de personas, porque sólo a la capital del país viven 8,6 millones de extranjeros. Esto quiere decir que más del 36% de los londinenses no son ingleses y por el profesor, "we are here because you were there. Levantar barreras no sirve de nada". Así, "no los queda más remedio que aceptar los inmigrantes porque los envejece la población", sin olvidar el hecho que "al resto del mundo hay seis millones de británicos".
Economía incierta
A pesar de que Dirige cruz que "es demasiado temprano para pronunciarse sobre las consecuencias de esta salida", sí que apunta algunas certezas. El día siguiente de la votación la Libre cayó a plomo y l'Íbex lo hizo más que cuando cayó Lehman Brothers.
Por lo tanto, que pasará? A corto plazo Mena cree que el sector inmobiliario se verá afectado y que habrá deslocalizaciones de ciertas empresas. La exportación también se verá afectada, dado que el 45% de las exportaciones del país están en otras regiones de la Unión Europea –si bien este porcentaje ha ido cayendo en favor de las antiguas colonias-. Pero Dirige también apunta que, con la salida del Reino Unido de la Unión, Europa pierde un grande negociador con el TTIP.
Y esto puede tener consecuencias serias por la Unión: "Si Europa no tiene un buen tratado de comercio con los Estados Unidos, acontecerá un parque temático, porque el comercio basculará hacia Asia", concluye el economista.
El día siguiente del referéndum por el Brexit, el Íbex se dejó un 12% a la bolsa, mientras que el índice británico sólo cayó un 3%. Es por eso que la salida del Reino Unido tendrá, a buen seguro, consecuencias geopolíticas y económicas pero, cuáles? Los escenarios posibles aceptan muchas variables.
Una salida consensuada?
La gran pregunta ahora mismo es qué rumbo tomarán las negociaciones por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. De momento sólo se conocen las líneas rojas de May: control sobre la inmigración y no estar sometidos al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, cosa que la cancillera alemana, Angela Merkel, no permitirá. Por lo tanto, es probable que el Reino Unido abandone el mercado único después de las negociaciones. Parece que nos abocamos a un Brexit llevar.
Àngel Castiñeira, profesor titular del Departamento de Ciencias Sociales de Esade y director de la Cátedra Liderazgos y Governança Democrática de Esade, explica las posibilidades que se presentan. Castiñeira apunta cuatro opciones en clave amigable u hostil. Dependiendo del modelo, el país podría acabar teniendo un acuerdo tipo la Asociación Europea del Libre Comercio (EFTA), ser cómo Suiza o Turquía. La opción de una salida amigable con más integración europea que comportaría proximidad y acuerdos tipos Noruega crearía, según el profesor, un precedente en Europa que podría convertir la Unión en "el mercado de Calaf". Manteniendo el Reino Unido de manera transitoria o permanente dentro de la unión aduanera requeriría acuerdos específicos o similares a los de la EFTA (y mucho más de dos años de negociaciones).
La segunda opción podría ser una salida hostil, pero que comportara más integración europea: " habría consecuencias malas por el Reino Unido, porque si adentro de la Unión Europea llueve, afuera diluvia", bromea el profesor.
La tercera opción comporta el inicio de la desintegración europea y que la marcha amistosa del Reino Unido sea el pistoletazo de salida (o de gracia) a la institución mientras este país sale beneficiado. Finalmente, la última opción es una salida hostil de la UE y la desintegración de esta: "Una opción donde todo el mundo pierde y el Reino Unido también se desintegra", apunta.
Cómo hemos llegado hasta aquí?
Por su parte, Francesc Xavier Mena, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade y catedrático de Economía de la Universitat Ramon Llull, recuerda que "cuando Inglaterra era un imperio global, Alemania era una unión aduanera, y esto es al alma de los británicos". Repasando la relación entre el Reino Unido y el resto de países e instituciones de Europa, el profesor explica que "desde la caída del Imperio británico a partir de los acuerdos de Bretton Woods con los criterios americanos -igual que con los criterios comerciales-", la relación con Europa ha sido turbulenta".
El economista recuerda que "cuando Francia y Alemania crean la unión del carbón, De Gaulle decía que no quería lo Reino Unido al Tratado de Roma", y de hecho tuvo que morir porque el país entrara a la UE. Un tiempo más tarde, Margaret Tatcher decía que sí a la Unión, pero con el tratado de Maastricht, su opinión cambió. La Dama de hierro creía que todos sus problemas "han venido del Europa continental y las soluciones de las naciones angloparlants". Según recuerda Mena, Tatcher afirmaba que "he subido a la Unión Europea porque es más fácil parar un tren desde la máquina que desde las vías".
Las "trabas" a la Unión por parte de la diplomacia de Londres se han sucedido. Precisamente el Reino Unido fue el instigador de la ampliación por el Este de laUnión , "una ampliación complicada", según Mena. "Y ahora que han envuelto la troca, se van", bromea.
Es por eso que está claro que la relación entre Europa y los ingleses no ha sido nunca fácil. Y quien dice Europa, dice, en muchas ocasiones Alemania: "Los alemanes creemos en la armonización regulatoria y los ingleses, en la libre competencia", explica Mena, como ejemplo de las tensiones entre los dos países. Y es que Merkel vigila. "Los ingleses se han pasado 1.000 años cambiando el mundo, pero ellos no han aceptado cambiar ni un milímetro de sus costumbres", sentencia Mena.
Nostalgia del imperio
Según el profesor en economía, los británicos echan de menos su antiguo Imperio. Actualmente el principal socio comercial de las antiguas colonias inglesas es la China: "Mientras el Reino Unido exporta el 4% en la China, Australia exporta el 20%, el puerto de Pakistán domina su puerto y construyen autopistas para acceder en Bangladesh". Por este motivo avisa que "si quieren volver atrás, que se compren el British Empire porque la realidad actual y futura no es como era antes".
En cuanto al movimiento de personas y la inmigración, Dirige cruz que no sufren por las consecuencias del libre movimiento de personas, porque sólo a la capital del país viven 8,6 millones de extranjeros. Esto quiere decir que más del 36% de los londinenses no son ingleses y por el profesor, "we are here because you were there. Levantar barreras no sirve de nada". Así, "no los queda más remedio que aceptar los inmigrantes porque los envejece la población", sin olvidar el hecho que "al resto del mundo hay seis millones de británicos".
Economía incierta
A pesar de que Dirige cruz que "es demasiado temprano para pronunciarse sobre las consecuencias de esta salida", sí que apunta algunas certezas. El día siguiente de la votación la Libre cayó a plomo y l'Íbex lo hizo más que cuando cayó Lehman Brothers.
Por lo tanto, que pasará? A corto plazo Mena cree que el sector inmobiliario se verá afectado y que habrá deslocalizaciones de ciertas empresas. La exportación también se verá afectada, dado que el 45% de las exportaciones del país están en otras regiones de la Unión Europea –si bien este porcentaje ha ido cayendo en favor de las antiguas colonias-. Pero Dirige también apunta que, con la salida del Reino Unido de la Unión, Europa pierde un grande negociador con el TTIP.
Y esto puede tener consecuencias serias por la Unión: "Si Europa no tiene un buen tratado de comercio con los Estados Unidos, acontecerá un parque temático, porque el comercio basculará hacia Asia", concluye el economista.
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