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Desde Bruselas: un cacao de ida y vuelta

Cada bombón cuenta una historia, con el origen de una semilla que viaja desde África Occidental hasta el corazón de Bélgica

La Grand Place de Bruselas | iStock
La Grand Place de Bruselas | iStock
Esther Herrera | VIA Empresa
Periodista
Bruselas
30 de Marzo de 2025

La emblemática Grand Place, en el centro de Bruselas, está rodeada de tiendas que la venden. Los turistas hacen cola pacientemente para llevarse una caja, o muchas, para amigos o familiares. En el aeropuerto, los más despistados aprovechan para comprar. Sí, hablamos del chocolate. Bélgica es el segundo mayor exportador, pero el sector está preocupado por los precios del cacao disparados.  

 

El pasado enero, la cotización del cacao alcanzó altos niveles en los mercados internacionales: 10.750 dólares la tonelada (aunque el máximo fue en abril de 2024, superando los 12.000 dólares), en el último año se ha registrado un aumento del 144%. Y los bolsillos de belgas y turistas lo notan, y desde hace tiempo: porque en los últimos tres años el precio no ha dejado de aumentar.   

Hay muchas razones que explican este incremento: una serie de malas cosechas en Ghana y Costa de Marfil —los países que exportan alrededor del 60% de toda la producción mundial—, unas condiciones climáticas cada vez más difíciles; enfermedades y plagas que afectan a la planta de cacao, una producción que tiende a la especulación explican en gran parte por qué ahora los precios para comprar bombones están en máximos.  

 

La crisis climática tiene mucho que decir en este aumento de precios. Según un informe publicado por la ONG Climate Central, en la última década, la temperatura superó los 32 grados centígrados durante la principal época de recolección de semillas (de octubre a marzo) en Costa de Marfil y en Ghana. Unas temperaturas muy superiores a las que necesitan los árboles, que pierden la humedad óptima para su recolección. Con esta caída de la producción, también se ha visto acompañada un incremento de la demanda, especialmente en Asia (la India y China).  

En Bélgica, los productores intentan mantener los precios y estirar un poco los márgenes. Marcas como Leonidas, famosos pralines a un precio un poco más bajo que otros como Neuhaus o Godiva, aseguran que no tienen previsto subir precios, de momento, porque recuerdan que el mercado del cacao es muy especulativo y que no quieren contribuir a ello. Con todo, hay esperanza de que el precio se acabe estabilizando en los 8.000 dólares, según las perspectivas de los mercados a futuro, ya que se espera que la temperatura mejore.  

Los agricultores de cacao en Ghana no ganan un sueldo justo y la gran mayoría no llega a los 2 dólares al día

¿Y con unos precios que se disparan, esto se traduce en más dinero para los agricultores de África Occidental? En realidad, no. El regulador de Cacao de Ghana vigila los precios, evita que la retribución —al margen de la especulación— sea siempre estable entre los agricultores, pero estos denuncian que a pesar de los altos precios, la regulación les ha acabado afectando. Porque si bien su sueldo es estable si los precios caen, también lo es cuando suben. Por lo tanto, no ganan tampoco más. Así, según un informe de Oxfam, los agricultores de cacao en Ghana no ganan un sueldo justo, la gran mayoría no llega a los 2 dólares al día. Según la misma organización, el chocolate también es un producto que sobre todo aumenta al final de la cadena de valor, lo que explica también que los agricultores casi no noten el incremento.  

Pero no todo son malas noticias. El último informe de la Organización Internacional del Cacao (ICCO) calcula que este año la producción aumente y la demanda baje ligeramente, dando un poco de margen a los precios disparados. Cada bombón cuenta una historia, con el origen de una semilla que viaja desde África Occidental hasta el corazón de Bélgica. Y que tantos placeres y quebraderos de cabeza puede crear.