El Barcelona Supercomputing Center (BSC) tendrá un ordenador cuántico con capacidad muy superior a los supercomputadores, en el marco de su coordinación del Quantum Spain (el ecosistema de computación cuántica anunciado por el Gobierno y que será la primera iniciativa de este tipo en el sur de Europa), y esperan el primer chip a finales de 2022. La principal función del ordenador será poder cederlo en fracciones temporales a investigadores que necesiten supercomputación para sus proyectos, a través de las peticiones habituales de la Red Española de Supercomputación (RES), para que se conecten en remoto.
En declaraciones a los medios, la coordinadora del proyecto, Alba Cervera, ha afirmado que la tecnología cuántica -basada en las propiedades de la materia a nivel microscópico- no sustituirá a los supercomputadores como el Mare Nostrum 5, que se instalará próximamente en el recinto, sino que es "complementaria".
"Puede resolver problemas muy complicados pero no todos, y muchos problemas no necesitarán un ordenador cuántico. Del mismo modo que no necesitamos usar el Mare Nostrum para enviar un whatsapp, tampoco necesitaremos un ordenador cuántico para hacer cosas que un ordenador clásico ya hace perfectamente", ha razonado la coordinadora del proyecto.
Asimismo, el director asociado del BSC, Josep Maria Martorell, ha explicado que la computación cuántica es una disciplina ahora mismo liderada por empresas estadounidenses y universidades chinas que ceden únicamente accesos remotos a sus ordenadores cuánticos y tienen limitaciones a la exportación.
Por eso, considera que es un buen momento para que la investigación europea empiece a trabajar en ello en pos de la soberanía tecnológica del continente, una cuestión que hasta ahora se ha demostrado vital en la fabricación de chips y conductores. Martorell ha dicho que ahora mismo no hay ningún ordenador cuántico en Europa y ha indicado que, como proponía el Gobierno, se apostará por tecnología continental para el desarrollo del proyecto.