La empresa catalana AFR-IX telecom, operador de infraestructuras y telecomunicaciones, ha firmado un acuerdo con Alcatel Submarine Networks para construir una infraestructura de comunicación submarina que conectará el sur de Europa con el norte de África. La infraestructura de comunicación, llamada Medusa, consta de un sistema de 8.700 kilómetros de cable de fibra óptica que tendrá puestos de aterrizaje en nueve países: Portugal, Marruecos, España, Francia, Algeria, Túnez, Italia, Grecia y Egipto. Concretamente, en España tendrá tres puntos de conexión: en Zahara de los Atunes y Torreguadiaro, estaciones ubicadas alrededor del estrecho de Gibraltar, y en la futura Barcelona Cable Landing Station (Barcelona CLS), actualmente en fase de construcción. La infraestructura de fibra óptica submarina entrará en funcionamiento en 2024, con la activación del primer tramo que conectará Lisboa, Barcelona y Marsella.
Medusa, que quiere convertirse en un referente en el Mediterráneo por su carácter neutral, de acceso abierto e independiente, dará respuesta a tres necesidades urgentes de conexión internacional: conectará el sur de Europa con el norte de África, reforzará las comunicaciones entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, y enlazará las principales islas mediterráneas como son Sicilia y Creta. Según Norman Albi , CEO de AFR-IX telecom, "Medusa hará posible, por ejemplo, que la latencia de la conexión entre Barcelona y Sicilia sea solo de 5,57 milisegundos. Esta capacidad es clave en un contexto en que la pandemia ha evidenciado la necesidad de reforzar las redes para sostener una economía cada vez más digital".
Medusa es un cable de nueva generación que quiere dar respuesta a los retos actuales de las conexiones submarinas: establecer nuevas rutas para diversificar y descongestionar el tráfico de datos, ganar capacidad con un número más grande de fibras por cable y potenciar el acceso abierto a todas las estaciones de aterrizaje. Más allá de la mejora de la conectividad, el cable contará en alguno de sus segmentos con una tecnología de monitorización inteligente pionera. Se trata de un sistema con sensores acústicos DAS (Detección Acústica Distribuida), que permite prevenir daños en el cable y tiene una vida útil prevista de 25 años. Así mismo, este sistema podría tener una aplicación muy positiva en el terreno de las mediciones sísmicas submarinas e incluso estudiar el comportamiento de mamíferos marinos en peligro de extinción.