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Quitar los ruedines a la "bicicleta" económica

Caixa d'Enginyers contempla un 2022 con políticas fiscales menos expansivas, un crecimiento en función del comportamiento de la inflación y una subida moderada de los tipos de interés el 2023

Joan Cavallé, director general de Caja de Ingenieros | Cedida
Joan Cavallé, director general de Caja de Ingenieros | Cedida
Barcelona
28 de Enero de 2022

Generalmente, cuando los niños y niñas empiezan a aprender a montar en bicicleta se los posan un par de ruedines, adicionales, porque se sientan más seguros a la hora de circular. Una vez los niños cogen confianza, este mecanismo se va retirando progresivamente. Este es el símil que le ha servido a Bas Fransen, director de Mercado de Capitales de Caixa d'Enginyers, para dibujar el escenario del primer semestre de este año en el marco de la presentación virtual de las Perspectivas económicas y financieras de la entidad. Fransen, que ha definido el 2022 como un momento de transición para la economía y los mercados financieros, ha utilizado el ejemplo que "si los padres les quitan los ruedines es posible que los niños, especialmente al principio, caigan, pero tienen elementos como el casco y el césped, que les servirán de protección". Traduciéndolo al escenario macroeconómico actual, en el momento próximo que los bancos centrales retiren los estímulos, algunos países tendrán pequeñas caídas, aun así al final, cómo los niños, acabarán circulando solos.

En su análisis, en el cual el Banco Central Europeo (BCE) son los padres que retiren las ruedas de apoyo de la bicicleta, Bas Fransen prevé un 2022 con "una política fiscal y monetaria menos expansiva y un crecimiento económico fuerte, sujeto a los cuellos de botella del sector logístico y a la evolución de la inflación". A pesar de reconocer el protagonismo actual y negativo de la inflación, el analista ha confiado que esta sea transitoria y que vaya acompañada de una "gradual normalización de la política monetaria".

Subidas de los tipos de interés

Dado que la Reserva Federal de los EE.UU. y el BCE a remolque han empezado a reducir las operaciones de compra de activos financieros, Fransen prevé que el año próximo vuelvan las subidas de los tipos de interés. Eso sí, ha augurado que no serán muy altas. "Pasaremos de las políticas ultra expansivas actuales a unas simplemente expansivas". Por todo ello, confía en una recuperación sólida por 2022, desigual con relación a los diferentes ritmos de vacunación, la respuesta monetaria y la misma estructura económica de los países.

Fransen: "Pasaremos de las políticas ultra expansivas actuales a unas simplemente expansivas"

En la misma línea, el director general de Caixa d'Enginyers, JoanCavallé, ha reconocido que nos encontramos en un "periodo de incertidumbre relevante, pero puntual". Cavallé, que ha tenido que dar explicaciones a las personas que seguían la jornada conectadas a una plataforma digital ante las reclamaciones que la sesión fuera en catalán, ha aludido para entender el futuro a la Ley Moore, un supuesto planteado en 1965 por Gordon E. Moore, fundador de Intel, en el cual los precios (la inflación) bajen cuando se incrementan las prestaciones (oferta). Así, Moore estableció que un ordenador costaba la mitad el año siguiente de salir a la venta y quedaba obsoleto en solo dos.

El reino de la renta variable

Por primera vez, los mercados se enfrentan a una situación económica caracterizada por una inflación alta y unos tipos de interés bajos. Ante este hecho inédito, el director de Caja Ingenieros Gestión, XavierFàbregas, ha explicado que están aflorando fenómenos cómo el encarecimiento de las materias primeras o la aceleración del mercado inmobiliario y de la renta variable. De hecho, Fàbregas ha reconocido que las empresas, en los EE.UU. y más todavía en la UE, han trasladado íntegramente el aumento de la inflación a los costes del producto final. En un mensaje de tranquilidad, ha augurado que la práctica no durará mucho tiempo. Para Fàbregas, la recuperación de los dividendos, unida al apetito al riesgo por parte de los inversores, ha provocado que la renta variable se posicione cómo un valor refugio. En este contexto, ha hablado de un "optimismo cauto".

Como balance, el director general de Caixa d'Enginyers, Joan Cavallé, ha pronosticado políticas económicas menos expansivas, sin llegar a ser restrictivas, un crecimiento sólido con riesgos de volatilidad y un nuevo espacio donde destaquen los valores financieros sostenibles que generen grandes flujos de inversión. En relación con la renta variable, Cavallé ha vuelto poner al foco en la evolución de la inflación. Si esta sigue alta, volverá a aparecer el fantasma de la volatilidad. Volviendo al ejemplo de los niños y la bicicleta, se tendrían que volver poner a los ruedines para circular.