A la hora de ir a comprar estos días los regalos para mis seres queridos, en un primer momento me horroriza pensar si debo hacerlo: me viene a la cabeza el sobreconsumo que ejercemos desde hace décadas la mayoría de occidentales, el cual responde a la sobreproducción y a la incitación permanente que recibimos de todas partes. Más aún en estas cinco semanas que van desde el Black Friday hasta Reyes -el Golden Quarter-, en los cuales nos gastamos entre el 20% y el 25% del presupuesto anual. Inmediatamente, pienso que esta sociedad es como es, la hemos hecho entre todos; el progreso y la abundancia para la mayoría no es malo si estamos en condiciones de reorientar el modelo, reequilibrar las partidas, repartir mejor, reducir drásticamente la presión sobre el medio ambiente, pero nunca destruirlo. Al final, me decanto por salir y dejarme llevar por la música y la incitación; las compras vienen solas.
Tomé precauciones. La primera, reduzco el gasto como hice el año pasado. Y la segunda, aumento la cuota en favor de las iniciativas que luchan contra las desigualdades. En cuanto a recortar el gasto, cabe decir que es lo que está haciendo en los últimos años la mayoría de los españoles desde que la inflación se escapa por encima de los salarios; el año pasado, el gasto durante estas semanas de fiestas significó una reducción del 17%, lo que significa menos juguetes, menos libros, menos calzado y complementos, un poco más de ropa y complementos, y un poco más de ocio. La OCU aventura un gasto inferior para este año del 8% tanto en regalos como en celebraciones; la consultora Accenture lo incrementa hasta el 10%, aunque KPMG dice justamente lo contrario: se disparará, sobre todo entre las franjas de 35 a 44 años y de 50 a 65 años. Parece que la OCU y Accenture tocan más con los pies en la tierra.
10 años de retroceso del gasto
Aquello que no se hace por convicción, a veces es la realidad quien obliga. En 2009, momento crítico para las economías de las clases medias y de las más pobres, el gasto navideño por persona en el estado español se situaba en 735 euros, según Deloitte, que redactaba entonces un exhaustivo seguimiento del gasto de los individuos y de las empresas durante las fiestas. En 15 años, por tanto, el presupuesto festivo se ha recortado en 50 euros, es decir, un 7%, al cual hay que añadir la inflación del 33,3%.
Aquellas firmas que publicitan sus productos concentran el 15% del presupuesto entre noviembre y diciembre; y aquellas que hacen promociones, las focalizan sobre los productos navideños.
Se enfrentan, por un lado, la tradición, y por el otro, la realidad contable. El reencuentro familiar, la memoria histórica particular de cada clan, las alegrías de los regalos a los miembros de la familia y los obsequios a todos aquellos que giran a su alrededor, contra la racionalización presupuestaria que obliga a no estirar más el brazo que la manga. En estos 15 años ha disminuido el gasto por regalo, el ticket medio de los restaurantes, se está muriendo la práctica del amigo invisible, ha aumentado el reciclaje de regalos, se disparan las piezas de segunda mano, y a pesar de la desestacionalización de las ventas, cada día hay menos caganers.
Kantar anuncia que los consumidores alimentarios comprarán más marca de fabricante, pero las marcas propias de los supermercados de alimentación me confirman que su facturación aumenta estos días año tras año, a consecuencia de que los clientes adelantan sus compras desplazándolas a noviembre y a las primeras semanas de diciembre. Es por eso que aquellas firmas que publicitan sus productos (alimentación, ropa, perfumes, complementos, viajes...) concentran el 15% del presupuesto total entre los meses de noviembre y diciembre; y aquellas que hacen promociones, las focalizan sobre los productos navideños.
'Gadgets' preferidos
Una vez he comprado los libros necesarios, me pregunto qué les hará ilusión a mis seres queridos que no tengan ya. Descarto inmediatamente el obsequio monetario, menores aparte. Le pido ayuda a ChatGPT y lo primero que me dice son tecnologías. El segundo, moda y complementos. Y el tercero, experiencias. Dejo de lado la moda y los complementos porque no me manejo nada bien en este sector y porque esto de los calcetines y la camisa son un recurso gastado de baja calidad.
Los españoles viajamos una media de 4,35 días al año, según EOM, entre escapadas rurales, fines de semana, visitar a la familia y ocio
Entiendo que la IA más a mano me recomiende tecnologías y experiencias. En el estado español hay 1,2 teléfonos móviles por habitante, 0,9 ordenadores por hogar, 0,5 tabletas táctiles por familia, y se calcula que los amantes de las videoconsolas superan los 20 millones, casi la mitad de la población. Por otro lado, los españoles viajamos una media de 4,35 días al año, según EOM, entre escapadas rurales, fines de semana, visitar a la familia y ocio.
Sigo la recomendación y divido el gasto en dos mitades: la primera para los gadgets de la comunicación: auriculares, relojes inteligentes, cargadores inalámbricos, altavoces, inscripciones a plataformas… y la otra, para viajes y experiencias gastroviajeras, entradas para conciertos, clases de cocina, escapadas de fin de semana... Nunca podría imaginar unos mejores regalos de Navidad.