Espinelves está situado a Las Guilleries y es una de las zonas más húmedas del país. Aún así, este verano pasado el termómetro batió récord y subió hasta los 39 grados. Son unas temperaturas del todo inusuales en esta zona que, sumadas a la falta de lluvias, han complicado uno de los cultivos más emblemáticos de la región: los árboles de Navidad. Este año, por primera vez algunos productores han tenido que regar, uno por uno, los árboles plantados y aquellos que no lo han hecho han visto perder más de la mitad de la producción. Tienen claro que, ante el cambio climático, el riego será "del todo necesario" para asegurar la supervivencia de los abetos, pero "no todos podrán hacer frente al gasto que esto supone".
La región del Montseny-Guilleries es la principal productora de árboles de Navidad del sur de Europa: cada año se producen un millón, aproximadamente. Según ha explicado el presidente de la Associació de Cultivadors d'Arbres de Nadal, Albert Gallifa, esta zona es "privilegiada" porque tiene un subclima atlántico dentro de un clima mediterráneo, hecho que garantiza más horas de solo y, a la vez, noches frescas.
A pesar de esto, el cambio climático y su consecuente subida de temperaturas está complicando el cultivo de esta especie, especialmente durante el primer año de vida del árbol. David Masferrer, del Arborètum de Espinelves, es uno de los productores que ha empezado a regar el cultivo. Explica que se trata de un hecho "hasta ahora inédito, pero que será del todo necesario de ahora en adelante debido al cambio climático". En el mismo municipio de Espinelves, por ejemplo, ha habido algún labrador que ha visto perder más de la mitad de la producción por culpa del extremo calor de este verano. Según Masferrer, esto provocará un encarecimiento del cultivo y los productores tendrán que apostar por aquellas especies que soporten mejor el calor.
Gallifa ha explicado que se trata de un año "extraordinario", pero que esto no pone en peligro el cultivo de abetos ni tampoco los coloca en "una situación de emergencia". Lo que sí ha asegurado es que, si esto persiste y los veranos cada vez son más duros, los cultivadors de abetos tendrán que cultivar los campos situados a mayor altura.
El presidente de la asociación de cultivadores también ha destacado que el árbol de Navidad es "un gran aliado" a la hora de combatir el cambio climático, puesto que es fijador de C02. "Hay gente que piensa que comprar un árbol de Navidad es cometer un asesinato, y no es así. Se trata de un cultivo totalmente biodegradable, 100% natural y que, además, ayuda a luchar contra el cambio climático", ha subrayado.