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El Cercle acusa las principales instituciones catalanas de ignorar "la iniciativa privada, o directamente ir en contra", defendiendo que "sin inversó privada es imposible transformar la realidad". En palabras de la organización, las propuestas decreixentistes, que consideran "una irresponsabilidad", son una irresponsabilidad que una economía europea no se puede permitir. La gestión económica de Generalitat y Ayuntamiento lleva el país, según el ente, a una "decadencia lenta pero inexorable".
La organización pide una "buena política", con propuestas possibilistes y que se alejen de los extremos. Cómo ya dejó ver su presidente Javier Faus durante la jornada de conclusiones de la Barcelona New Economy Week, el Cercle quiere emmirallar Barcelona y Cataluña en ciudades cómo la de Anne París Hidalgo, el Milà de Giuseppe Sala, o incluso las propuestas económicas que han llevado el socialdemócrata Olaf Scholz a la victoria en las elecciones legislativas alemanas. La nota posa estas administraciones como ejemplos de "colaboración publicoprivada y complicidad entre administraciones y sociedad civil".
Mapa de inversiones
En este sentido, la hoja de ruta que pide el Cercle a las administraciones catalanas pasa por cinco ejes. En primer lugar, la asociación pide un nuevo modelo turístico que reconozca las "externalidades negativas" que tienen que ser controladas por las administraciones; pero que no pase para "limitar, prohibir o evitar" la actividad turística. El organismo exige apostar por la calidad del turismo, algo que no se puede lograr sin "renovar constantemente la planta hotelera". El Cercle ha aprovechado, además, para reivindicar la ampliación del Aeropuerto del Prat, una iniciativa que considera "una obligación" para las administraciones.
La entidad presidida por Faus pide también una inversión en digitalización y tecnología, y avisa de los competidores que surgen a este – Milán – y oeste – Lisboa – de la capital del país, ciudades que ejemplifican cómo "las políticas públicas favorecen o perjudican la apuesta para acontecer un país puntero". La transición sostenible y la apuesta por las ciencias de la vida son, también, puntos relevantes del programa económico del Cercle, relacionados con la inversión en innovación. Desde el organismo avisan de la carencia de soberanía energética catalana en las dos décadas próximas; y critican la "carencia de coherencia" que sugiere la encallament de la ampliación del Hospital Clínic – factor clave, piensan, para el sector de la salud del país.
En una nota cerrada por la reivindicación de la industria catalana, el Cercle se declara "profundamente optimista" en cuanto al potencial catalán, motivo por el cual, según el organismo, afanan a las administraciones catalanas a implementar las "mejores herramientas para aprovechar las posibilidades que ofrece la nueva economía del siglo XXI". "Hoy en día la política barcelonesa no ayuda a hacer progresar el país", concluyen, pidiendo una prosperidad "que genere consensos y llegue a todo el mundo".