En los últimos 12 años, Catalunya ha arrastrado un déficit de inversión en infraestructuras de 35.000 millones de euros. Concretamente, desde el 2015, este déficit es de 3.500 millones de euros anuales. Es una cifra reiterante que "se incrementa año tras año de manera escandalosa", ha denunciado el presidente de Foment de Treball, Josep Sánchez Llibre, en la presentación del informe de la Comisión de Infraestructuras de Foment. La comisión ha analizado los volúmenes anuales invertidos en infraestructuras en Catalunya desde el 2009 hasta el 2020 y ha concluido que la inversión es mucho menor, en porcentaje, a la que hacen los vecinos de la eurozona.
Foment cree que la inversión en infraestructuras que se tiene que hacer en Catalunya tendría que ser el equivalente al 2,2% del PIB, es decir, de 5.000 millones de euros. Es el porcentaje que destinan los países de la eurozona, muy lejano al de Catalunya, donde en el 2020 se invirtió el 0,7% del PIB (1.500 millones de euros), en el 2019 el 0,8% (1.947 millones de euros) y en el 2018 el 0,7% (1.671 millones de euros). Los porcentajes son parecidos en el transcurso de los años, hecho que evidencia un problema crónico de déficit de inversión. El dato del déficit que publica Foment se extrae de la diferencia entre el 2,2% del PIB y la inversión ejecutada en licitación de obras.
Presupuestos distorsionados, obras que se repiten
En el informe se han analizado los presupuestos y el transcurso de la ejecución de ocho principales macro obras en Catalunya y se ha visto que hay inversiones que, por un motivo u otro, no se ejecutan y que se van repitiendo año tras año en los presupuestos. Una de estas obras, por ejemplo, es la de la variante de Vallirana, iniciada en el 2004. La duración prevista de las obras no llegaba a los tres años, con un importe adjudicado de 49,4 millones de euros. Finalmente, duró 16 años y requirió una inversión de 167 millones de euros, el triple del inicialmente previsto.
La misma historia se ha repetido con las otras siete obras analizadas por Foment: la conexión de la A-2 con la AP-7 en Catellbisbal, el desdoblamiento de la N-II por Girona, la autovía A-27 que conectará Tarragona con Lleida a través de Montblanc, el cuarto cinturón de Catalunya (B-40), la conexión entre la A-2 y la C-32 en Sant Boi de Llobregat y los accesos viarios y ferroviarios al puerto de Barcelona.
Joaquim Llansó, presidente de la Cambra de Contratistas, ha explicado que ellos han querido "hacer una fotografía" de estas ocho obras de infraestructuras, pero que no saben con certeza el motivo por el cual se atrasan las ejecuciones de éstas y, por lo tanto, se repiten y amplían las inversiones correspondientes. Ha apuntado, tímidamente, que quizás son consecuencia de "demasiada burocracia a la hora de aplicar cambios o de falta de voluntad a la hora de sacarlo adelante".
Sánchez pide a las administraciones "rigor y responsabilidad"
Desde Foment consideran que la repetición de las obras en los presupuestos por carencia de ejecución altera y distorsiona los mismos, puesto que hace que se reflejen volúmenes de inversión muy superiores a los reales. También hace que la credibilidad quede en entredicho en el conjunto de las administraciones públicas.
Presupuestos que no se cumplen sistemáticamente
La otra gran denuncia que hace Foment en su informe es que nunca se cumplen los presupuestos de las administraciones públicas. Ni la Generalitat ni el Estado ejecutan el 100% de las inversiones presupuestadas. Concretamente, desde el 2013 hasta el 2020, el Estado ha ejecutado de media el 67,1% de las inversiones públicas presupuestadas y la Generalitat el 77,1%.
Desde el 2013 hasta el 2020, el Estado ha ejecutado de media el 67,1% de las inversiones públicas presupuestadas y la Generalitat el 77,1%
"Rigor y responsabilidad". Es lo que ha pedido Sánchez a las administraciones y ha añadido: "si seguimos así, iremos perdiendo oportunidades y competitividad."
En los presupuestos generales del Estado para el 2022, hay una dotación presupuestada para inversiones en Catalunya de 2.230 millones de euros. Esta cifra continúa por debajo del umbral de los 5.000 millones de euros que recomienda Foment, pero supone un incremento del 11,6% respecto a los presupuestos de 2021. Además, sitúa a Catalunya como la segunda comunidad con más peso sobre el total de inversiones presupuestadas, precedida por Andalucía. Pero ya lo dicen, que de prometer a cumplir, hay mucho trozo para arrepentir. Mirando la experiencia de los últimos años, mejor no contemos mucho.