Un 40,2% de las familias catalanas ha incrementado el consumo de marcas blancas en el último año, un 59,4% si se tiene en cuenta el balance realizado desde 2020. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por Aldi. La principal razón del comportamiento del consumidor es el bajo precio del producto, frente a otras variables como la calidad o la variedad de un determinado establecimiento.
Según la cadena de supermercados, en Catalunya, la marca propia representa ya más de la mitad del presupuesto semanal destinado a la cesta de la compra. En el resto del Estado, las familias invierten cuatro de cada diez euros en este segmento de productos. En líneas generales, los alimentos más adquiridos son la fruta, verdura, huevos y bebidas refrigeradas.
Más allá de precio, gran parte de los consumidores priorizan una determinada marca propia en función de la procedencia geográfica del proveedor o su condición de producto de proximidad. En otro orden, sin dejar el mundo alimentario, el Banc dels Aliments ha anunciado que, durante el año 2022, recuperó unas 11.000 toneladas de alimentos. La mayor parte procedentes de excedentes del sector primario, restauración y distribución.