La automoción busca la vía para transitar hacia el futuro sin perder competitividad y, precisamente por eso, "Catalunya tiene que aspirar a convertirse en un centro mundial en tecnologías de electromovilidad creando puentes entre actores y con una planificación del Govern". Esta es una de las conclusiones que CCOO de Industria de Catalunya extrae en el informe Metamorfosis y renacimiento del sector de la automoción en Catalunya sobre cómo el sector afronta la revolución de la movilidad sostenible, presentado en un lugar tan simbólico como lo está en el auditorio del Consorcio de Formación Profesional de Automoción, justo junto a la gran ciudad de Seat en Martorell. Pero, ¿cómo afronta la transición de la movilidad un sector que factura anualmente 23.842 millones de euros -el 10% del PIB catalán- y da trabajo a más de 143.400 personas?
Si bien es cierto que entre enero y julio de 2019, el 19% de los afectados por EREs en Catalunya proviene de este sector, también lo es que muchos de estos EREs responden a una transformación de todos los sectores por el cambio cultural que comporta la digitalización, motivo por el cual sería importante, y siempre según subraya el informe, "disponer de una industria auxiliar para los componentes electrónicos".
Pero para eso habría que "crear una plataforma eléctrica en Catalunya" y, además, el territorio catalán tendría que "producir baterías para garantizar la viabilidad de las plantas constructoras". De hecho, si no se mira de este modo hacia el futuro, el informe denuncia que "Catalunya podría perder el tren de la movilidad eléctrica si no se ubican en el territorio pactos o alianzas para la fabricación de baterías".
Estrategias con luces largas
Ante esto, el presidente del Clúster de la Industria de la Automoción de Catalunya, Josep Maria Vall, se muestra convencido de que Catalunya "está preparada para este cambio" porque, asegura, "los fabricantes de automóviles siempre han hecho los deberes". Para llevarlo a cabo, y según su parecer, "hay que ser arriesgado y hacer planes estratégicos a 10 años vista" porque, si no es así, "el 75% de las empresas pueden desaparecer".
Chacón: "Hay que mirar qué pasa a nivel internacional, qué pasa con las tecnologías en la transformación de la industria y ver cuáles son nuestros activos"
Dentro de este panorama, sin embargo, se mezclan otros muchos factores. Y es que no sólo se tiene que tener en cuenta que "muchas empresas no saben qué tienen que hacer", sino que también intervienen cuestiones internacionales como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit o la desaceleración económica. Y esto, advierte el secretario general de Industria de CCOO, Agustín Martín, "ya no va de negociar convenios colectivos, sino planes industriales".
En este sentido, la consellera d'Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, después de reivindicar que se presentara con currículum a todos sus compañeros de mesa -todos hombres- menos a ella, y de recordar que tiene más de 20 años de experiencia en el mundo de la industria, asegura que la Generalitat "tomará medidas" y sostiene que "la colaboración público-privada es esencial". "Hay que mirar qué pasa a nivel internacional, qué pasa con las tecnologías en la transformación de la industria y ver cuáles son nuestros activos, como las startups, donde en Alemania no lo tienen tan desarrollado", destaca. De hecho, Chacón ya hizo el primer paso en julio para marcar la estrategia del Departament d'Empresa i Coneixement y del sector de la automoción y fortalecer, así, la competitividad de esta industria.
Catalunya, ¿cuna de las baterías eléctricas?
El informe de CCOO pone de relieve que para que Catalunya no pierda competitividad tiene que producir baterías eléctricas porque, avisa, "los países que no tengan esta capacidad, no podrán competir con la fabricación de vehículos". De hecho, actualmente sólo hay una empresa que las produzca, Silence, y las baterías que fabrica son para las motos eléctricas. "Para que triunfe el vehículo eléctrico se tienen que mejorar las baterías, pero también abaratarlas y para abaratarlas hay que construir en masa", añade el responsable de Política Sectorial de CCOO de Catalunya, Salvador Clarós, que insiste en el hecho de que "si la industria europea tiene que prescindir de las baterías, que será el 40% del valor de los coches, nadie fabricará vehículos en Europa y perderemos esta industria".
Pero esto no es trabajo fácil. El secretario de Industria de CCOO en España advierte que, si bien es cierto que, por ejemplo, Tarragona puede ser la fábrica de baterías eléctricas, también lo es que "tenemos que romper hipocresías" porque, entre otros, "tenemos problemas por las minas metálicas de Salamanca y las baterías son de litio". Todo ello demuestra, a su juicio, que "tenemos un problema de debilidad en el ámbito energético".
Gutiérrez: "Hay que recuperar el concepto de la industria desde el punto de vista democrático y del mantenimiento del Estado del Bienestar"
Por su parte, el director general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, Galo Gutiérrez, que vino en ausencia de la ministra de Industria, Reyes Maroto, que a pesar de haber confirmado su asistencia, falló a la cita, apunta que "hay que recuperar el concepto de la industria desde el punto de vista democrático y del mantenimiento del Estado del Bienestar". Ahora bien, justifica estos momentos de incertidumbre bajo el argumento de que "nos encontramos con que tenemos que industrializar el país, pero tenemos que atender a la descarbonización de la economía y la industria mientras estamos dentro del reto de la digitalización".
Hace falta regulación, pero no hay Gobierno
Catalunya, como es habitual, es líder en impulsar pactos que hagan caminar al territorio hacia el futuro con una estrategia marcada. Fue así con el Pacto Nacional por la Industria que fue firmado "a pesar del 155". Un pacto que, a pesar de lo que representa, no se puede ejecutar del todo porque, lamenta la consellera, "lo que no estamos cumpliendo es lo que está vinculado a los presupuestos porque están prorrogados". Y una estrategia que se tendrá que centrar, también, en la formación universitaria y profesional porque, "aunque es una necesidad que compartimos con otros países, nos faltan muchos ingenieros e ingenieras", señala Chacón.
En esta línea, el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, reclama "tecnología, financiación, formación y una regulación inteligente si queremos que España lidere la movilidad del futuro". De hecho, a pesar de que Europa se ha marcado 2050 para ser un espacio totalmente libre de emisiones, el Estado se ha puesto como reto hacerlo de cara a 2040. Pero para eso también hace falta "una unidad de mercado" y que, por ejemplo, "los coches que fabrique Seat en Barcelona se puedan conducir en las Baleares", ejemplifica Armero, que añade que lo ideal sería contar con "un plan único europeo y un plan de apoyo real al electromovilidad. No como los que ha habido hasta ahora", sentencia.
Pacheco reivindica "la democratización de los trabajadores para que puedan acceder a un polígono de estas características sin que se los obligue a utilizar el vehículo propio"
El acto reúne a los principales representantes de los trabajadores de las empresas de automoción y componentes situadas en Catalunya. Decenas de afiliados de CCOO ponen conciencia a lo que representa, tanto para los empleados como por el territorio catalán, el futuro de la movilidad. Y así lo escuchan atentamente en el auditorio del Consorcio de Formación Profesional de Automoción que, además de estar situado junto a la Seat de Martorell, se ubica en la calle Manuel Gallardo, expresidente del comité de Seat y sindicalista de UGT, pero que, según el secretario general de CCOO en Catalunya, Javier Pacheco, todavía podría ser un edificio más simbólico si se le bautizara bajo el nombre de Simón Rosado, sindicalista de CCOO y exrepresentante de los trabajadores de Derbi.
Y todo con una última nota a pie de página, pero no por eso menos importante: "la democratización de los trabajadores para que puedan acceder a un polígono de estas características sin que se les obligue a utilizar el vehículo propio porque, esto, no es sostenible ni económicamente ni ambientalmente".