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¿Y la europea? La tradición del Cercle

El Cercle d'Economia hace un llamamiento a la cooperación internacional para "ser capaces de salir de esta recesión"

El Cercle d'Economia reclama coordinación a la Unión Europea | iStock
El Cercle d'Economia reclama coordinación a la Unión Europea | iStock
Barcelona
24 de Mayo de 2020
Act. 25 de Mayo de 2020

Quedan atrás las calles, el arte y el mar que presiden el Hotel Meliá de Sitges, que cada año acogía la reunión anual del Cercle d'Economia. Quedan atrás los cafés previos a las conferencias, las conversaciones entre personalidades en el jardín del recinto regentado por su majestuosa piscina, y las conversaciones en los espacios comunes del alojamiento. La de 2019 fue la última reunión de Juan José Burgera como presidente de la entidad y ésta debía de ser la primera del nuevo dirigente, Javier Faus, que quería devolver a Barcelona su protagonismo volviendo a celebrar el foro de opinión en la capital. Sin saber lo que deparaba la situación provocada por la covid-19, el Cercle ya había anunciado que este 2020 el XXXVI encuentro se celebraría en el Palau de Congressos de Catalunya entre el 21 y el 23 de mayo, después de haberlo ubicado durante 22 años frente al mar de la costa del Garraf. Pero no ha podido ser y la entidad tiene la vista puesta en septiembre para el (re)encuentro, siempre y cuando las condiciones sanitarias lo permitan. ¿La prioridad del Cercle? Su ya conocida tradición europeísta, que les lleva a hacer un llamamiento a la cooperación internacional.

 

En una primera cata de lo que probablemente será el encuentro este año, el presidente del Cercle daba el pistoletazo de salida a una sesión telemática sobre reflexiones políticas, económicas y sanitarias y con una idea muy clara: "Es falso enfrentar la salud a la economía, la Unión Europea a los Estados o la gestión del día a día al largo plazo". Tras compartir escenario virtual con el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, Faus daba paso al vicepresidente de la entidad y presidente de Caixabank, Jordi Gual, que compartía mesa virtual con el profesor de Economía y Pierre Werner Chair a l'European University Institute, Ramon Marimon. Definiéndose como el "telonero" de Marimon, Gual aplaudió la reacción del Banco Central Europeo (BCE), mientras que pedía más cooperación de la Unión Europea porque "solo cooperando tendremos un papel mundial y seremos capaces de salir de esta recesión".

 

Una idea que repitió también el viernes durante la junta de accionistas de Caixabank, donde volvió a reclamar un "esfuerzo fiscal a nivel europeo" para "que se implementen mecanismos de compartición del gasto para que todos los países puedan dar respuesta". Si los programas de compra de deuda pública, las inyecciones de liquidez y la relajación de requisitos para facilitar el acceso a la financiación del BCE han sido "muy positivos" hasta la fecha, ahora es importante "encontrar espacios de cooperación internacional" porque, recuerda, "estamos absolutamente interconectados, entrelazados con relaciones comerciales y humanas" y, advierte, "no saldremos si no vamos de la mano".

Los fundamentos de la UE, en shock

En este sentido, Marimon asegura que la covid-19 "ha sido un shock a los fundamentos de la Unión Europea" porque, sostiene, "temas básicos como la movilidad, el mercado único, programas europeos como Erasmus, no solo se han parado, sino que será difícil de reparar". Y hay que estar preparados para posibles rebrotes o futuras pandemias. Para eso, "la UE tiene que jugar su papel y que la salida sea una salida común" porque, reitera el economista, "un problema de salud pública tiene que tratarse a nivel europeo porque sino no será posible. Esto tiene que entrar en la agenda como tema europeo", sentencia.

Gual: "Estamos absolutamente interconectados, entrelazados con relaciones comerciales y humanas y no saldremos si no vamos de la mano"

La burocracia es lenta y aún hay que esperar a la semana que viene "para que diga qué va a hacer". "La pregunta es si lo que tiene que hacer la UE es ayudar a los países en su respuesta porque han sido los países los que más se han movido" y, aunque esta sea diferente, en todas las crisis "lo que está detrás son las interconexiones, las interdependencias". De hecho, según Marimon, "las crisis que estamos pasando va a determinar cómo será la UE del siglo XXI" y, precisamente por eso, "lo más importante es cómo salimos de ella: ¿con una UE más reforzada o menos?", se cuestiona.

Precisamente por eso, el profesor considera que este momento es "una oportunidad" para Europa, una oportunidad que "no será fácil", pero que será clave para ver "con qué autoridad va hacer la UE un nuevo pacto de estabilidad y crecimiento". Viendo esto, el vicepresidente del Cercle y presidente de Caixabank advierte de que "hemos de estar preparados para una situación que se prolongue 12-18-24 meses", así como de que habrá sectores que "no podrán operar en situaciones normales hasta que no tengamos un control efectivo de la pandemia", cosa que "puede repercutir en el conjunto de la economía".

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Gual y Marimon hablan sobre las consecuencias económicas de la pandemia, de sus retos y de sus oportunidades

Las perspectivas de cara al futuro no son del todo positivas porque, como señala Gual, "lo más probable es que tengamos una caída que se prolongue en el tiempo y una recuperación más débil por el temor y por las políticas económicas que no hayan sido suficientemente rápidas". Si bien es cierto que "la reacción de la política económica ha sido buena porque ha tratado de evitar que cayeran empresas y que se deterioraran relaciones laborales", también lo es que "el régimen monetario en el que esté el Estado afectado por la pandemia también afecta a la política fiscal" y, justamente por eso, la UE debe de ponerse las pilas. De este modo, las medidas impulsadas por países y entidades tienen que ir acompañadas de un "mayor esfuerzo fiscal y coordinado" de la UE, así como de "mecanismos de compartición del gasto entre países para evitar la distorsión del mercado único".

Catalunya mira hacia China

El año pasado, la XXXV Reunión del Cercle d'Economia se celebraba en plena guerra comercial entre los Estados Unidos y China que, como definía Quim Torra, respondía a "momentos convulsos de economías en transición y a un mundo entero en transición". Una transición caracterizada básicamente por los cambios y evoluciones tecnológicas y por el interés creciente de todas las empresas, pero también administraciones públicas, de transformarse digitalmente para no caer en el olvido.

Marimon: "Un problema de salud pública tiene que tratarse a nivel europeo porque sino no será posible"

Esta transformación, encabezada por China, se ha hecho muy necesaria en tiempos de coronavirus y, si en 2019 ya era prioridad avanzar en tecnología, educación, investigación e innovación, ahora este argumento es totalmente indiscutible. Catalunya lleva años mirando hacia China por ser el hogar de muchos de los gigantes tecnológicos más potentes del mundo y ahora mira hacia China para adivinar hacia dónde caminará su futuro. Pero siempre teniendo las cosas claras y sabiendo que, por ejemplo, y como apunta Marimon, "una cosa son los ahorros chinos y otra cosa los préstamos soberanos a través de fondos europeos".

La UE debería seguir los pasos de los países y del BCE y tomar decisiones comunes que garanticen una salida común de esta crisis. Y es que, como dice Marimon, "si uno está en una sociedad más débil, va a tener más repercusión". Y ahora es importante centrarse en prevenir que todo esto derive en una crisis financiera porque los bancos son uno de los actores clave para una salida lo menos traumática posible. Y, a partir de aquí, que vuelvan los cafès del Cercle ahora en el Palau de Congresos porque, como decía el president de la Generalitat en Sitges el año pasado, "formamos parte de la Europa de los cafés, del humanismo y de los valores europeos".