El presidente del Clúster de la Industria de la Automoción (CIAC), Sergio Alcaraz, reclama “un compromiso político y económico más firme” para asegurar la competitividad del sector, y también la sostenibilidad. En una declaración, Alcaraz afirma que esta industria enfrenta “desafíos inéditos y complejos” con el cambio hacia una movilidad sostenible, pero lamenta que el avance hacia la electrificación “no es tan rápido como se esperaba”. Este hecho, según el presidente del CIAC, “pone en peligro la viabilidad” de esta transición de modelo y que “necesita” el sector. La organización destaca que la competencia “cada vez es más feroz” y apunta que Europa “está perdiendo protagonismo” frente a Asia, que desde 2010 ha aumentado la producción un 34%.
En esta línea, Alcaraz señala “una notable pérdida de presencia de países clave como Alemania y Francia”. A la vez, recuerda un estudio del Clúster de la Automoción, encargado a la firma KPMG en 2018, en el que preveía que en 2050 “menos del 5% de la producción mundial” sería de Europa Occidental. El responsable de la organización sostiene que es un “dato alarmante” y que puede hacerse realidad si “no se toman las medidas adecuadas para revitalizar el sector”.
Según el presidente del CIAC, “pone en peligro la viabilidad” de esta transición de modelo y que “necesita” el sector
Por ello, Alcaraz insiste en “el apoyo necesario” de las administraciones y recalca la urgencia para evitar que Europa “quede relegada a un papel secundario en la movilidad global”. El presidente del CIAC considera adecuadas las medidas propuestas por el expresidente de Italia y del Banco Central Europeo Mario Draghi: urgir a ejecutar inversiones masivas en sectores estratégicos como la transición ecológica, la transformación digital y la reindustrialización.
Por otro lado, Alcaraz admite que el coste de los vehículos eléctricos “frena la demanda” de los consumidores. Al precio final en el mercado, el presidente del Clúster de la Automoción suma otros factores como “la falta de infraestructura de puntos de recarga públicos, la falta de políticas homogéneas en Europa y las escasas ayudas directas e inversiones público-privadas”.