23
de Marzo
de
2016
Act.
25
de Marzo
de
2016
Los campings quieren estar de moda. Quieren estar a la lista de opciones, quieren atraer el turista local y extranjero, y quieren demostrar que no son sólo un tipo de alojamiento, sino que el hacer carretera con el coche y la rulot es el inicio de toda una experiencia. Así lo defiende el presidente de la Asociación de Campings de Girona, Miquel Gotanegra, quién puede presumir de representar un colectivo galardonado por su profesionalidad.
El pasado mes de enero, 18 campings catalanes se situaron entre los mejores de Europa con el premio Best Camping 2016 y justamente nuevo eran de Girona. Pero el que Gotanegra destaca no es que la mitad sean asociados a la agrupación que encabeza, sino que enaltece el hecho que sea un reconocimiento otorgado por dos asociaciones de automovilistas, la alemana ADAC y la holandesa ANWB. "Esto significa que son los visitantes quienes nos han escogido", señala con orgullo, y relata que, a diferencia de una evaluación habitual que hace un inspector, es una valoración los da una reputación más importante.
Pero qué es el que ha hecho que los campings, y más los de Girona, despunten en los últimos años? Frederic Suñé tiene muy clara la respuesta: "La trayectoria de invertir y adaptarse a las nuevas tendencias del mercado". Suñé es el director del camping LasDunas , doblemente distinguido con el Best Camping 2016 y el DCC Europa-Preis de Platino, del principal club de caravanistes alemán. Dos premios que avalan sus casi 50 años de actividad en Sant Pere Pescador (Alt Empordà).
Invertir en excelencia
Piscinas con toboganes, spas, circuitos de agua, bungalous, conexión a Internet o mejorar las prestaciones de las parcelas. Estas son algunas de las innovaciones que enumera Suñé y que hacen referencia a la adaptación de las nuevas tendencias. Son un valor añadido, pequeños detalles que hacen que un turista opte por Las Dunas antes de que por otro camping. "Se trata de mejorar las instalaciones y dotar de excelencia el servicio", concreta su director.
Además, hace falta una fuerte apuesta para tener los mejores a la plantilla. En este sentido, Las Dunas apuesta por la formación continua de los trabajadores, así como por la contratación de las mismas personas año tras año: "Conservamos la columna vertebral incluso en temporada alta, cuando somos casi 300 más". El motivo es que los turistas, si repiten, se puedan volver a encontrar las caras que han conocido otros años y que los han ayudado a tener una buena estancia.
Para Gotanegra, todo esto denota la "predisposición de los campings gerundenses a estar permanentemente al día". Considera que la fórmula es una suma de la inversión constante de los empresarios, pero también del afán de los equipos para exigirse a ellos mismos calidad. "Un café no tiene el mismo gusto si es muy servido que si no lo es, aunque tenga la misma materia primera y salga de la misma cafetera", toma como símil.
Semana Santa, hora de cruzar los dedos
Para el camping Las Dunas, el número clientes empieza a ensartarse al mes de mayo y no se para hasta septiembre, con una punta importante entre el 20 de julio y el 15 de agosto, cuando el registro logra los 4.500 visitantes. Unas fechas que quedan lejos del puente de Semana Santa. "La crisis está y la gente lo nota", afirma Suñé, quien ha visto como el puente entre el Viernes Santo y lunes de Pascua se ha hecho "golpe más corto" porque la gente "el lunes ya quiere estar en casa".
Aunque estos días no sean importante para ellos, Suñé deja claro que otros compañeros del sector sí que ven reavivar sustancialmente su actividad. Es el caso del camping Lava, en Santa Pau (Garrotxa), un espacio que el 1992 abrió sus puertas para introducir el movimiento ecologista en el turismo.
El recinto está situado en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, por el que las paseadas a pie, en bicicleta o caballo por el Hayedo de en Jordà y los volcanes son algunas de las actividades estrellas de su oferta. Así pues, es comprensible que estos días de fiesta y la llegada de la primavera a ellos sí que los supongan algo más de movimiento.
Aun así, este año cuentan con un handicap: "La Semana Santa ha venido demasiado temprano". No es una queja como tal, pero sí que es un pequeño lamento que hace el director del camping, Joan Masoliver, quien cree que esto los hará sufrir "una sacudida" porque "no viene seguido del verano". "Ahora esperamos que haga buen tiempo, si llueve mucho, no nos ayudará", añade.
En su caso, se trata de un camping de estancias cortas, de entre una y tres noches. "Somos una opción que escoge quienes quieren descansar y relajarse", especifica Masoliver, "tenemos clientes que vienen desde que abrimos y repiten porque los gusta el trato, la manera de trabajar y la filosofía". Esto hace que sea una buena opción por quien buscan desconexiones esporádicas con el turismo rural, uno salvo que los permite aprovechar el que, para la costa, es sólo temporada mediana.
Proveedores de experiencias
Si hay un elemento en el cual destacan los campings de las comarcas gerundenses, este es el hecho de ofrecer algo más que un lugar donde pernoctar. "Un camping no es un alojamiento, es una experiencia única y diferente, otra manera de hacer vacaciones", defiende con contundencia el presidente de la asociación, quien atribuye el auge de los campings a la necesidad del turista de explorar opciones que hasta el momento no había contemplado.
Para aprovechar esta querencia, la entidad ha puesto en marcha la primera guía de campings por experiencias. "A la gente nos gusta cercar y probar cosas nuevas, por eso hemos identificado el que diferencia cada espacio, que no es más que la especialización", resume Gotanegra. El objetivo es convertir este producto en una herramienta de promoción y dar a conocer perspectivas que van "más allá de la tienda y que incluyen bungalous, ocio, animación o deporte". "Un camping pequeño tiene mucho más volumen de clientes que un hotel grande y se puede permitir el lujo de tener equipos de animación preparados y con actividades segmentadas por edad", insiste, "ya no somos un proveedor alojamiento, somos unos creativos de vacaciones".
El caso de Lava es un ejemplo ilustrativo del contenido de la guía. Ser un camping ecológico significa tener una actividad respetuosa con el medio ambiente, el que se traduce como tener unos buenos hábitos a escala interna, como es el uso de bombillas de bajo consumo o de reductores a las duchas para gastar menos agua, y a escala de usuario, con prácticas básicas como separar los residuos para reciclar o limitar el uso del coche a la zona. "Cuando abrimos ya se hablaba de cosas ecológicas y de no malograr ni destruir el planeta, pero nadie tenía visión y menos en un camping", recuerda Masoliver sobre sus inicios, cuando diseñaron una infraestructura 100% integrada con el entorno usando los mismos colores que los del paisaje: verde y negro, los colores del bosque y de la greda volcánica.
Natura, familia, montaña o relajación. Lava podría estar en alguna de estas cuatro categorías, de entre un total de 12, según el filtro que ofrecen en el web de la guía Camping Experience.
Vacaciones en familia
Hay la creencia popular que el camping es una opción económica para hacer vacaciones, quizás por el hecho de tener a la cabeza la imagen de la autocaravana o el combo rulot y coche como medio de transporte y, a la vez, alojamiento. Pues esto, apunta Suñé, "es un mito".
"Una persona no escoge un camping por el precio, sino porque le gusta la tranquilidad y la natura, el ambiente familiar, el componente social...", enumera con un tono que deja claro que la lista es más larga. Masoliver, por su parte, resume todos los ventaja con una sola etiqueta: "Es un servicio óptimo". Un servicio que buscan, especialmente, las familias porque saben que encontrarán actividades buenas por sus hijos, sea cual sea su edad. "Si la chiquillería está contenta, los padres están felices", añade el director de Lava.
Respecto a la procedencia, en el caso del camping de Santa Pau, mayoritariamente son visitantes catalanes, los siguen los españoles, los franceses, los holandeses y los alemanes, todos con estancias cortas. Para el de Sant Pere Pescador, en cambio, el grueso proviene del centro de Europa, vienen con su coche y pasan cerca de 15 días al lugar. Una radiografía que arrecia la teoría del presidente de la Asociación de Campings de Girona: "Este estilo de hacer vacaciones es típico de Alemania, Holanda, Bélgica y países de aquella zona. Más del 25% de quienes salen en verano optan por eso". Una tendencia que no se da en España y que quieren replicar a través de iniciativas como el Camping Experience o la feria Girocamping.
Hasta entonces, con una concentración de la actividad en los meses de verano y con clientes provenientes del extranjero, el camping Las Dunas calcula que representa el 41% del PIB del municipio de costa. Si se consiguiera ampliar el público y los meses de veraneo, cuál sería el resultado?
El pasado mes de enero, 18 campings catalanes se situaron entre los mejores de Europa con el premio Best Camping 2016 y justamente nuevo eran de Girona. Pero el que Gotanegra destaca no es que la mitad sean asociados a la agrupación que encabeza, sino que enaltece el hecho que sea un reconocimiento otorgado por dos asociaciones de automovilistas, la alemana ADAC y la holandesa ANWB. "Esto significa que son los visitantes quienes nos han escogido", señala con orgullo, y relata que, a diferencia de una evaluación habitual que hace un inspector, es una valoración los da una reputación más importante.
Pero qué es el que ha hecho que los campings, y más los de Girona, despunten en los últimos años? Frederic Suñé tiene muy clara la respuesta: "La trayectoria de invertir y adaptarse a las nuevas tendencias del mercado". Suñé es el director del camping LasDunas , doblemente distinguido con el Best Camping 2016 y el DCC Europa-Preis de Platino, del principal club de caravanistes alemán. Dos premios que avalan sus casi 50 años de actividad en Sant Pere Pescador (Alt Empordà).
Invertir en excelencia
Piscinas con toboganes, spas, circuitos de agua, bungalous, conexión a Internet o mejorar las prestaciones de las parcelas. Estas son algunas de las innovaciones que enumera Suñé y que hacen referencia a la adaptación de las nuevas tendencias. Son un valor añadido, pequeños detalles que hacen que un turista opte por Las Dunas antes de que por otro camping. "Se trata de mejorar las instalaciones y dotar de excelencia el servicio", concreta su director.
El camping de Sant Pere Pescador instaló una nueva piscina el 2015. Las Dunas |
Además, hace falta una fuerte apuesta para tener los mejores a la plantilla. En este sentido, Las Dunas apuesta por la formación continua de los trabajadores, así como por la contratación de las mismas personas año tras año: "Conservamos la columna vertebral incluso en temporada alta, cuando somos casi 300 más". El motivo es que los turistas, si repiten, se puedan volver a encontrar las caras que han conocido otros años y que los han ayudado a tener una buena estancia.
Para Gotanegra, todo esto denota la "predisposición de los campings gerundenses a estar permanentemente al día". Considera que la fórmula es una suma de la inversión constante de los empresarios, pero también del afán de los equipos para exigirse a ellos mismos calidad. "Un café no tiene el mismo gusto si es muy servido que si no lo es, aunque tenga la misma materia primera y salga de la misma cafetera", toma como símil.
Semana Santa, hora de cruzar los dedos
Para el camping Las Dunas, el número clientes empieza a ensartarse al mes de mayo y no se para hasta septiembre, con una punta importante entre el 20 de julio y el 15 de agosto, cuando el registro logra los 4.500 visitantes. Unas fechas que quedan lejos del puente de Semana Santa. "La crisis está y la gente lo nota", afirma Suñé, quien ha visto como el puente entre el Viernes Santo y lunes de Pascua se ha hecho "golpe más corto" porque la gente "el lunes ya quiere estar en casa".
Aunque estos días no sean importante para ellos, Suñé deja claro que otros compañeros del sector sí que ven reavivar sustancialmente su actividad. Es el caso del camping Lava, en Santa Pau (Garrotxa), un espacio que el 1992 abrió sus puertas para introducir el movimiento ecologista en el turismo.
El recinto está situado en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, por el que las paseadas a pie, en bicicleta o caballo por el Hayedo de en Jordà y los volcanes son algunas de las actividades estrellas de su oferta. Así pues, es comprensible que estos días de fiesta y la llegada de la primavera a ellos sí que los supongan algo más de movimiento.
Aun así, este año cuentan con un handicap: "La Semana Santa ha venido demasiado temprano". No es una queja como tal, pero sí que es un pequeño lamento que hace el director del camping, Joan Masoliver, quien cree que esto los hará sufrir "una sacudida" porque "no viene seguido del verano". "Ahora esperamos que haga buen tiempo, si llueve mucho, no nos ayudará", añade.
En su caso, se trata de un camping de estancias cortas, de entre una y tres noches. "Somos una opción que escoge quienes quieren descansar y relajarse", especifica Masoliver, "tenemos clientes que vienen desde que abrimos y repiten porque los gusta el trato, la manera de trabajar y la filosofía". Esto hace que sea una buena opción por quien buscan desconexiones esporádicas con el turismo rural, uno salvo que los permite aprovechar el que, para la costa, es sólo temporada mediana.
Proveedores de experiencias
Si hay un elemento en el cual destacan los campings de las comarcas gerundenses, este es el hecho de ofrecer algo más que un lugar donde pernoctar. "Un camping no es un alojamiento, es una experiencia única y diferente, otra manera de hacer vacaciones", defiende con contundencia el presidente de la asociación, quien atribuye el auge de los campings a la necesidad del turista de explorar opciones que hasta el momento no había contemplado.
Para aprovechar esta querencia, la entidad ha puesto en marcha la primera guía de campings por experiencias. "A la gente nos gusta cercar y probar cosas nuevas, por eso hemos identificado el que diferencia cada espacio, que no es más que la especialización", resume Gotanegra. El objetivo es convertir este producto en una herramienta de promoción y dar a conocer perspectivas que van "más allá de la tienda y que incluyen bungalous, ocio, animación o deporte". "Un camping pequeño tiene mucho más volumen de clientes que un hotel grande y se puede permitir el lujo de tener equipos de animación preparados y con actividades segmentadas por edad", insiste, "ya no somos un proveedor alojamiento, somos unos creativos de vacaciones".
El caso de Lava es un ejemplo ilustrativo del contenido de la guía. Ser un camping ecológico significa tener una actividad respetuosa con el medio ambiente, el que se traduce como tener unos buenos hábitos a escala interna, como es el uso de bombillas de bajo consumo o de reductores a las duchas para gastar menos agua, y a escala de usuario, con prácticas básicas como separar los residuos para reciclar o limitar el uso del coche a la zona. "Cuando abrimos ya se hablaba de cosas ecológicas y de no malograr ni destruir el planeta, pero nadie tenía visión y menos en un camping", recuerda Masoliver sobre sus inicios, cuando diseñaron una infraestructura 100% integrada con el entorno usando los mismos colores que los del paisaje: verde y negro, los colores del bosque y de la greda volcánica.
Los bungalous son una opción, pero también tienen tiendas y lugar por las caravanas. Lava |
Natura, familia, montaña o relajación. Lava podría estar en alguna de estas cuatro categorías, de entre un total de 12, según el filtro que ofrecen en el web de la guía Camping Experience.
Vacaciones en familia
Hay la creencia popular que el camping es una opción económica para hacer vacaciones, quizás por el hecho de tener a la cabeza la imagen de la autocaravana o el combo rulot y coche como medio de transporte y, a la vez, alojamiento. Pues esto, apunta Suñé, "es un mito".
"Una persona no escoge un camping por el precio, sino porque le gusta la tranquilidad y la natura, el ambiente familiar, el componente social...", enumera con un tono que deja claro que la lista es más larga. Masoliver, por su parte, resume todos los ventaja con una sola etiqueta: "Es un servicio óptimo". Un servicio que buscan, especialmente, las familias porque saben que encontrarán actividades buenas por sus hijos, sea cual sea su edad. "Si la chiquillería está contenta, los padres están felices", añade el director de Lava.
Respecto a la procedencia, en el caso del camping de Santa Pau, mayoritariamente son visitantes catalanes, los siguen los españoles, los franceses, los holandeses y los alemanes, todos con estancias cortas. Para el de Sant Pere Pescador, en cambio, el grueso proviene del centro de Europa, vienen con su coche y pasan cerca de 15 días al lugar. Una radiografía que arrecia la teoría del presidente de la Asociación de Campings de Girona: "Este estilo de hacer vacaciones es típico de Alemania, Holanda, Bélgica y países de aquella zona. Más del 25% de quienes salen en verano optan por eso". Una tendencia que no se da en España y que quieren replicar a través de iniciativas como el Camping Experience o la feria Girocamping.
Hasta entonces, con una concentración de la actividad en los meses de verano y con clientes provenientes del extranjero, el camping Las Dunas calcula que representa el 41% del PIB del municipio de costa. Si se consiguiera ampliar el público y los meses de veraneo, cuál sería el resultado?