La innovación está en boca de todo el mundo. No es ningún secreto pues, que empresas y administraciones públicas quieran aferrarse a este concepto y hacerlo crecer. Aún así, después de una pandemia global y la clara incertidumbre que ha vivido y vive el mundo después de esta crisis, cada vez más agentes ven la colaboración entre empresas privadas y públicas una idea menos disparatada: "Unidos seremos más fuertes". Ante esta nueva posibilidad de unión público-privada, la Barcelona New Economy Week (BNEW), celebra una conferencia dedicada especialmente a hablar de estos proyectos colaborativos y como estos, podrían marcar un antes y un después en la sociedad catalana y española.
"Tenemos que hacer valer la cooperación público-privada", explica Félix Ortega Sanz, director general de Barcelona Activa. En este sentido el ponente recuerda que alinear recursos entre administraciones es una iniciativa clave para reorganizar la sociedad y redirigir los objetivos hacia el mismo fin. Una ideología que también comparte Ramón Torrecillas San Millán, director general de la Fundación general CSIC, pero reconoce que "necesitamos una mejor estructura" para llegar a hacer posible la colaboración entre agentes de la sociedad. "Todavía falta perspectiva para entender que la innovación se desarrolla en todos los actores de la sociedad", también recrimina Ortega.
Torrecillas: "En desarrollo de la innovación todavía estamos muy por debajo la europea". media
Así pues, la colaboración público-privada podría convertirse en una realidad, pero todavía le quedan "algunas barreras para superar", tal como afirma Marc Pérez, presidente de Fenin Catalunya. En este caso, el ponente expone como la comunicación es clave y que uno de los principales problemas de la innovación es que no siempre es aplicable, sino que tiene mucha potencia en ámbito científico, pero la base de comercialización todavía no está suficientemente desarrollada. Una opinión que también comparte Torrecillas, que recuerda que "en desarrollo de la innovación todavía estamos muy por debajo la media europea".
La sanidad, un ejemplo empírico
La crisis de la covid-19 no dejó a ningún agente de la sociedad indiferente. De hecho, el trabajo cooperativo fue uno de los pilares esenciales de la resolución de la pandemia. Pérez reafirma que a pesar de las barreras de esta iniciativa pública y privada, la sanidad es un claro ejemplo del hecho que la colaboración público-privada funciona, puesto que tal como él mismo comenta "gracias al trabajo conjunto la crisis de la covid se pudo gestionar". Así pues, nos encontramos ante el primer ejemplo aplicable de que los objetivos conjuntos podrían funcionar.
Además, según el presidente de Fenin, nos encontramos ante una oportunidad histórica en el mundo de la sanidad, puesto que se ha probado la respuesta conjunta es "la mejor solución", apunta el ponente. A pesar del positivismo, Torrecillas insiste en decir que la inversión también es un punto necesario para conseguir todos estos objetivos; una inversión que aún no tiene demasiadas similitudes con la de otros países, pero también explica que "no es solo un tema de dinero sino de gestión de recursos".
Ortega: "Tenemos poca cultura del talento"
Fuga de talento
"Tenemos poca cultura del talento", sentencia Ortega. El director general de Barcelona Activa está convencido que no se da la importancia suficiente al talento, y por lo tanto, tampoco a la innovación. No es una opinión que genere controversia, puesto que todos los ponentes reconocen que el talento no es uno de los ámbitos más valorados en este país. "No es que no tengamos talento; el talento está, pero lo tenemos que encontrar y saber gestionar", añade Pérez. De este modo, coinciden que una de las bases de la innovación es el talento, y por lo tanto, merece la pena trabajar de manera conjunta para transferir el talento de las universidades públicas a empresas privadas.
Otro de los grandes problemas es la retención de este querido talento. Tal como explica el director general de la Fundación general CSIC, "no podemos seguir creando talento para que se marche a otras empresas". Y es que la mayoría del talento acaba siendo contratado por empresas de fuera, puesto que valoran las ideas frescas antes de que la experiencia: "Muchas veces no retenemos el talento porque la visión que tienen las empresas es de un gasto y no de una inversión", aclara Ortega. Sea como fuere, los ponentes reafirman que el talento es una rama muy importante para la innovación, y como tal se tiene que cuidar, y qué mejor manera que creando sinergias entre los actores de la sociedad para reconducir este talento de la educación pública a la ocupación privada.