La Comisión Europea ha presentado un plan para impulsar la economía circular en dos principales sectores, los que más residuos y contaminación generan, el del textil y la construcción . En el caso del primero, Bruselas pone el foco en la moda rápida y propone alargar la vida de la ropa con requisitos mínimos obligatorios en el diseño de los productos, por ejemplo para garantizar que los materiales son reciclables, se pueden reutilizar o para minimizar la presencia de sustancias que puedan ser perjudiciales para la salud o negativas para el medio ambiente.
La Comisión Europea quiere prohibir la destrucción de los productos no vendidos o devueltos. En este sentido, quiere impulsar el sector de la reutilización del textil y pide a los estados adoptar "medidas impositivas favorables" para estas empresas. Por la parte del consumidor, el plan vela porque los consumidores puedan tener información sobre el diseño y la fabricación del producto y cuenten con una "garantía de durabilidad" y "información relevante para reparar" la ropa en el momento de la compra.
En el sector de la construcción, responsables de la extracción del 50% de los recursos y de más del 30% de los residuos que se generan en la Unión Europea, la Comisión Europea plantea una revisión de la regulación de los productos del sector, en vigor desde el 2011. Así, Bruselas también quiere fijar requisitos mínimos a los productos de la construcción, tanto en cuanto a su impacto medioambiental como en la salud. También propone dar preferencia a los materiales reciclados y reciclables y que los productos indiquen cómo repararlos, entre otras medidas.
A pesar de poner el foco especialmente en los sectores del textil y la construcción, el plan para impulsar la economía circular también prevé actuaciones para mejorar el impacto de la mayoría de los productos en el mercado. Para hacerlo, la Comisión Europea quiere ampliar la actual directiva de ecodiseño para que afecte a más productos. La nueva propuesta no solo indicará la eficiencia energética de un producto, sino también su circularidad y el impacto medioambiental. Como en el caso de la ropa, también plantea medidas para evitar la destrucción de los productos y para asegurar que se conservan los materiales que se pueden reutilizar.