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"Vivir juntos, pero separados": ¿individualismo, edad o autonomía económica?

El porcentaje de personas que viven solas pasará de representar el 11,2% de la población total en 2024 al 14,3% en 2039

La situación económica y laboral más favorable de muchas personas mayores hace que cada uno quiera mantener su espacio personal | iStock
La situación económica y laboral más favorable de muchas personas mayores hace que cada uno quiera mantener su espacio personal | iStock
22 de Enero de 2025
Act. 22 de Enero de 2025

¿Para cuándo ir a vivir juntos? Esta es una pregunta que se repite a menudo, tanto entre parejas jóvenes como entre personas mayores que, a pesar de estar juntas, viven separadas. La situación económica y laboral más favorable de muchas personas mayores, en comparación con los jóvenes, hace que cada uno quiera mantener su espacio personal sin tener que renunciar a sus propiedades y bienes. De esta manera, intentan conservar su estilo de vida y sus decisiones financieras. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de personas que viven solas pasará de representar el 11,2% de la población total en 2024 al 14,3% en 2039.

 

Estas cuestiones reflejan la transformación de la sociedad hacia un individualismo creciente y el cambio en los modelos familiares tradicionales. Además, se observa que los hogares formados por una sola persona experimentarán el incremento más grande en los próximos 15 años. Se prevé que en 2039 habrá 7,7 millones de hogares unipersonales (el 33,5% del total), con un aumento del 41,9% respecto a 2024. Por otro lado, los hogares formados por dos personas alcanzarán los 7,2 millones en 2039 (el 31,3% del total), con un crecimiento del 29,7% desde 2024, y dejarán de ser el tipo más común, siendo superados por los hogares unipersonales.

Se prevé que en 2039 habrá 7,7 millones de hogares unipersonales (el 33,5% del total), con un aumento del 41,9% respecto a 2024

Según el estudio de 2022 La gestión de la intimidad en la sociedad de la información y el conocimiento. Parejas y rupturas en la España actual, las parejas LAT (Living Apart Together), o en español "viviendo juntos, pero separados" representan un 7% del total de las relaciones en nuestro país, donde el 70% de la población tiene pareja. Además, el estudio estima que la edad media de estas parejas es de 42 años, que uno de cada tres miembros es separado o divorciado (34,2%) y que el 46,5% tiene estudios universitarios.

 

Entre la independencia y el deseo

El término pareja LAT se utiliza para describir una relación en la que las dos personas no conviven en el mismo hogar por elección propia. Esto puede ser por diversas razones, como el hecho de que sean personas separadas con hijos o hijas de cada una de las partes, lo que puede complicar la convivencia, o para evitar conflictos derivados de la vida en común, querer mantener su espacio personal, etc. Según explica a VIA EmpresaÁngel Serra, psicólogo clínico y docente en la Universidad de Vic, “se priorizan las necesidades individuales, ya que cada persona tiene una trayectoria propia, ya hecha o por hacer, donde la realización profesional juega un papel importante. La relación no debe verse como una carga que interfiera en este proyecto personal. Están juntos cuando quieren, no por obligación, sino por deseo, y eso ayuda a preservar la relación de las tensiones y el estrés cotidianos”.

“En primer lugar, cuando conoces a una persona después de tantos años de haber convivido con otra, no te quieres embarcar de inmediato en una aventura conviviendo juntos. Y, en segundo lugar, el tema de los hijos. En el caso de mi pareja, ya tenía los hijos grandes e independientes, pero en mi caso no. Mis hijos aún eran muy pequeños y consideré que, aunque pasara el tiempo hasta que mis hijos no fueran económicamente independientes y vivieran fuera de casa, no daría el paso de comenzar a vivir juntos”, explica Teresa Montalat a VIA Empresa, mujer de 58 años, madre de dos hijos y separada que hace 12 años que adopta el modelo de pareja LAT.

Serra (Universidad de Vic): “se priorizan las necesidades individuales, ya que cada persona tiene una trayectoria propia, ya hecha o por hacer, donde la realización profesional juega un papel importante”

Hablan todos los días gracias a la tecnología, pero no se ven cada día. Pasan juntos las vacaciones y un fin de semana en casa de ella cuando tiene a los hijos, y el otro fin de semana en casa de él cuando no los tiene. Según Montalat, “si hay una tercera persona en casa que intenta ejercer de figura paterna, a menudo acaba mal, y eso quería evitar a toda costa.” Además, añade: “Como te ves poco, no hay rutina, y sin rutina, todo es mucho más agradable. Todo sigue siendo como una aventura, como al principio”.

Además, señala que ha visto muchos casos de personas que no han seguido este modelo por cuestiones económicas, y que, justo al contrario, necesitan convivir juntos y deciden compartir vidas y familias. “Este tipo de relaciones, sobre todo con niños bastante pequeños, falla”, añade.

Vivir solo cuesta 6.900 euros más al año que hacerlo en pareja

Los hogares unipersonales ya representan el 26,4% del total en Catalunya, según el Idescat. Esta cifra, en constante crecimiento, ha pasado del 20% en 2001 y se prevé que llegue al 30% en los próximos 24 años.

Vivir solo conlleva costes adicionales, conocidos como tasa single. Los gastos son más elevados en ámbitos como la vivienda, las facturas del hogar o la cesta de la compra. De hecho, en 2022, el gasto medio de los hogares unipersonales en Catalunya fue de 22.885 euros anuales, mientras que en hogares con dos personas adultas (sin hijos dependientes) fue de 31.964 euros, o 15.982 euros por persona. Esto significa que vivir solo cuesta 6.905 euros más al año que vivir en pareja.

Los singles son, de hecho, objeto de estudio de muchas marcas, ya que tienen unos hábitos de consumo diferentes a los de los demás. Concretamente, las personas que viven solas tienden a gastar más dinero en productos de bienestar, servicios de cuidado personal, ocio y viajes.