En las empresas catalanas hay muchos jefes, desde autoritarios, inspiradores, carismáticos, accidentales y también tóxicos. Un "veneno en la oficina", expresión utilizada con la Gran Renuncia, en la que miles de trabajadores han dejado sus empleos después de la pandemia y con un factor común: la relación con su superior. Son numerosos los estudios, desde Tent Spot hasta la consultora DDI o varias universidades, en los que las cifras rondan alrededor del 50% de abandonos debido a "jefes mal preparados y tóxicos". Y como consecuencia, aparecen grietas insalvables en los equipos de las empresas.
"Un jefe con comportamientos tóxicos es aquel que carece de empatía y no comprende las necesidades de los trabajadores", destaca en VIA EmpresaRubén Boo, técnico del Departamento de Gestión y Desarrollo de Personas de Synergie. Otras características de estos liderazgos tienen que ver con la forma de comunicarse, que suele ser ineficaz y poco clara. "Son perfiles directos, sin pelos en la lengua y no proporcionan críticas constructivas", continúa Boo. Y además, "destacan por optar por el microcontrol y culpar a los demás miembros del equipo en lugar de buscar soluciones".
Entonces, ¿qué debería tener un jefe ideal para potenciar a sus trabajadores? Según una encuesta elaborada por InfoJobs, la cualidad más valorada para el 47% de los catalanes es saber reconocer, felicitar y apreciar los éxitos de los trabajadores, además de tratar bien al equipo. A esto se suman los atributos relacionados con la inteligencia emocional. Y sin olvidar aquellos rasgos que han crecido más en valoración: la empatía, la humildad, la capacidad de comunicar y la escucha activa.
La entrevista de trabajo y las 'red flags'
En las entrevistas de trabajo, un posible solicitante se ilusiona con la posición, cree que es la organización ideal para él, sigue de cerca la empresa, se ve desarrollando su trayectoria profesional, pero de repente entra por la puerta el "futuro jefe" para entrevistarlo y todo se desmorona. No le mira a la cara, es arrogante y le transmite malas vibraciones
Alerta con frases como "no tenemos hora de salida", haciendo alusión a la disponibilidad durante las 24 horas del día
Los expertos tienen claro que hay señales, calificadas como red flags (banderas rojas), para detectar a un jefe tóxico en diez segundos. Y la sensación más importante de todas tiene que ver con la incomodidad. Otros aspectos característicos son la presión para que aceptes la oferta o para que vayas a la entrevista lo más pronto posible: "tenemos muchos solicitantes y es una oportunidad única". Por lo tanto, es imprescindible conocer si hay alta rotación y como describen la cultura corporativa.
Alerta con frases como "no tenemos hora de salida", haciendo alusión a la disponibilidad durante las 24 horas del día, así como la poca información detallada sobre el puesto, así como las perspectivas de futuro. También hay que prestar atención a si hablan mal o hacen bromas sobre algún empleado o ex empleado no presente.
Para Boo, es necesario vigilar con preguntas ilegales o poco profesionales, como si quieres tener hijos pronto, el estado civil o la ideología. También se puede preguntar a los "futuros jefes" si es una posición de nueva creación o quién la ocupó anteriormente y conocer más detalles del motivo del cambio. No es lo mismo hablar de una promoción que de un despido.
¿Cómo es posible que asciendan a un jefe tóxico?
Para muchos, esa es la pregunta del millón y difícil de responder. ¿Cómo ha llegado a una posición crucial un profesional cuestionado en muchos aspectos? ¿Por qué todavía hay personas que les siguen en lo que hacen? Según el profesor de liderazgo y psicología organizacional de Claremont McKenna College, Ronald Riggio, esto tiene que ver con la manera en que funciona la mente humana.
Riggio señala que muchos trabajadores confunden la arrogancia y el narcisismo con la fuerza, y habla de la "pereza cognitiva" como un factor que hace que muchos acepten las circunstancias porque "intentar un cambio suena agotador". Para algunos empleados, su jefe puede ser considerado un gestor tóxico, pero para otros puede ser percibido como alguien que produce resultados positivos, como aumentos en los beneficios o acuerdos de ventas importantes. Riggio destaca que "para estos líderes, el fin justifica los medios. Si parecen efectivos, la gente no cuestiona cómo llegaron hasta donde están".
Muchos trabajadores confunden la arrogancia y el narcisismo con la fuerza y el liderazgo
Finalmente, si alguien convive con un jefe tóxico o se lo encuentra por sorpresa, el experto recomienda la estrategia de establecer límites claros y evitar los enfrentamientos directos, ya que "es lo que buscan". El experto de Synergie sugiere mantener la calma, aplicar la diplomacia y, sobre todo, buscar apoyo externo, ya sea de un amigo o familiar, de un compañero de trabajo, y recurrir a las altas esferas si no hay más remedio.