02
de Diciembre
de
2015
Act.
03
de Diciembre
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2015
La negociación de un acuerdo transatlántico de libre comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea (UE), el ya famoso TTIP, ha generado una expectación poco habitual en este tipo de casos. Los debates sobre la cuestión son habituales en todo el territorio desde que se empezó a negociar. "Ha traído más polémica y debate del que es común, pero esto es bueno. Es un reto y nos obliga a mejorar la comunicación y la transparencia", asegura en una conferencia al Círculo de Economía Ignacio García Bercero. Él es una de las personas que mejor conoce los detalles de una negociación que engloba más de 20 temas. Nova, García Bercero es ningún negociador y director de la Dirección general de Comercio de la Comisión Europea, donde trabaja desde el 1987. De hecho, coordinó el grupo de trabajo que recomendó el lanzamiento de las negociaciones del TTIP.
Ante las críticas de oscurantismo, Bercero recuerda que "todas las propuestas de la UE en la negociación son públicas. Todo el mundo puede ver en el web qué propone la UE en cada apartado". Aún así, hay documentos que no se pueden hacer públicos, como los que muestran la posición de los Estados Unidos o en los que ya hay un acuerdo avanzado, los documentos consolidados. "No son públicos pero están disponibles por los estados miembros y por los parlamentarios europeos. Esto permite en los estados y en el Parlamento fiscalizar el trabajo de la Comisión", añade García Bercero. Además, recuerda que el texto completo del acuerdo "será público antes de tomar una decisión sobre si se aprueba o no".
Una nueva definición del comercio internacional
"Es el acuerdo comercial y de inversión más grande negociado nunca por la UE desde que se fundó la OMC", recuerda. Por lo tanto, "su potencial para generar ocupación y crecimiento es significativo siempre que negociamos un acuerdo ambicioso y equilibrado", asegura. Bercero expone que millones de puestos de trabajo a la UE dependen del comercio internacional, donde la alianza europea mantiene un 15% de las exportaciones mundiales.
Por García Bercero "la experiencia del impacto de los acuerdos comerciales es globalmente positiva". Recuerda que el acuerdo de libre cambio con Corea del Sur también fue controvertido en su día, pero saca pecho asegurando que tres años después "nuestras exportaciones en Corea han crecido en más de un 50%, y las de automóviles se han multiplicado por tres, logrando una cuota de mercado que ha aumentado del 9 al 11%". Por todo ello, Bercero destaca que Europa "no tiene que ir a las negociaciones con complejo de perdedores, podemos negociar de forma ambiciosa para dar nuevas oportunidades a las empresas".
Antes de entrar en el detalle de los aspectos básicos de la negociación, Bercero indica que el TTIP tiene que ser una herramienta estratégica "en un momento donde se redefinen las normas del comercio internacional. Se tienen que modernizar, y el acuerdo con los Estados Unidos da la oportunidad de hacer un proyecto común que permita acordar una cooperación beneficiosa para todo el mundo". En este sentido, asegura que una mayor coherencia en las normativas de ambos mercados "facilitará el comercio bilateral y que estas sean las de referencia al comercio mundial".
Un punto que también incluye la protección de los derechos laborales. "Nos tenemos que poner de acuerdo porque sea un capítulo sólido y robusto y sea un punto de referencia para discusiones globales", reivindica el negociador europeo. Bercero, además, se muestra preocupado por el hecho que "los sindicatos vean como una amenaza y no una oportunidad el tema de los derechos laborales. Las dos partes queremos protegerlos".
La reducción arancelaria
Cómo en cualquier acuerdo de libre comercio, Bercero reconoce que "el objetivo es eliminar los máximos aranceles posibles". Las últimas ofertas en este sentido prevén una eliminación del 97%. "Será un desarme arancelario muy ambicioso. A menudo se llama que los derechos de aduana son bajos de media en los Estados Unidos; pero hay sectores como el textil, el calzado, la cerámica, las conservas de pescado o los lácteos donde son muy altos (del 10 al 30%)".
Bercero, además, añade que actualmente cuando los aranceles son más bajos (4% en maquinaria y 6% en sector químico) "siguen siendo altos comparado con el 0% que se encontrarán las empresas asiáticas con el acuerdo del Pacífico". El dirigente de la Comisión Europea, a pesar de todo, asegura que " habrá sectores sensibles donde habrá que vigilar el calendario de eliminación de aduanas, o que se incluya no eliminarlas del todo".
Los servicios públicos no son sobre la mesa
Uno de los temas que más ajetreo ha provocado es lo de los servicios. Los movimientos contrarios al acuerdo temen una importante privatización, hecho que el negociador europeo niega con vehemencia. "Los servicios públicos no se tratarán en la negociación. Se llama que se liberalizarán y se impedirá su regulación, pero esto no entra a cabeza de nuestros acuerdos", afirma.
Además, incide en el hecho que "mantenemos reservas claras que garantizan a la administración pública poder decidir si un servicio lo tiene que ofrecer el sector público o el privado". Por el negociador de la Comisión Europea, el acuerdo que ha puesto sobre la mesa la UE en este aspecto es "similar al que tenemos con el Canadá, y los Estados Unidosplantean un de muy similar al del Pacífico".
En cuanto a las licitaciones de compra pública, Bercero destaca que son de un "interés mayor por la UE, que tiene un mercado muy abierto de compras públicas, dondepueden participar las empresas americanas". En cambio, lamenta, "en los Estados Unidos está mucho más vetado. Para participar en una licitación en los Estados Unidos hay más obstáculos"; por lo cual este apartado se presenta como "uno de los temas difíciles de la negociación".
Normas y reglamentos, el punto caliente
Si hay, pero, un aspecto que ha centralizado las críticas al TTIP es lo de los efectos que puede tener en normativas y reglamentos. Desde Europa hay el temor que la protección obtenida en sectores como el alimentario sufra un retroceso fruto del acuerdo con los norteamericanos. García Bercero, pero, reivindica "establecer una base más sólida en la cooperación reglamentaria"; y defiende que la UE no cederá en ningún caso en sus principios de base.
"Nada del que negociamos en temas reglamentarios tiene que provocar una rebaja del nivel de protección de los ciudadanos europeos", deja claro. El objetivo, pues, pasa para "evitar una duplicación innecesaria de requisitos".
Además, Bercero indica que "cualquier cooperación reglamentaria se tiene que basar en el interés mutuo de los reguladores de ambas partes, con transparencia, y respetando los procedimientos establecidos por cada cual". Este punto se traduce en la negociación sobre nuevo sectores concretos para "reducir los costes innecesarios de la duplicación reglamentaria".
En cuanto a las normativas sobre competencia, perspectiva de las pymes, comercio de energía y materias primeras, protección de las indicaciones geográficas o protección de la inversión; Bercero explica que "habíamos decidido suspender la negociación hasta quehubiera un acuerdo más amplio a la UE. La propuesta final es una reforma muy profunda que permita asegurar la protección de las inversiones, pero tampoco cuestionar la legislación de los estados".
Respete el arbitraje en estas cuestiones, destaca que "hay de haber una protección judicial. Un grupo de 15 jueces nombrados por las dos partes tendría que decidir sobre las disputas con una opción de apelación".
El papel de las pymes
"Por primera vez estamos negociando un capítulo específico sobre las pymes", destaca Bercero. "Intentamos identificar como sepueden beneficiar y qué temas las pueden afectar más", añade. El gran reto en este ámbito, pero, es como "desarrollar estrategias para aprovechar las oportunidades que abre un acuerdo como este".
El negociador europeo, aun así, traspasa esta responsabilidad en los estados. "Son las autoridades nacionales las que tienen que establecer un diálogo con las pymes para preparar esta estrategia"; y recomienda "empezar a hacerlo sin esperar a que el acuerdo esté listo".
Ante las críticas de oscurantismo, Bercero recuerda que "todas las propuestas de la UE en la negociación son públicas. Todo el mundo puede ver en el web qué propone la UE en cada apartado". Aún así, hay documentos que no se pueden hacer públicos, como los que muestran la posición de los Estados Unidos o en los que ya hay un acuerdo avanzado, los documentos consolidados. "No son públicos pero están disponibles por los estados miembros y por los parlamentarios europeos. Esto permite en los estados y en el Parlamento fiscalizar el trabajo de la Comisión", añade García Bercero. Además, recuerda que el texto completo del acuerdo "será público antes de tomar una decisión sobre si se aprueba o no".
Una nueva definición del comercio internacional
"Es el acuerdo comercial y de inversión más grande negociado nunca por la UE desde que se fundó la OMC", recuerda. Por lo tanto, "su potencial para generar ocupación y crecimiento es significativo siempre que negociamos un acuerdo ambicioso y equilibrado", asegura. Bercero expone que millones de puestos de trabajo a la UE dependen del comercio internacional, donde la alianza europea mantiene un 15% de las exportaciones mundiales.
Ignacio García Bercero (izquierdo), ha repasado el estado del TTIP al Círculo de Economía. PGF |
Por García Bercero "la experiencia del impacto de los acuerdos comerciales es globalmente positiva". Recuerda que el acuerdo de libre cambio con Corea del Sur también fue controvertido en su día, pero saca pecho asegurando que tres años después "nuestras exportaciones en Corea han crecido en más de un 50%, y las de automóviles se han multiplicado por tres, logrando una cuota de mercado que ha aumentado del 9 al 11%". Por todo ello, Bercero destaca que Europa "no tiene que ir a las negociaciones con complejo de perdedores, podemos negociar de forma ambiciosa para dar nuevas oportunidades a las empresas".
Antes de entrar en el detalle de los aspectos básicos de la negociación, Bercero indica que el TTIP tiene que ser una herramienta estratégica "en un momento donde se redefinen las normas del comercio internacional. Se tienen que modernizar, y el acuerdo con los Estados Unidos da la oportunidad de hacer un proyecto común que permita acordar una cooperación beneficiosa para todo el mundo". En este sentido, asegura que una mayor coherencia en las normativas de ambos mercados "facilitará el comercio bilateral y que estas sean las de referencia al comercio mundial".
Un punto que también incluye la protección de los derechos laborales. "Nos tenemos que poner de acuerdo porque sea un capítulo sólido y robusto y sea un punto de referencia para discusiones globales", reivindica el negociador europeo. Bercero, además, se muestra preocupado por el hecho que "los sindicatos vean como una amenaza y no una oportunidad el tema de los derechos laborales. Las dos partes queremos protegerlos".
La reducción arancelaria
Cómo en cualquier acuerdo de libre comercio, Bercero reconoce que "el objetivo es eliminar los máximos aranceles posibles". Las últimas ofertas en este sentido prevén una eliminación del 97%. "Será un desarme arancelario muy ambicioso. A menudo se llama que los derechos de aduana son bajos de media en los Estados Unidos; pero hay sectores como el textil, el calzado, la cerámica, las conservas de pescado o los lácteos donde son muy altos (del 10 al 30%)".
Bercero, además, añade que actualmente cuando los aranceles son más bajos (4% en maquinaria y 6% en sector químico) "siguen siendo altos comparado con el 0% que se encontrarán las empresas asiáticas con el acuerdo del Pacífico". El dirigente de la Comisión Europea, a pesar de todo, asegura que " habrá sectores sensibles donde habrá que vigilar el calendario de eliminación de aduanas, o que se incluya no eliminarlas del todo".
Los servicios públicos no son sobre la mesa
Uno de los temas que más ajetreo ha provocado es lo de los servicios. Los movimientos contrarios al acuerdo temen una importante privatización, hecho que el negociador europeo niega con vehemencia. "Los servicios públicos no se tratarán en la negociación. Se llama que se liberalizarán y se impedirá su regulación, pero esto no entra a cabeza de nuestros acuerdos", afirma.
Las negociaciones del TTIP han generado rechazo en ciertos sectores. PGF |
Además, incide en el hecho que "mantenemos reservas claras que garantizan a la administración pública poder decidir si un servicio lo tiene que ofrecer el sector público o el privado". Por el negociador de la Comisión Europea, el acuerdo que ha puesto sobre la mesa la UE en este aspecto es "similar al que tenemos con el Canadá, y los Estados Unidosplantean un de muy similar al del Pacífico".
En cuanto a las licitaciones de compra pública, Bercero destaca que son de un "interés mayor por la UE, que tiene un mercado muy abierto de compras públicas, dondepueden participar las empresas americanas". En cambio, lamenta, "en los Estados Unidos está mucho más vetado. Para participar en una licitación en los Estados Unidos hay más obstáculos"; por lo cual este apartado se presenta como "uno de los temas difíciles de la negociación".
Normas y reglamentos, el punto caliente
Si hay, pero, un aspecto que ha centralizado las críticas al TTIP es lo de los efectos que puede tener en normativas y reglamentos. Desde Europa hay el temor que la protección obtenida en sectores como el alimentario sufra un retroceso fruto del acuerdo con los norteamericanos. García Bercero, pero, reivindica "establecer una base más sólida en la cooperación reglamentaria"; y defiende que la UE no cederá en ningún caso en sus principios de base.
"Nada del que negociamos en temas reglamentarios tiene que provocar una rebaja del nivel de protección de los ciudadanos europeos", deja claro. El objetivo, pues, pasa para "evitar una duplicación innecesaria de requisitos".
Además, Bercero indica que "cualquier cooperación reglamentaria se tiene que basar en el interés mutuo de los reguladores de ambas partes, con transparencia, y respetando los procedimientos establecidos por cada cual". Este punto se traduce en la negociación sobre nuevo sectores concretos para "reducir los costes innecesarios de la duplicación reglamentaria".
En cuanto a las normativas sobre competencia, perspectiva de las pymes, comercio de energía y materias primeras, protección de las indicaciones geográficas o protección de la inversión; Bercero explica que "habíamos decidido suspender la negociación hasta quehubiera un acuerdo más amplio a la UE. La propuesta final es una reforma muy profunda que permita asegurar la protección de las inversiones, pero tampoco cuestionar la legislación de los estados".
Respete el arbitraje en estas cuestiones, destaca que "hay de haber una protección judicial. Un grupo de 15 jueces nombrados por las dos partes tendría que decidir sobre las disputas con una opción de apelación".
El papel de las pymes
"Por primera vez estamos negociando un capítulo específico sobre las pymes", destaca Bercero. "Intentamos identificar como sepueden beneficiar y qué temas las pueden afectar más", añade. El gran reto en este ámbito, pero, es como "desarrollar estrategias para aprovechar las oportunidades que abre un acuerdo como este".
El negociador europeo, aun así, traspasa esta responsabilidad en los estados. "Son las autoridades nacionales las que tienen que establecer un diálogo con las pymes para preparar esta estrategia"; y recomienda "empezar a hacerlo sin esperar a que el acuerdo esté listo".