El consumo de biomasa en Catalunya para usos térmicos creció un 1,1% en el año 2023, según los datos del balance anual de la Estrategia para promover el aprovechamiento de la biomasa forestal y agrícola. En total, se consumieron 552.000 toneladas anuales y la superficie forestal gestionada aumentó un 1% hasta las 23.001 hectáreas.
De hecho, las actuaciones de la Estrategia han permitido multiplicar por 2,5 tanto el consumo como el número de hectáreas gestionadas en sus primeros 10 años de vigencia. El objetivo es alcanzar las 730.000 toneladas de biomasa consumidas para usos térmicos y las 30.400 hectáreas gestionadas en el año 2027. Con el consumo de biomasa, se han reducido 218.057 toneladas anuales de emisiones de efecto invernadero.
La diversificación, en aumento
En los últimos 10 años, la producción de biomasa en Catalunya se ha profesionalizado y el consumo se ha diversificado hacia instalaciones más grandes y cada vez más desvinculadas de la climatología. El consumo de astilla se ha multiplicado por 15 y el de pellet se ha más que duplicado. Estos dos productos requieren procesos de elaboración y se utilizan para tecnologías de consumo más grandes y eficientes.
Por otro lado, el consumo de leña, más relacionado con el ámbito doméstico y la climatología, también ha aumentado. En este caso, lo ha hecho cerca de un 25% en el mismo periodo. Además de ayudar a mitigar el cambio climático, el aprovechamiento de la biomasa fomenta la prevención de incendios y mejora el estado de los bosques.