La Federació de Cooperatives Agrícoles de Catalunya (FCAC) ha advertido que los efectos de la sequía producirán un descenso de la facturación en la temporada 2023. A pesar de tener un mercado con precios más altos y los buenos resultados del 2022, donde la facturación aumentó hasta los 2.276,8 millones de euros, un 16% más que el anterior ejercicio, la FCAC es pesimista respecto al balance del 2023.
Alrededor de 200 socios de la Federació de Cooperatives Agrícoles se han reunido en la Selva del Camp esta semana para compartir los datos registrados durante la campaña 2021-2022. En este sentido, el presidente de la entidad, Ramon Sarroca, ha puntualizado que el margen de beneficios en la temporada 2022 ya fue menor y teme que acciones como el cierre del canal de Urgell, las restricciones de agua o la carencia de lluvias tengan un impacto negativo en la campaña del año pasado. Por eso, ha reiterado la voluntad del sector agroalimentario de estar presente en las mesas de trabajo sobre la gestión del agua, a pesar de que ha calificado de "récord" los resultados.
La facturación crece en todas las demarcaciones
El aumento de facturación ha sido generalizado en todas las demarcaciones catalanas, si bien las empresas de Lleida son las que han aportado más al conjunto, el 53,5% del total de Catalunya. Por otro lado, el repunte de ingresos del anterior ejercicio también se explica por el incremento de empresas que se han adherido a la FCAC.
Entre los cultivos más afectados, Sarroca ha destacado los cereales de invierno de secano o el maíz y los forrajes que no han recibido los riegos necesarios
Entre los cultivos más afectados, Sarroca ha destacado los cereales de invierno de secano o el maíz y los forrajes que no han recibido los riegos necesarios. También ha alertado de la bajada de la facturación del sector del aceite, el cual ha apuntado que ha registrado una bajada de kilos respecto a la anterior campaña.
Por otro lado, la FCAC ha sacado pecho del peso del cooperativismo sobre la producción final agraria de Catalunya, que se sitúa en el 37%. A la vez, han señalado que el 76% del aceite de oliva del país se produce en cooperativas, un porcentaje que se eleva hasta el 72% en el caso de la almendra, un 68% en el cultivo de arroz, un 67% en la avellana y un 63% en el caso de la algarroba.