La ideología es parte esencial del concepto cooperativa. Pero, ¿hay falta de pragmatismo en las organizaciones de economíasocial? ¿Pueden competir con las grandes corporaciones centrándose más en la pureza del término que en las necesidades específicas de cada momento? Hay un cierto consenso en el sector: las cooperativas tienen que ser más pragmáticas sin dejar de lado la ideología de base. Así, podrán llegar a competir con las multinacionales.
Lo explican varios miembros del mundo cooperativista en la jornada "Hacia un mundo más sostenible. El papel de las cooperativas", que ha organizado la Caixa d'Enginyers por primera vez en motivo del Día Internacional de las Cooperativas. Uno de los ponentes de la conferencia, que esta vez se ha hecho virtualmente debido al coronavirus, ha sido Eloi Serrano, director de la Cátedra de Economía Social de la Escuela Superior de Ciencias Sociales y Empresa de la Universitat Pompeu Fabra. Ha asegurado que "el cooperativismo no puede darle la espalda al mundo que nos rodea si quiere ser una herramienta transformadora".
En la misma línea, Josep Vidal, director general de Economía Social, el Tercer Sector y las Cooperativas, considera que "el cooperativismo tiene que adaptarse para sobrevivir y ser más fuerte". En su intervención durante el cierre del acto, ha recordado que este tipo de organizaciones no forman parte de la economía global, puesto que "son una alternativa a la economía del capital". Aún así, como conviven, tienen que adoptar parte de sus reglas para poder competir.
La jornada, dirigida y moderada por el director de VIAEmpresa, Víctor Costa, ha contado con la presencia del director general de Caixa d'Enginyers, Joan Cavallé, que también ha hecho un llamamiento al mundo cooperativista en el mismo sentido: "El sector tiene que aterrizar en el pragmatismo, porque las empresas hacen un esfuerzo importante para ser más sociales". Así como las corporaciones tienden a dar más importancia y visibilidad a su vertiente social, las cooperativas tienen que superar una de las que Cavallé considera sus principales debilidades, precisamente la falta de pragmatismo. Esto, permitiría "competir con las mismas herramientas".
Unir fuerzas
Durante el debate, también se ha puesto de manifiesto la necesidad de unir fuerzas para crecer. Los ponentes han coincidido en la importancia de dejar atrás la atomización: "Nos cuesta construir estructuras mucho más grandes que sobrepasen la cooperativa individual, pero si lo hacemos podremos competir con las multinacionales", ha asegurado David Cos, presidente del Grupo Clade.
"El sector tiene que aterrizar en el pragmatismo, porque las empresas hacen un esfuerzo importante para ser más sociales"
Por su parte, Quim Sicília, miembro de la Confederació de Cooperatives de Catalunya, ha indicado que el tejido del sector tiene una facturación de unos 5.000 millones de euros y cuenta con unos 2,6 millones de socios, consumidores, productores y trabajadores. Este volumen tiene más valor unido que separado, defiende Sicília: "Las alianzas y la intercooperación tienen que ser elementos básicos". En este camino, considera que "la ideología y el pragmatismo tienen que ir de la mano en todo momento".
La crisis de la covid-19 ha servido para poner sobre la mesa la construcción de un nuevo modelo socioeconómico. ¿Tienen que liderar este cambio las cooperativas? Cristina Freijanes, secretaria general de la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (UNACC), asegura que "la respuesta tiene que venir de las personas". En este sentido, recuerda que las cooperativas ponen las personas por delante del capital y que, por lo tanto, son una buena herramienta. Además, destaca la capacidad que tienen de captar provisiones en tiempos de bonanza y, por lo tanto, el músculo del que disponen para hacer frente a la crisis actual.
Cos considera que la crisis actual va más allá de la economía: "Estamos en una crisis ecológica y de conciencia humana, nos planteamos cómo nos entendemos a nosotros mismos y nuestra relación con el mundo. El cooperativismo tendría que estar bien posicionado aquí y me sorprende ver que no lo está". Pero para Serrano no es positivo para el sector que sólo se lo tenga en cuenta en momentos como este. Cree que "el cooperativismo y la economía social cogen más importancia en periodos de crisis, pero no tendría que ser una herramienta para cuando las cosas van mal, sino una manera de ver el mundo".
"Somos marcas limpias y cada vez se habla mejor de la economía social; hay cierto prestigio"
Falta de referentes
Todos los participantes en la jornada se han mostrado de acuerdo con las palabras iniciales de Cavallé: "Hay tendencias que empezamos a notar: las empresas con criterios medioambientales y sociales han tenido una evolución muy positiva; tenemos que avanzar en la cooperación y la investigación de respuestas globales". En esta línea, Cos asegura que "somos marcas limpias y cada vez se habla mejor de la economía social; hay cierto prestigio". Pero también hay deberes pendientes. ¿Qué referentes tienen los jóvenes?
Serrano pone el énfasis en la poca actividad académica en este ámbito. "La economía social representa un 10% del PIB catalán, más o menos, pero hay muy poca producción científica a su alrededor", denuncia. Y añade que "muchos alumnos de Economía o ADE acaban la carrera sin haberla estudiado". Cos lo resume así: "El tejido empresarial y la conciencia del consumidor se ha ido impregnando de los valores del cooperativismo, pero todavía estamos en un momento muy tímido; son muy importantes la formación y los referentes en el mundo académico".