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¿Quién paga la fiesta de las Fallas?

Sin un estudio de impacto económico riguroso sobre la fiesta de Valencia, las estimaciones hablan de más de 700 millones de euros que ahora quedan en el aire

Uno de los monumentos falleros que ya está en la calle estos días | ENdT
Uno de los monumentos falleros que ya está en la calle estos días | ENdT
València
11 de Marzo de 2020
Act. 11 de Marzo de 2020

La fiesta de las Fallas tiene un impacto social, económico y cultural de difícil estimación. Sobre todo, en el terreno económico es todavía desconocido, con cifras contrastadas, cuál es el impacto económico que tiene la fiesta en la ciudad de València. Ahora, cuando la crisis por el coronavirus ha obligado a cancelar la celebración, todo el mundo se pregunta su valor. El presidente de la Generalitat Valenciana Ximo Puig ha estimado esta mañana, en una intervención radiofónica en la Cadena Ser, que el coste se sitúa en los 700 millones de euros, sabiendo que no hay una estimación económica definitiva.

La realidad es que los únicos informes que maneja la ciudad, cifrados en el año 2008, hablan de todavía más dinero que los que ha cifrado Puig: el último estudio de este estilo lo elaboró la Interagrupació de Falles (entidad asociativa que une las comisiones falleras de la ciudad) y en este estudio se enumera un total de 31 sectores afectados/implicados y cifra en 753.768.515,12 euros, cerca de unos 800 millones de euros, el impacto económico de la fiesta valenciana.

El último estudio lo elaboró la Interagrupación de Fallas en 2008 y cifra el impacto en torno a unos 800 millones de euros

Ahora el presidente Puig apunta que el hecho que se puedan celebrar las fiestas en un futuro dependerá de los falleros y de los ayuntamientos, en un escenario que ha calificado de "doloroso porque hay muchas personas que han sido trabajando todo el año y tienen mucha ilusión por estas fiestas". Lo que es cierto es que esta mañana de miércoles, la ciudad entera está inmersa en una especie de luto. Nadie se cree que las Fallas estén aplazadas, de hecho en su historia la fiesta del cap i casal sólo se ha anulado por la guerra de Cuba en 1868, la Guerra Civil española y una más por motivos económicos, cuando la subida a 60 pesetas del impuesto municipal en 1886 por el montaje a la calle trajo a las comisiones, de manera individual, a no ocupar la vía pública. Lo ha recordado –como recoge Europa Press- Javier Mozas, el delegado de la Delegación de Documentación (Archivo, censos y biblioteca) de la Junta Central Fallera de València, el órgano rector de las fiestas josefinas.

El resto de años, València ha plantado sus fallas en la calle. "El impacto tiene dimensiones enormes. Hay artistas falleros que están llorando, porque el día siguiente de plantar la falla, tienen que seguir trabajando y ahora no saben qué pasará. Sus economías dependen de todo el que está pasando ahora", apunta un experto consultado por VIA Empresa. "Y las floristas, ¿qué hacemos con ellas? Tienen las flores preparadas para la Ofrenda. Hay algunas que con cuatro fallas tienen la facturación hecha", apunta otra fuente. Incluso los técnicos de aseguradoras están sufriendo graves dolores de cabeza este miércoles por las consultas: "Me preguntan si la pandemia es exclusión o consorciable", explica otra fuente de este medio.

Artistas falleros, pero también peluqueros, floristas, hostaleros, restauradores, músicos.... el número de sectores afectados es inabarcable. La fiesta de las Fallas es muy transversal e implica a numerosos sectores, puesto que además de las verbenas y desfiles que pueden ser comunes a otros actos festivos, qué hacer con los monumentos –muchos ya en la calle- implican una apuesta económica que ahora está pendiente de un hilo.

La fiesta de las Fallas es muy transversal e implica a numerosos sectores

La ausencia de estudio económico fiable y actualizado a los tiempos globalizados en que estamos es una de las carencias que permiten analizar con fiabilidad el coste de esta suspensión. Así lo confirman fuentes del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), ente implicado en el esperado estudio de impacto económico que no se ha llegado a hacer nunca en la ciudad. Y es que en febrero de 2017 la Diputación de Valencia anunciaba que, en colaboración con la concejalía de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València, promovería la realización de un estudio para conocer el impacto económico de las Fallas a la ciudad de Valencia y los municipios de las comarcas valencianas.

En concreto, la corporación provincial anunciaba que aportaría una dotación de 40.000 euros para la ejecución de la propuesta técnica y económica, mientras que el consistorio de Valencia financiaría otros 14.000 euros de un proyecto que cuenta con la coordinación de un equipo técnico de la Facultad de Economía de la Universitat de València, a través del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), y la Oficina PATECO-Comercio y Territorio, perteneciendo al Consejo de Cámaras Oficiales de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de la Comunidad Valenciana.

El año pasado ya no había estudio

El 2019, por estas fechas, la Universitat de València afirmaba a la IVIE que finalmente este estudio no se haría. Aun así, el profesor de la Facultad de Economía de la Universitat de València encargado del informe, Juan Francisco Martínez, confirmaba a este medio que el trabajo no había podido completarse (en 2019) y aseguraba a este medio que "estamos pendientes que pueda retomarse después de las Fallas de este año, aunque esto no depende de nosotros". Pero a pesar de que el entonces regidor de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera, Pere Fuset, aseguraba que había "una clara voluntad" para retomar este estudio porque era "importante" tener datos globales de la fiesta, pero en marzo de 2020 se continúa sin cifras oficiales.

Y los números de la fiesta son muchos. Son los que están detrás de la bunyolera que vende la docena de buñuelos a ocho euros cuando llega el mes de marzo. Detrás del restaurador que mantiene el precio del menú diario a 10,95 euros. Detrás de la modista que comercializa blusones falleros a 40 euros. Del artesano que cobra 16.000 euros por cada uno de los tres monumentos infantiles que plantará este año entre Burjassot y València y que ya no daba abasto en el mes de enero. Del pirotécnico que tenía apalabradas 20 mascletaes de aquí al 19 de marzo. Los aproximadamente 2.000 euros que cobra por mascletà le aseguraban buena facturación estos días, pero aún así, el grueso de su contabilidad dependía de lo que pudiera ir cerrando ya por los cuatro días grandes. Cuatro días grandes que ahora no serán en marzo y no se sabe, a ciencia cierta, cuando serán. Una traca... fallera.