Que las cosas han cambiado salta a la vista. ¿Sabías que Zoom, la aplicación que más tirada está teniendo para la celebración de webinars y videoconferencias, vale hoy más que American Airlines, Expedia y Hilton Hotels juntas?
"Zoom vale más que American Airlines, Expedia y Hilton Hotels juntos"
El teletrabajo se ha convertido en una obligación y las empresas tienen que utilizar herramientas como Zoom, Hangout o Teams para mantener a su equipo conectado o para hablar con sus clientes y proveedores.
Estamos todos en casa y la disminución de transporte por carretera, tránsito de cruceros y la cancelación de casi todos los vuelos ha provocado una drástica disminución de la concentración de polución en el aire.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) analiza constantemente los datos de contaminación en el aire y si comparamos los datos del 30 de marzo del 2020 (13,2 ug/m3) con la misma fecha del 2019 (35,9 ug/m3) observaremos que en Barcelona el indicador ha disminuido un 60%. En Palma, por ejemplo, el descenso ha llegado al 74%.
Estos días también hemos visto escenas espectaculares en Venecia, donde el agua transparente de sus canales nos ha dejado ver miles de peces, en Segovia donde un grupo de corzos pasean delante del acueducto, en Barcelona con decenas de jabalís bajando al centro de la ciudad, en Sevilla donde un grupo de gansos caminan tranquilamente por la autovía o hemos visto espectaculares cornamentas de ciervos paseando por París.
Por cierto, la escena de los delfines por los canales de Venecia no es de Venecia, se filmó en un puerto de Cerdeña.
Estas estampas son fruto de la desaparición del hombre y de su actividad. Los efectos positivos en el cambio climático son obvios, aunque su alcance global no lo vamos a ver a corto plazo, quizá, incluso, un parón momentáneo ni se llegue a notar.
Si los barcos no surcan los mares y los canales, si los aviones no se alzan por nuestros cielos y los coches y camiones no circulan por nuestras carreteras, es evidente, que la contaminación disminuye y los animales se acercan a zonas que anteriormente el humano ocupaba con su presencia o con su actividad.
"Seamos realistas, la actividad económica como la conocecíamos anteriormente seguirá igual"
¿Pero por cuánto tiempo?
Seamos realistas, la actividad económica como la conocíamos anteriormente seguirá igual. Y no me refiero a que la economía se activará inmediatamente, que se consumirá lo mismo y que no tendremos paro -es evidente que la crisis va a ser importante-. Me refiero a que no hemos tenido tiempo para modificar nuestras industrias, nuestras formas de viajar o nuestros modos de consumo.
Lo que sí que cambiará los próximos meses van a ser las multitudes. Ya hace meses que se empezaron a prohibir las grandes concentraciones, se limitaron los aforos a restaurantes, museos y supermercados. Y estas limitaciones continuarán incluso después del levantamiento del confinamiento.
Pero parte de nuestro turismo está acostumbrado a la masificación. Encontramos cada verano estampas de masificación en las playas de la Costa Daurada; en museos como el Louvre; en el casco antiguo de Dubrovnik o Split; ¡Incluso hemos visto una multitud que colapsaba la subida al Everest!
Ya hace años que hablamos de la insostenibilidad del turismo de masas. Grandes ciudades como Barcelona, Venecia o Amsterdam han ido tomando cartas en el asunto.
¿Es casualidad que los países con más turistas sean, de momento, los más afectados por la crisis del COVID-19? Es obvio que los países con más turistas resultan los más vulnerables a este tipo de epidemias.
Así que creemos que tanto por el momento histórico concreto, como por la sostenibilidad de nuestras destinaciones deberemos tomar medidas tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista de la sostenibilidad.
"Tendremos que tomar medidas económicas para ayudar al aproximadamente 20% de empresas y trabajadores del sector turístico que no superarán esta crisis"
Deberemos tomar medidas económicas para ayudar al aproximadamente 20% de empresas y trabajadores del sector turístico que no van a superar esta crisis. Muchas PYMES no son capaces de soportar 2 meses sin generar ingresos y los préstamos, por muy buenas condiciones que tengan, son un parche, no una solución.
Así que deberemos plantear la fidelización de la clientela y el up & cross selling como estrategias fundamentales en nuestros establecimientos turísticos y en nuestras destinaciones.
Las campañas de marca a nivel internacional que ya han lanzado y que lanzarán las próximas semanas las instituciones públicas están muy bien a medio plazo, pero el hotelero y el restaurador no van a vivir los próximos meses del turista internacional. Van a vivir del turista y del visitante de nuestro país, del turismo interno.
En concreto, nuestros establecimientos turísticos deben centrarse en la creación y/o ampliación de sus bases de datos, en dar tanto valor como puedan a esa base de datos y en pensar estrategias que incrementen la facturación y el beneficio, porque la disminución del gasto por persona y la disminución de clientela va a ser una realidad los próximos meses.
Y deberemos tomar medidas encaradas a la sostenibilidad de nuestro entorno. Sin nuestro entorno, nuestras destinaciones serían solo cubículos en los que realizar una actividad.
Deberemos mejorar la higiene de todos nuestros establecimientos y reforzar los controles a las personas para asegurar la salubridad de nuestros trabajadores y de nuestros clientes.
Y habrá que acelerar la implementación de acciones medioambientales en nuestros establecimientos y en nuestro entorno. El sector privado y las instituciones públicas deberán apostar por la implementación inmediata de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y hacer caso a las recomendaciones y protocolos que instituciones como REDS hace años que han puesto encima de la mesa.
No podemos esperar a que abran las fronteras o a que nos permitan levantar las persianas de nuestros establecimientos turísticos para empezar a preparar estas estrategias y acciones.
Hay que empezar ahora y poner las luces largas para poder remontar lo antes posible la crisis económica que nos provocará el covid-19.