La accesibilidad a la vivienda ha sufrido un deterioro en los últimos años en Catalunya: debido al aumento de la precariedad laboral (especialmente entre los colectivos más vulnerables) y la subida de los tipos de interés, gran parte de la demanda de vivienda se ha traspasado de la compra al alquiler. Y este cambio estructural en el mercado de la vivienda, sumado a la falta de oferta disponible en alquiler, ha provocado que la accesibilidad en el alquiler haya empeorado notablemente durante las últimas dos décadas, con especial intensidad a partir del 2015. Estas son algunas de las conclusiones que ha publicado este miércoles la Cambra de Comerç de Barcelona, en el marco de los Indicadores de Progreso y Bienestar (IPB), que la entidad ha acompañado de una serie de exigencias para las administraciones: "que consensúen políticas a corto y largo plazo que favorezcan la accesibilidad a la vivienda, especialmente focalizadas en los colectivos sociales más vulnerables".
Las rentas bajas, los jóvenes y la población extranjera son los colectivos más vulnerables y con mayor probabilidad de vivir en régimen de alquiler. Por lo tanto, son los más perjudicados por este contexto del mercado de la vivienda y a quienes se deberían orientar las medidas. La Cambra también exige facilitar las condiciones para incentivar una mayor inversión por parte del sector privado; por ejemplo, agilizando la tramitación y reforzando la seguridad jurídica ante los cambios en la regulación
El desajuste entre la oferta y la demanda
Desde el inicio de la crisis financiera, en Catalunya y en el conjunto del Estado, ha habido un desequilibrio persistente entre la creación de nuevos hogares y la construcción de nuevas viviendas, tendencia que se ha acentuado los últimos años y que ayuda a explicar las mayores dificultades de accesibilidad al mercado del alquiler. A este desequilibrio, se suman, también, ciertos obstáculos que han ido dificultando la construcción de nuevas viviendas. Algunos factores estructurales son la creciente falta de mano de obra adecuada, una problemática especialmente acusada en el sector de la construcción y la presencia de cuellos de botella administrativos a la hora de tramitar las licencias de obra. Por otro lado, el fuerte aumento del precio de los materiales de construcción, las condiciones más restrictivas de acceso al crédito del sector promotor y la inseguridad jurídica también podrían dificultar el aumento de la oferta de vivienda durante los próximos años.
Y en este contexto en el que la construcción de nuevas viviendas es escasa, la Cambra señala dos factores más que están afectando a la oferta de vivienda residencial en el territorio catalán. El primero: el crecimiento del turismo residencial en algunas localidades, que ha ganado mucho protagonismo entre el 2015 (representaba el 45% del total de plazas turísticas) y el 2022 (61%). Este turismo, que no ha afectado del mismo modo a todas las poblaciones de Catalunya, ha tenido una elevada presencia en las demarcaciones de Girona (42% del total de plazas en Catalunya) y Tarragona (29%). Un segundo factor es la elevada concentración de segundas residencias en determinadas comarcas catalanas, como por ejemplo la Vall d'Aran, la Cerdanya, el Pallars Sobirà y la Alta Ribagorça.
La concentración de segundas residencias es extremadamente elevada en comarcas como la Vall d'Aran, la Cerdanya, el Pallars Sobirà y la Alta Ribagorça
Consecuencias socioeconómicas de las dificultades de acceso a la vivienda
Algunas de las principales consecuencias del elevado esfuerzo económico que supone el coste de la vivienda entre las personas más vulnerables es, según ha señalado la Cambra de Barcelon, ala mayor dificultad que tienen éstas para llegar a final de mes y, por lo tanto, la menor (o nula) la capacidad de ahorro de estos colectivos. Además, el fuerte incremento del esfuerzo del alquiler está vinculado con una pérdida de riqueza neta de los jóvenes, un fenómeno que ha contribuido a polarizar el stock de riqueza neta real entre grupos de edad.
Por este motivo, y por el tensionamento creciente en el mercado de la vivienda, especialmente en el caso del alquiler, la Cambra ha interpelado directamente a las administraciones para pedir tres medidas: aumentar la oferta disponible de vivienda de alquiler (actualizando los planes urbanísticos para aumentar el suelo disponible, simplificando y agilizando la tramitación de licencias de obra nueva movilizando suelo público y privado existente, y aportando bonificaciones fiscales para los propietarios que alquilen los pisos a un precio inferior al del mercado); Aumentar el esfuerzo presupuestario para políticas de gasto social de vivienda y dirigir el gasto a amortiguar el esfuerzo que tienen que realizar los hogares más vulnerables; y hacer políticas para favorecer una menor presión poblacional en los grandes cascos urbanos, impulsando una red de transporte más integrada y multimodal que permita una conectividad más rápida y previsible entre las zonas periféricas y rurales con los cascos urbanos y desarrollando nuevos planes urbanísticos que mejoren y amplíen los servicios sociales existentes en las zonas rurales, como escuelas, atención médica, bibliotecas, conectividad, etc.