El coste oculto que asumen las mujeres autónomas

En Catalunya, las mujeres autónomas constituyen el 36,7% del total, posicionando a la comunidad como la octava con mayor representación femenina en el RETA de la Unión Europea

Ser dona i autònoma al nostre país suposa un doble repte, ja que implica una càrrega laboral més gran Ser dona i autònoma al nostre país suposa un doble repte, ja que implica una càrrega laboral més gran

Ser mujer y autónoma en nuestro país representa un doble desafío, con una carga laboral mayor. Además de largas jornadas, muchas deben gestionar el hogar y el cuidado familiar. Según el estudio La organización y la gestión del tiempo de trabajo en las mujeres autónomas de Catalunya, promovido por el Departamento de Igualdad y Feminismos y Pimec, una gran parte trabaja más de 40 horas semanales: el 42% entre 40 y 49 horas, y el 29,9% supera las 50 horas. También, el 31,5% se encarga del cuidado de personas dependientes. Esta doble responsabilidad agrava la situación de muchas autónomas. ¿Es sostenible esta desigualdad en el ámbito laboral para las mujeres emprendedoras?

El emprendimiento femenino ha crecido notablemente, con más mujeres decidiendo iniciar sus propios negocios. En el último año, el aumento del empleo autónomo se ha concentrado principalmente en mujeres. Desde 2019, se han sumado 73.092 mujeres al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), alcanzando un total de 1.226.607 afiliadas. En Catalunya, las mujeres autónomas representan el 36,7% del total, posicionando a la comunidad como la octava en presencia femenina en el RETA de la Unión Europea, justo detrás de Francia y por delante de los Países Bajos. Esta modalidad laboral ofrece flexibilidad, facilitando la conciliación entre la vida profesional y personal, lo que la convierte en una opción cada vez más atractiva para muchas mujeres.

En Catalunya, las mujeres autónomas representan el 36,7% del total, posicionando a la comunidad como la octava en presencia femenina en el RETA de la Unión Europea

Según el estudio mencionado, las mujeres encuestadas trabajan largas jornadas, pero menos que los hombres. Más de la mitad de los hombres autónomos (52,2%) supera las 50 horas semanales, mientras que un 30,1% trabaja más de 40 horas. "La diferencia radica en que las mujeres disfrutan de menos vacaciones y trabajan más los fines de semana. Esto es consecuencia de sus responsabilidades familiares; como el día solo tiene 24 horas, si deben cuidar a los hijos, no pueden dedicar tantas horas al trabajo durante la semana. Por lo tanto, compensan trabajando los fines de semana y tomando menos días de vacaciones", explica Elisabet Bach, presidenta de PIMEC Autònoms, a VIA Empresa.

En esta misma línea, Elisabet Solé, correctora y traductora autónoma, comparte su experiencia en una entrevista con VIA Empresa. Solé señala que "la presión por conseguir nuevos clientes y cumplir con los plazos me deja poco tiempo para disfrutar de mi familia o hacer deporte". Según datos de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), los autónomos dedican, de media, 24.420 horas más a su trabajo que los empleados. Solo un 16% disfrutan de una jornada laboral estándar de ocho horas, y la mayoría no alcanza ni veinte días de vacaciones al año. Las mujeres autónomas enfrentan una doble carga, ya que, además de sus responsabilidades laborales, deben gestionar las necesidades del hogar, cuidar a los hijos y atender a personas dependientes. Esta situación es consecuencia de un sistema social que a menudo asigna a las mujeres una mayor responsabilidad en el papel de cuidadoras.

Una doble carga que reduce ingresos y pensiones

Maternitat i èxit professional, el sacrifici invisible que afronta la dona | iStock
Maternidad y èxit profesional, el sacrificio invisible que afronta la mujer | iStock

En este contexto, Elisabet explica que en momentos decisivos, como durante una baja maternal, las mujeres autónomas a menudo enfrentan dificultades para mantener su negocio al 100%. "Las mujeres tendemos a adaptarnos; si tengo a los niños pequeños en casa, trabajo desde allí, pero eso implica repartir mi atención entre la familia y el trabajo", comenta. Esta doble responsabilidad puede reducir la facturación, ya que no se puede dedicar toda la atención al negocio. Además, si los ingresos son menores, también se reducen las cotizaciones, lo que tiene repercusiones a largo plazo. Esto significa que, aunque las mujeres puedan tener menos ingresos en el presente, también se ven afectadas en el futuro con pensiones más bajas debido a las cotizaciones inferiores.

Un informe de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) revela que las mujeres autónomas tienen una renta neta anual media de 12.500 euros, 3.500 euros menos que los hombres, que alcanzan una media de 16.000 euros. Esta desigualdad de género también se refleja en el ámbito de las pensiones. Actualmente, la pensión media de una mujer autónoma es de 736,25 euros, mientras que la de los hombres asciende a 1.002,55 euros. En el caso de las pensiones de jubilación, la discrepancia es aún mayor: la media para los hombres es de 1.070,75 euros, en contraste con los 801,43 euros que reciben las mujeres, lo que representa un 25% menos.

Actualmente, la pensión media de una mujer autónoma es de 736,25 euros, mientras que la de los hombres alcanza 1.002,55 euros

Cambio cultural urgente

La presidenta de PIMEC Autònoms ha compartido las iniciativas que propone la organización para equilibrar la carga laboral entre hombres y mujeres autónomas. Subraya la necesidad de medidas inmediatas, ya que persiste una notable desigualdad de género. Es esencial fomentar un cambio cultural que desafíe la idea de que las tareas laborales y de cuidado son responsabilidad exclusiva de las mujeres. Aunque algunas familias ya han encontrado soluciones, muchas otras todavía enfrentan esta problemática.

Mientras tanto, es imprescindible implementar apoyo para las mujeres, como la creación de más guarderías y servicios de atención para personas mayores, para que puedan centrarse en sus negocios. Además, se propone fomentar el uso de herramientas digitales que permitan trabajar de manera más flexible.

Es esencial fomentar un cambio cultural que desafíe la idea de que las tareas laborales y de cuidado son responsabilidad exclusiva de las mujeres

Con una visión a medio plazo, el objetivo es garantizar que las mujeres reciban la formación adecuada y que sus negocios cuenten con la demanda necesaria para generar ingresos suficientes. Esto les permitirá subcontratar servicios de apoyo en lugar de depender únicamente de redes familiares o de amigos. Además, es crucial que las mujeres ocupen puestos de decisión en el mundo empresarial para asegurar que sus perspectivas y necesidades sean consideradas.

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