El nuevo Govern de la Generalitat, constituido en el mes de agosto de 2024, tendrá que hacer frente con eficacia y urgencia a los múltiples retos que tiene planteados el territorio: vivienda, educación, sanidad, inmigración, infraestructuras, financiación, reindustrialización y descarbonización. Para desarrollar estos grandes retos de país, el Govern requerirá tres elementos: apoyos parlamentarios para aprobar los presupuestos que concreten las políticas; una financiación más justa (en vías de negociación); y una coyuntura económica favorable que permita poner el foco en las políticas públicas que deben mejorar la calidad y sostenibilidad de nuestro crecimiento.
El tercero de estos factores será claramente un viento de cola en el inicio de la legislatura. La economía catalana está mostrando un dinamismo notable durante este año y las previsiones para lo que queda de 2024 y 2025 son igualmente favorables y más positivas que las que tienen las principales economías europeas.
El PIB de Catalunya ha crecido un elevado 0,7% el primer trimestre de 2024 y 0,8% el segundo, tasas muy superiores a las registradas por el conjunto de la eurozona (0,3% en los primeros dos trimestres del año). A corto plazo, estas tasas de crecimiento podrían moderarse por un avance más gradual del empleo, lo que comportará un patrón de crecimiento del PIB más estable en los próximos trimestres, con tasas de variación interanuales alrededor del 2,5%.
En el conjunto del año 2024 la economía crecerá, como mínimo, el 2,5% (y 2,4% en 2025), según las previsiones que elaboramos trimestralmente la Cambra de Comerç de Barcelona junto con el grupo de investigación AQR de la UB. De acuerdo con este escenario de previsiones, la aportación positiva del sector exterior se moderará en 2024 y 2025, pero el avance de las exportaciones de servicios continuará siendo uno de los motores de la actividad. Por otro lado, la inversión se irá recuperando favorecida por un entorno más favorable de los tipos de interés y el despliegue de los fondos Next Generation, mientras que el consumo privado tomará el relevo del consumo público como motor del crecimiento del PIB.
En el conjunto del año 2024 la economía crecerá, como mínimo, el 2,5% (y 2,4% en 2025)
El crecimiento actual de la economía catalana (y española) está impulsado sobre todo por las exportaciones de servicios turísticos, un sector que ha alcanzado cifras récord este verano. En los primeros siete meses del año, el número de turistas extranjeros que ha llegado a Catalunya ha subido hasta los 11,5 millones, un 10,5% más que un año atrás (12% en España) y un 1,6% más que en 2019 (antes de la covid). El gasto turístico crece aún más, un 12,9% interanual (18,6% en España), una buena señal de que el turismo avanza hacia un mayor valor añadido.
El mercado laboral refleja estos buenos datos económicos. El segundo trimestre de 2024 el empleo mantiene un crecimiento positivo (1,9%), aunque menos dinámico que en los trimestres anteriores. Las afiliaciones a la Seguridad Social en agosto también alcanzan un récord en este mes, pero muestran una ralentización. La mayoría de sectores aumentan el empleo, pero destacan los servicios de tecnologías de la información, por un lado, y el sector de la restauración, por el otro. Síntoma del modelo de economía dual al que nos dirigimos si se mantiene la dinámica de los últimos años.
La tasa de paro en el segundo trimestre continúa en los valores más bajos desde 2008 (9,4%), pero se resiste a bajar más. El leve repunte de la tasa de paro se debe al fuerte incremento de la población activa (2,5% interanual) -básicamente nacida en el extranjero-, que no ha podido ser completamente absorbido por la creación de empleo (1,9%).
El sector industrial y las exportaciones de bienes son el eslabón más débil de la economía. Las exportaciones acumulan un descenso del 5,3% en el primer semestre respecto al mismo período del año anterior, arrastradas por la caída de las exportaciones de bienes intermedios debido a la crisis industrial que afecta a buena parte de Europa y especialmente a nuestros socios comerciales más importantes: Alemania, Francia e Italia.
La inflación sigue dándonos noticias positivas. La inflación general en el conjunto de España se ha reducido con intensidad hasta el 2,2% en agosto, mientras que la inflación subyacente se ha mantenido más estable (2,7%), datos que son muy similares a los del conjunto de la zona euro. La moderación de la inflación es una buena noticia para los salarios, que están recuperando progresivamente poder adquisitivo. Los costes salariales en Catalunya han crecido un 4,2% en el primer trimestre del año, por encima de la tasa de inflación, lo que ha permitido a los asalariados ganar capacidad de compra.
La inflación general en el conjunto de España se ha reducido con intensidad hasta el 2,2% en agosto
Sin embargo, el principal riesgo actualmente es la resistencia a la baja que puedan mostrar los precios de los servicios -que en última instancia dependen de la fortaleza de la demanda y de la presión al alza de los salarios por la falta de personal-, y cómo afectará esto al ritmo de bajadas de los tipos de interés del Banco Central Europeo en los próximos meses.
En resumen, la coyuntura económica continuará dando buenas noticias a pesar de que el ritmo de crecimiento se suavizará en los próximos meses. El nuevo Govern de Catalunya debería lograr, aprovechando la coyuntura económica favorable que permitirá aumentar los ingresos impositivos y reducir los gastos públicos cíclicos, trabajar en la mejora de la calidad del crecimiento económico, lo que básicamente significa aumentar la productividad del capital físico y del capital humano (innovación, formación, desburocratización...). Esto acabaría repercutiendo en un mayor nivel de bienestar económico de la población (es decir, en un aumento del PIB por habitante), y en una reducción de la brecha que nos separa del nivel de bienestar en los principales países europeos. ¡Ojalá sea así!