El pasado 7 de septiembre El Salvador aprobó el Bitcoin como moneda de cambio de uso legal. Esta noticia no es sólo histórica para el propio El Salvador, sino también para el resto del mundo. Este es su primer paso para impulsar su economía con criptomonedas y muy probablemente, como diría Neil Armstrong, un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad. Porqué... ¿Qué es el bitcoin, en qué se sustenta y por qué el 7 de septiembre de 2021 será un día que probablemente van a recordar nuestros hijos?
El bitcoin es la primera tecnología que se inventó usando la tecnología blockchain o de cadena de bloques. Esta tecnología se basa en un conjunto de datos estructurados en bloques, unidos en cadena por un identificador único. La magia de esta tecnología se encuentra en el hecho de que cada bloque tiene un identificador único que a la vez identifica a todos los bloques anteriores. Esto supone que, si uno quiere modificar información del pasado, debe cambiar todos los bloques existentes antes de éste (en resumen, prácticamente imposible de hackear). Usando las bases de ésta tecnología, Satoshi Nakamoto, quién se desconoce si es una persona o conjunto de personas, creó el bitcoin en 2009.
El bitcoin fue la primera criptomoneda en existir y, aunque su estructura es compleja, destaca por ser una moneda no inflacionaria (el número de bitcoins está limitado a 21 millones y no se pueden crear más) y por su descentralización, ya que la red no está controlada por una sola entidad como sucede con los bancos.
El bitcoin lo controlas tú. Tú mismo puedes ser minero (creador de bitcoins) y ganar comisiones haciendo que funcione la red (descentralización)
¿Pero, por qué estas dos características suponen un antes y un después para las finanzas tal y como las conocemos? Precisamente porque en un contexto económico-político de inestabilidad a nivel mundial en el que mucha gente ha perdido la confianza en las instituciones financieras tradicionales y los bancos centrales, parte de la población vuelve a tener esperanzas al ver que un cambio de paradigma es posible.
El bitcoin lo controlas tú. Tú mismo puedes ser minero (creador de bitcoins) y ganar comisiones haciendo que funcione la red (descentralización). Tú mismo puedes rastrear cuáles son las comisiones totales que se han pagado para ejecutar una transacción (transparencia). Tú mismo puedes decidir qué hacer con tu dinero, sin que un banco central pueda imprimir cientos de miles de billetes el día de mañana y, por consecuencia, que el valor de tu dinero decaiga (anti-inflación).
Quizás en este punto aún no estás viendo el valor de todo esto, pero imagínate vivir en Venezuela donde tan solo en abril tuvieron una inflación del 33,4%. La inflación nos afecta a todos, Venezuela o el Congo serían el máximo exponente de ello, pero no olvidemos que en Europa o Estados Unidos la inflación también juega un papel relevante. De aquí, que siga sonando la típica frase: “En mi época con este dinero comprábamos el doble”. Hoy ahorrar en un banco, en lugar de generar más dinero, produce pérdidas.
¿Y esta falta de control gusta a los gobiernos? La respuesta es no
¿Y esta falta de control gusta a los gobiernos? La respuesta es no. Es por ello que el hecho que un país como El Salvador legalice el bitcoin es algo histórico y marca un precedente para que el bitcoin llegue a ser una moneda aceptada a nivel global. No debemos olvidar que, durante los últimos meses, empresas como Paypal, Visa y Goldman Sachs, entre otras, han empezado a hacer sus pinitos con la criptodivisa.
Aunque pueda parecer muy bonito cabe recordar que, hasta que el bitcoin llegue a tener una adopción masiva, la volatilidad será muy elevada y puede ocasionar grandes pérdidas económicas (la última, una caída de más del 10% el mismo 7 de septiembre). Siguiendo la volatilidad, la moneda pasó de valer 11.000 dólares en septiembre del 2020 a 60.000 dólares, siete meses después. En el momento de escribir este artículo el precio se encuentra en aproximadamente 46.000 dólares.
Esto es sólo el comienzo. El bitcoin es el primer paso, pero el mundo que se está creando sobre la tecnología blockchain es probablemente lo más interesante que se ha inventado desde la aparición de Internet. Por ejemplo, ha generado la posibilidad de que cualquier persona pueda programar un contrato inteligente o Smart Contract en el que se regulan las condiciones de un préstamo sin tener que pasar por las comisiones abusivas que ofrecen algunos bancos; o poder enviar miles de euros a otro país, en menos de cinco segundos y con unos pocos céntimos de comisión.
Prácticamente cualquier industria se puede beneficiar de esta tecnología para ofrecer más seguridad, transparencia, eliminar intermediarios, eficientar procesos… Bienvenidos al Criptomundo.
En este momento existen más de 4.000 criptomonedas a nivel mundial, cada una de ellas creada para un caso de uso concreto y con unas propiedades únicas. Si bien es cierto que, cómo ya pasó en el 2.000 con las .com, muchos de los proyectos que se están creando se quedarán y otros muchos desaparecerán. Lo que sí es seguro es que el bitcoin y la tecnología blockchain han llegado para quedarse y ya representan un gran movimiento.