En un momento dado, Johan Cruyff. La filosofía cruyffista está presente en cualquier terreno de juego, ya sea deportivo, económico, político, cultural o social. Forma parte del paisaje vital y del imaginario y el relato colectivo, pero es justo en un momento dado cuando una de sus míticas frases o lecciones magistrales te viene a la cabeza y lo cambia todo. Queda sobre todo su legado capaz de desafiar el tiempo: "Salid y disfrutad".
Empecemos esta Tribuna con una lluvia de frases cruyffistas aplicables a la vida profesional:
- "Para marcar, debes chutar"
- "Si tú tienes el balón, el rival no lo tiene"
- "Debes estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ni demasiado pronto ni demasiado tarde"
- "Si no puedes ganar, asegúrate de no perder"
- "Prefiero ganar 5-4 que 1-0"
- "Jugar al fútbol es muy simple, pero jugar un fútbol simple es la cosa más difícil que existe"
- "Lo importante es el ritmo de balón"
- "Hay que potenciar las calidades básicas"
- "El dinero tiene que estar en el campo, no en el banco"
- "La gente debería ser capaz de jugar en todas las posicionas del campo"
- "Antes de equivocarme, yo no cometo ese error"
- "La gente que no está a mí nivel no puede afectar mí integridad"
- "Cada desventaja tiene su ventaja"
- "Si yo hubiera querido que me entendieras, me hubiera explicado mucho mejor"
- "Un palomo no hace verano"
El filósofo
"Johan cambió lo que pensábamos de nosotros, del Barça y de . Catalunya. Vino desacomplejado: "Somos los mejores y lo haremos". Llevó esta mentalidad y la instauró gota a gota", aseguró Pep Guardiola en un acto organizado por los Amigos de Johan en motivo del treinta cumpleaños de la final de Champions de Wembley 1992 que coronó al Barça como rey de Europa. 30 años de Wembley y muy pronto también 30 años de los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Desde Holanda, explica el consultor Francisco López que "Johan es querido, a veces odiado, pero siempre respetado por todo lo que ha representado por la imagen y la proyección del país, por todo lo que ha aportado al fútbol y al deporte en general y por su personalidad siempre crítica con el entorno que lo define perfectamente en una de sus frases: "Estoy en contra de todo. Hasta que me decido, entonces estoy a favor. Eso tiene sentido".
Primero, juega a la contra y después tiene la capacidad de posicionarse a favor. Es el pensamiento crítico al estilo Johan y que también recuerda sutilmente la duda metódica o cartesiana: "Pienso, entonces existo" (Cogito ergo sum). Futbolista, entrenador y mito. Cruyff era también un filósofo, dentro y fuera del campo. Si pensamos en sus aforismos, vivimos en la lógica de la actitud constructiva y el momento adecuado.
El empresario
"Johan no destacó como empresario", asegura López. Seguramente tampoco le generó especial interés ni le hizo falta. Tenía bastante con ser un auténtico genio del fútbol y del deporte. Tenía bastante con una marca de ropa o calzado deportivo que fuera top ventas. Eso sí, no hay que olvidar que La Fundación Johan Cruyff es mucho más que una institución global del deporte, la educación, la salud o el management. Es su legado y cambia el mundo con la pelota al pie.
Seguramente, Cruyff habría podido ser un buen empresario si lo hubiera querido. Tenía pasión, visión, carácter, talento y sentido común. Era práctico, dominaba la lógica, comunicaba y contagiaba optimismo. Decía y hacía, hacía y decía. A la vez, también pensaba y actuaba sin tabúes ni correcciones políticas. Poco o nada le importaba quién o que le dijeran los demás. "Johan jugaba cómo vivía y hablaba cómo si estuviera jugando al fútbol. A menudo muy intuitivo, seguro de lo que decía, hasta parecer arisco, pero con objetivos muy claros que lo hacía ir siempre un paso por delante de los otros", apunta López.
El método
Dada la situación actual de crisis al Barça, el analista Marc Ciria reivindica que "quién gasta más, no es quien mejor gestiona" y ha desarrollado un método llamado "Cruyffismo económico" en un artículo reciente en VIA Empresa con tres jugadas clave: el trabajador tiene que demostrar su implicación con el proyecto y alinear sus éxitos, se tienen que establecer proyectos claros de carrera con un incremento salarial sostenido y sostenible en el tiempo y para garantizar la viabilidad del proyecto, hay que mantener el modelo de propiedad y no perder la competitividad con trabajadores nacidos de la formación y trabajadores determinantes que cumplan el valor diferencial que necesita el colectivo.
Del Peter Drucker para políticos de hace unos meses llegamos ahora al Johan Cruyff para empresarios. Gallina de piel.