"Camarero, una caña!", escuchamos casi cada día a alguno de los 7.000 bares y restaurantes de Barcelona. Una cerveza cuesta en la capital catalana, de media, 1,58 euros, 40 céntimos más que un café y 10 céntimos menos que un refresco. Son precios que nos permiten tomar el polos a la oferta de restauración de la ciudad en plena temporada alta, cuando sus calles, monumentos y playas hierven de turistas.
Según los datos del primer trimestre del 2016, el númerode establecimientos de restauración en Barcelona ha aumentado un 2,5%, respeto el mismo periodo del año pasado y cerca del 10% de los puntos comerciales abiertos al público en la ciudad se dedican a la restauración. Pero no es la única cifra sobre el sector, puesto que este lunes la presentación del plan de impulso y promoción del sector de la restauración de la concejalía que dirige Jaume Collboni también ha revelado otras cifras interesantes sobre la restauración barcelonesa. Por ejemplo, de media, el precio de los menús ha aumentado en los últimos años, puesto que actualmente se sitúa en los 9,88 euros y el 2013 era de 9,68 euros. En llena era digital, el pago con tarjeta sólo supone el 30,4% del volumen de cobros, a pesar de que a prácticamente todos los restaurantes, el 94,9%, es posible.
Este lunes, día laborable a pesar de que de vacaciones para muchos, cada establecimiento de Barcelona puede servir de media unos 29 cubiertos, tres más que el 2014, cuando se servían 26-27 en total. Y cómo se paga a los restaurantes barceloneses? La mayoría, con efectivo o dinero, pues, sólo el 19,7% de los establecimientos dispone de cheques restaurantes.
Una ciudad de restaurantes
El Análisis de las cifras del sector de la restauración revela también que Barcelona es una ciudad de mesa muy parada, puesto que el 50,3% de los servicios de comer y bebidas son restaurantes, el 38,3% bares y sólo el 11,4% son càterings, según las cifras de afiliados al Régimen General y de Autónomos de la Seguridad Social.
El 77,7% de los establecimientos del sector de la restauración son sociedades civiles particulares y el 17,6% son sociedades limitadas, más propias de restaurantes. La media de antigüedad del negocio, sin cambio de actividad ni propiedad, se ha ido reduciendo y se sitúa en torno a 10 años; la mitad de los establecimientos son relativamente nuevos (abiertos entre 2010 y 2015). Las razones las da el Gremio de Restauración de Barcelona en palabras de Roger Pallarols, su director general, quien considera que se han producido dos fenómenos: "Veníamos de una restauración en que convivían diferentes generaciones y ahora se ha producido un relevo generacional, con propietarios nuevos, algunos de ellos extranjeros; y otro fenómeno es el efecto devastador de la crisis". Tal como explica Pallarols a VÍA Emprendida, esta situación también demuestra que "el sector es capaz de acoger iniciativas empresariales".
Valoración de la campaña de verano
En el sector de la restauración los meses de más trabajo son junio, julio (sobre todo), agosto y diciembre. Los días más concurridos son viernes y sábado. "Es así, en la campaña de verano hacemos la facturación de todo el año", declara Pallarols. Según el director general del Gremio, el éxito de la marca Barcelona ha hecho que la campaña se haya ido ampliando y que empiece al inicio de Semana Santa. "Sin duda, cuando llega la época de verano y aumentan las horas de goce de los barceloneses es la mejor época", mantiene.
A la pregunta de si el sector espera un aumento del turismo en estas fechas como efecto de la situación de Niza y Estambul, otros destinos turísticos destacados del Mediterráneo, Pallarols asegura que "nos gusta ganar competitividad sin estos fenómenos, Barcelona es competitiva por ella misma". Pallarols defiende que Barcelona es una marca "potentísima" por ella misma y celebra que "desde el gobierno municipal haya un gran cambio de opinión. Es positivo porque es una fuente de ingresos de la que dependen miles de familias, por lo tanto, es un buen momento para asear los motores económicos", manifiesta.
La sombra de la crisis
Más de la mitad de los establecimientos, el 52,4%, están abiertos los siete días de la semana, una cifra que contrasta con el que pasaba el 2012, cuando la apertura de toda la semana era ejecutada por el 46,0% de los establecimientos. Actualmente, el 74,5% de los establecimientos abren de lunes a viernes para almorzar, el 96,2% para comer y el 85,2% para cenar. La media de horas de apertura a la semana es de 85:15 horas, menos horas que el 2013, cuando sumaban un total de 87:46 horas. Por día, a los bares y restaurantes de Barcelona se trabaja 13:11 horas.
La situación de crisis económica, social y política vivida los últimos años todavía pesa sobre la opinión de los responsables cuando son preguntados de forma sugerida sobre la marcha de su negocio y del sector de la restauración, puesto que el 89,6% se manifiestan en este sentido. No va, según el Gremio de Restauración de Barcelona, desde la crisis han caído 3.000 puntos de restauración a la ciudad. "Todavía estamos muy lejos de recuperarnos de donde estábamos el 2012, el consumo local cayó y la restauración ha sobrevivido de aquella manera, sobre todo por la demanda externa, pero ahora hay una recuperación del consumo local y por lo tanto necesitamos la ayuda del Ayuntamiento", remarca.
En esta situación, el estudio estima que el tipo de interés es una dificultad añadida según el 46,9%, una percepción que ha disminuido entre los hostalers, puesto que el 2013 era del 63,4%. Para remontar el negocio principalmente cruzan en el turismo, el 61,7%; el factor climático, un 56,6%, y la creación de áreas de ocio, un 36,4%.
Según los datos del primer trimestre del 2016, el númerode establecimientos de restauración en Barcelona ha aumentado un 2,5%, respeto el mismo periodo del año pasado y cerca del 10% de los puntos comerciales abiertos al público en la ciudad se dedican a la restauración. Pero no es la única cifra sobre el sector, puesto que este lunes la presentación del plan de impulso y promoción del sector de la restauración de la concejalía que dirige Jaume Collboni también ha revelado otras cifras interesantes sobre la restauración barcelonesa. Por ejemplo, de media, el precio de los menús ha aumentado en los últimos años, puesto que actualmente se sitúa en los 9,88 euros y el 2013 era de 9,68 euros. En llena era digital, el pago con tarjeta sólo supone el 30,4% del volumen de cobros, a pesar de que a prácticamente todos los restaurantes, el 94,9%, es posible.
Este lunes, día laborable a pesar de que de vacaciones para muchos, cada establecimiento de Barcelona puede servir de media unos 29 cubiertos, tres más que el 2014, cuando se servían 26-27 en total. Y cómo se paga a los restaurantes barceloneses? La mayoría, con efectivo o dinero, pues, sólo el 19,7% de los establecimientos dispone de cheques restaurantes.
Una ciudad de restaurantes
El Análisis de las cifras del sector de la restauración revela también que Barcelona es una ciudad de mesa muy parada, puesto que el 50,3% de los servicios de comer y bebidas son restaurantes, el 38,3% bares y sólo el 11,4% son càterings, según las cifras de afiliados al Régimen General y de Autónomos de la Seguridad Social.
El 77,7% de los establecimientos del sector de la restauración son sociedades civiles particulares y el 17,6% son sociedades limitadas, más propias de restaurantes. La media de antigüedad del negocio, sin cambio de actividad ni propiedad, se ha ido reduciendo y se sitúa en torno a 10 años; la mitad de los establecimientos son relativamente nuevos (abiertos entre 2010 y 2015). Las razones las da el Gremio de Restauración de Barcelona en palabras de Roger Pallarols, su director general, quien considera que se han producido dos fenómenos: "Veníamos de una restauración en que convivían diferentes generaciones y ahora se ha producido un relevo generacional, con propietarios nuevos, algunos de ellos extranjeros; y otro fenómeno es el efecto devastador de la crisis". Tal como explica Pallarols a VÍA Emprendida, esta situación también demuestra que "el sector es capaz de acoger iniciativas empresariales".
Valoración de la campaña de verano
En el sector de la restauración los meses de más trabajo son junio, julio (sobre todo), agosto y diciembre. Los días más concurridos son viernes y sábado. "Es así, en la campaña de verano hacemos la facturación de todo el año", declara Pallarols. Según el director general del Gremio, el éxito de la marca Barcelona ha hecho que la campaña se haya ido ampliando y que empiece al inicio de Semana Santa. "Sin duda, cuando llega la época de verano y aumentan las horas de goce de los barceloneses es la mejor época", mantiene.
A la pregunta de si el sector espera un aumento del turismo en estas fechas como efecto de la situación de Niza y Estambul, otros destinos turísticos destacados del Mediterráneo, Pallarols asegura que "nos gusta ganar competitividad sin estos fenómenos, Barcelona es competitiva por ella misma". Pallarols defiende que Barcelona es una marca "potentísima" por ella misma y celebra que "desde el gobierno municipal haya un gran cambio de opinión. Es positivo porque es una fuente de ingresos de la que dependen miles de familias, por lo tanto, es un buen momento para asear los motores económicos", manifiesta.
La sombra de la crisis
Más de la mitad de los establecimientos, el 52,4%, están abiertos los siete días de la semana, una cifra que contrasta con el que pasaba el 2012, cuando la apertura de toda la semana era ejecutada por el 46,0% de los establecimientos. Actualmente, el 74,5% de los establecimientos abren de lunes a viernes para almorzar, el 96,2% para comer y el 85,2% para cenar. La media de horas de apertura a la semana es de 85:15 horas, menos horas que el 2013, cuando sumaban un total de 87:46 horas. Por día, a los bares y restaurantes de Barcelona se trabaja 13:11 horas.
La situación de crisis económica, social y política vivida los últimos años todavía pesa sobre la opinión de los responsables cuando son preguntados de forma sugerida sobre la marcha de su negocio y del sector de la restauración, puesto que el 89,6% se manifiestan en este sentido. No va, según el Gremio de Restauración de Barcelona, desde la crisis han caído 3.000 puntos de restauración a la ciudad. "Todavía estamos muy lejos de recuperarnos de donde estábamos el 2012, el consumo local cayó y la restauración ha sobrevivido de aquella manera, sobre todo por la demanda externa, pero ahora hay una recuperación del consumo local y por lo tanto necesitamos la ayuda del Ayuntamiento", remarca.
En esta situación, el estudio estima que el tipo de interés es una dificultad añadida según el 46,9%, una percepción que ha disminuido entre los hostalers, puesto que el 2013 era del 63,4%. Para remontar el negocio principalmente cruzan en el turismo, el 61,7%; el factor climático, un 56,6%, y la creación de áreas de ocio, un 36,4%.
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