Más allá de la presencia del líder del Kremlin, Vladímir Putin, en la Cumbre de Johannesburgo del 24 de agosto de 2023, todo el mundo estaba pendiente de las conclusiones a las que llegaría la Cumbre. Algunos ya esperaban noticias sobre la creación de una nueva moneda que rivalizara con el dólar, otros la aparición de una plataforma digital entre sus miembros para poder realizar los pagos entre ellos y evitar el billete verde. Muchas expectativas hasta ver el orden del día de los temas a tratar de que empezaría a suponer un aterrizaje suave a la realidad.
Les une algo muy poderoso que nació en 1944 con la firma del acuerdo de Bretton Woods donde se establecía el dólar como moneda de transacción internacional. Tenía todo el sentido de que la potencia ganadora impusiera sus reglas de juego durante décadas, pero Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica de hoy tienen poco que ver con lo que fueron a finales de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, sólo los cinco países tienen el 40% de la población mundial y el 20% del flujo comercial internacional. Poca broma. Tienen un peso creciente que no se traduce en un papel institucional y monetario de carácter global proporcional. Están hartos de financiar Estados Unidos debiendo comprar dólares y tener que guardarlos como divisa de reserva. Este es, pues, su objetivo compartido: encontrar una alternativa al dólar. Desdolarizarse.
Si miramos su composición vemos regímenes bastante diferentes, desde democracias consolidadas como India, Brasil o Sudáfrica a estados autoritarios como China y Rusia. Un matrimonio de conveniencia. Tienen roles diferentes en sus regiones y acuerdos con Occidente, especialmente Estados Unidos, que poco se parecen entre ellos. Tenemos pues un club que se aguanta con hilos salvo su voluntad de hacer frente al gendarme del mundo y deshacerse de su moneda. Lo que también tiene claro este club es que necesita crecer para ganar peso y poder ante el hermano mayor pero los criterios de selección no son compartidos. Los intereses geopolíticos y los respectivos regímenes de libertades no lo hacen fácil. El primer bloque invitado recoge países como Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos y tienen otros 22 que han pedido su inclusión, entre ellos Cuba y un buen número de países africanos. Cuando se incorpore el primer bloque, su peso crecerá notablemente con un 36% del PIB mundial, un 47% de la población, el control del canal de Suez y el 80% de la producción de petróleo del mundo.
Los BRIC tienen un peso creciente que no se traduce en un papel institucional y monetario de carácter global proporcional. Están hartos de financiar Estados Unidos debiendo comprar dólares y tener que guardarlos como divisa de reserva
Las cifras impresionan tanto como la confluencia de sus perfiles y justamente eso es lo que hace que este club no pueda crecer y avanzar rápidamente. Saben lo que quieren, pero no saben cómo conseguirlo. Los máximos representantes de los estados y de los gobiernos participantes claman en público pidiendo a sus ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales que encuentren una solución conjunta para desplegarla lo antes posible, una nueva arquitectura financiera mundial que dé estabilidad, seguridad y confianza a los mercados. Casi nada viendo a algunos de los socios y cómo se las gastan interna y exteriormente. Piden unos atributos estructurales que muy pocos practican en sus países y así lo ve el resto del mundo que sigue considerando que sus divisas son poco fiables y, por tanto, no son aceptadas por los intercambios internacionales.
Para conseguir lo que todos ellos quieren deben pasar por el aro, es decir, renunciar a la soberanía monetaria actual para delegarla o bien a un banco central de nueva creación con todo lo que ello conlleva o delegarla en uno de los bancos centrales de los cinco miembros fundadores y utilizar su divisa (Renminbi, Rupia, etc.) cosa aún más inviable.
Abandonar la soberanía monetaria ya sabemos que está en Europa, el coste que ha tenido y la complejidad de su implantación entre países con fuertes lazos políticos democráticos y con voluntad de construir una identidad común europea, que poco tiene que ver con los BRICS. ¿Cómo podrían hacer políticas monetarias para estimular el crecimiento o el decrecimiento de sus economías? Imposible imaginar, por eso su declaración también habla de estimular acuerdos bilaterales, en definitiva, canjes entre ellos de bienes y servicios que evite utilizar el dólar y permita utilizar las divisas locales. Vean si no el reciente acuerdo entre China y Arabia Saudí para construir una central nuclear en el país árabe a cambio de petróleo (recuerde que las centrales nucleares se hicieron para crear plutonio para alimentar las bombas atómicas y que el subproducto era la energía eléctrica, en un país que va sobrado de fuentes energéticas) o la voluntad de China de aceptar a Irán como miembro, ya que el 80% del petróleo producido por los persas va a parar al gigante asiático evitando las sanciones de Estados Unidos. Imagínese que el 50% de los países del mundo con un PIB mundial agregado del 50% empiecen a canjearlo todo entre ellos. Houston tendría un problema económico, monetario y de control geopolítico importante.
Actualmente su problema es muy claro. Tienen que hacer sus ventas al exterior con dólares y los excedentes generados los guardan en forma de esta divisa o de deuda americana para poder hacer las próximas compras o importaciones. Imagínense estas crecientes economías engordando cada día más el tesoro americano sin escapatoria y perdiendo el valor de sus reservas por los efectos inflacionarios. Evidentemente, un muy mal negocio que intentan corregir vendiendo dólares y comprando oro sin hacer demasiado ruido y controlando que el precio de este metal no se les dispare demasiado y tengan que pagarlo con un sobreprecio.
Imagínese que el 50% de los países del mundo con un PIB mundial agregado del 50% empiecen a canjearlo todo entre ellos. Houston tendría un problema económico, monetario y de control geopolítico importante
Sin embargo, y a pesar de los escasos avances, la Cumbre ha sido valorada por los asistentes como muy positiva pidiendo que en el siguiente encuentro ya se propongan nuevos instrumentos de pago y plataformas de intercambio con uso de las monedas locales. De momento, pues, nada de nuevas monedas y los experimentos con graciosa sea que se tome daño antes de tiempo. Y con esta Cumbre ya van 15 dando vueltas al peral hasta que las peras maduren. El socio principal, China de esperar sabe, diría yo que forma parte de su ADN patrio y ayudará a modular los tempos. ¿Fuego de virutas? Los BRICS están contentos porque la rueda ha empezado a girar y girará más en el futuro, lo que nadie puede anticipar es cómo lo hará y cuándo, pero ya está en marcha.
¿Y Europa? Como dijo Sabino Fernández Campos: "Ni está ni se le espera" en esta partida.