"Si tal como vaticinan hace décadas, el cine acaba muriendo, sería mejor tener un museo que una empresa de animación". Este tono irónico es el que le sirve a David Martí para justificar el proyecto en el cual se ha embarcado: el museo Monster Art. Un espacio que tiene que servir como refugio de los 'monstruos' cinematográficos, que se acaban perdiendo. Martí, al frente junto con Montse Ribé de la empresa DDT, una firma que diseña y crea efectos especiales de maquillaje para el cine y la televisión, recuerda como por ejemplo hace siete años, en una visita al Museo de las Miniaturas del Cine de Lyon, se dio cuenta de la gran cantidad de objetos que forman parte de los rodajes y de la historia de las películas, que se acaban olvidando. De esta pasión para coleccionar 'monstruos' y piezas, llegó la necesidad de disponer de un espacio. "Nuestra display room fue creciendo", explica Martí. En este contexto, se enmarca la operación del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), en la cual el organismo de la Generalitat de Catalunya ha otorgado un crédito de 250.000 euros a través de su línea 'ICF Cultura' para la construcción del museo.
DDT ha creado personajes animados para directores como J.A Bayona, Guillermo del Toro o Pedro Almodóvar en películas cómo 'La sociedad de la nieve', 'El laberinto del fauno', 'Lo imposible' o 'Un monstruo viene a verme'. Por el 'El laberinto del fauno, recibió el Óscar al mejor maquillaje, además de una nominación por 'La sociedad de la nieve' y cinco premios Goya y dos Gaudí. La compañía, fundada en 1991, ya ha pasado "varias revoluciones tecnológicas y nos mantenemos en pie gracias al impulso de la fantasía que nos mueve a Montse y a mí", confiesa Martí.
Este amor por el cine y la preocupación por las pérdidas de las piezas animadas que son personajes o forman parte de los decorados de una película están detrás de la génesis del museo Monster Art. Martí admite que "hemos acumulado más de 200 piezas, algunas de ellas son las más reconocidas, y si no las conservamos, abandonamos un legado cinematográfico de valor incalculable". De hecho, el fundador de DDT explica que siempre se ha negado a vender estas piezas físicas cuándo ha recibido una oferta de compra. Ahora, las expondrá en el museo Monster Art, que estará ubicado en la calle Floridablanca del barrio de Sant Antoni de Barcelona. El espacio, además de la parte expositiva, dispondrá de una área inmersiva.
El amor por el cine y la preocupación por las pérdidas de las piezas animadas que son personajes o forman parte de los decorados de una película están detrás de la génesis del museo Monster Art
Un espacio para los 'monstruos'
Con la irrupción de la pandemia, que paró la actividad de DDT y el traslado forzado de la sede de la empresa desde el Poblenou de Barcelona, Martí explica que se va fue concretando el sueño que siempre había tenido con Montse Ribé: tener en un mismo espacio un estudio de reparación y exhibición de las piezas animadas y el centro de trabajo. Esta fue la semilla del museo Monster Art. Ahora, DDT combina la construcción del museo y el trabajo habitual de películas y series. "A medida que avanza el museo y este toma forma, continuamos trabajando con producciones de Hollywood desde Barcelona".
Paralelamente a la renovación de las piezas, las obras del museo están a punto de acabar. El espacio contará con 220 metros cuadrados en un estancia de cinco metros de altura. El personaje estelar será el 'monstruo' de la película de Bayona. A pesar de que las obras ya están casi terminadas, ahora faltan algunos decorados que acompañan a los personajes. La inauguración está prevista para el verano de 2025.
La operación de crear el museo Monster Art ha sido posible a través de un crédito del ICF. Su línea 'ICF Cultura' ha facilitado la financiación de 250.000 euros, destinados a la compra de un local, las obras pertinentes y la adecuación del mismo para poder usarlo como museo de sus obras. El museo Monster Art, en la calle Floridablanca, recopilará las criaturas más significativas de la dilatada carrera artística de DDT, incorporando tecnología inmersiva. Al local también se trasladará el taller de la empresa, pasando de un local de alquiler a uno de propiedad. En este espacio, sus impulsores intentarán separarlo en diferentes zonas, diferenciando entre proyectos que han ido realizando para cada director de cine.
La línea 'ICF Cultura' ha facilitado la financiación de 250.000 euros, destinados a la compra de un local, las obras pertinentes y la adecuación del mismo para poder usarlo como museo
David Martí valora la ayuda del ICF. "Nos han aportado fondos para todo. La compra del local, las obras, su adecuación, el aislamiento térmico, la instalación de las pantallas led y todos los elementos para facilitar el carácter inmersivo del museo". En relación con las condiciones financieras, el fundador de DDT destaca "el periodo largo en la carencia del préstamo, lo que hace que no lo tenemos que empezar a devolver como mínimo hasta de aquí a dos años".
En DDT, realizan efectos especiales de maquillaje para cine, teatro y televisión. Estos engloban maquillajes protéticos, para transformar a los actores en monstruos, o bien envejecerlos, engordarlos, etc., maquillajes ficticios, de personas o animales, y maquillajes animatrónicos, que son muñecos mecánicos -réplicas animales o humanas, de cuerpo entero o de alguna de sus partes- animados mediante mecanismos interiores.
La compañía, formada por seis trabajadores, puede llegar a colaborar con más de 40 personas cuando lo requiere el proyecto. Además de Hollywood, han hecho producciones en Francia, Suecia o Malta. Con esta iniciativa, la firma ve cumplido uno de sus sueños: tener un estudio donde poder seguir trabajando en películas, a la vez que se reserva un espacio a la restauración y la exhibición de piezas animadas y 'monstruos', que tal como asegura David Martí, "nunca dejaremos que entren a los mercados de subastas".