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Del sueño a la (des)igualdad, de barras y estrellas

El profesor de la Universidad de Yale, Jacob S.Hacker, defiende que "los mercados no se gobiernan sólo"

El estàtua de la Libertad es uno de los grandes símbolos norteamericanos | iStock
El estàtua de la Libertad es uno de los grandes símbolos norteamericanos | iStock
Victor Costa
Exdirector de VIA Empresa
Barcelona
04 de Julio de 2018

El 4 de julio es el Día de la Independencia. La de los Estados Unidos del Imperio británico. Más allá de la clase social o el lugar de nacimiento, el historiador James Truslow escribía a principios de los años 30 que "el sueño norteamericano es aquel sueño de una tierra donde la vida sea mejor, más rica y más llena para todo el mundo, con una oportunidad para cada cual de acuerdo con la habilidad y el logro". Los conceptos de democracia, libertad, oportunidades, igualdad o incluso, felicitado también forman parte del sueño. Ahora bien, no todo son fuegos artificiales. "Los mercados no se gobiernan sólo y las desigualdades tenemos que afrontarlas antes de que surjan", asegura el profesor de políticas de la Universidad de Yale (Connecticut), Jacob S.Hacker, a VÍA Emprendida durante su visita a Palau Macaya de la Obra Social La Caixa. 

 

Hacker: "Los mercados no se gobiernan sólo y las desigualdades tenemos que afrontarlas antes de que surjan"

 

En este sentido, el experto en política de la salud y política social de los Estados Unidos defiende que la predistribució es clave para luchar contra dos de los grandes retos del siglo XXI: la desigualdad  y la inseguridad económica. Entre sus propuestas, destaca especialmente "la creación de un seguro médico de calidad" incluida dentro de los planes de salud de los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama con su famoso posterior Obamacare.

Jacob S.Hacker | Palau Macaya Obra Social  

 

Jacob S.Hacker | Palau Macaya Obra Social La Caixa

El objetivo de Hacker es garantizar "más y mejores oportunidades para todo el mundo" y combatir las desigualdades ya sea a través de impuestos, educación o sanidad dentro del conjunto de la sociedad, incluso cuando la economía no crece. "No se puede pretender dar sólo un punto de salida similar a la gente y que después todo vaya bien a la carrera de la vida", alerta. Así pues, más allá del sueño y dentro del eterno tira y afloja entre los mercados y los gobiernos, la clave pasa por "la traducción de los recursos, principalmente financieros, a la influencia política". Y viceversa. 

El caso de España y Cataluña

El también director del Instituto de Estudios Sociales y Políticos de Yale ve similitudes entre "el sistema federal extraño" de los Estados Unidos y España. Al menos, en cuanto a las desigualdades. En el segundo caso, recuerda el estallido de la burbuja inmobiliaria, el paro o los "problemas de governança" después de la crisis. "El Gobierno español no ha impulsado políticas de inversión sino de austeridad por las ineficiencias del sector público", espeta.

Entrando todavía más en materia, lo relaciona con la independencia de Cataluña: "Falta compromiso con las democracias localizadas". Y de retruque, también con Madrid: "La percepción es que es inaccesible, con corrupción y con demasiada centralización". En este contexto, pone sobre la mesa una conversación previa durante una comida con un alto directivo de una multinacional del cual no dice el nombre pero sí el mensaje: "Estamos en Barcelona porque es donde la innovación tiene lugar". 

Hacker: "El Gobierno español no ha impulsado políticas de inversión sino de austeridad"

 

A pesar de que cada país es un mundo, la corrupción juega prácticamente por todas partes: "A menudo se llama que en los Estados Unidos no hay corrupción, pero la tenemos institucionalizada a través de las campañas de financiación". Y no duda a poner como ejemplo la administración de Donald Trump. De esta forma, critica "la corrosión de la corrupción" respecto a la relocalització de recursos, la ineficiencia o la pérdida de confianza y participación activa por parte de la población. 

The American Amnesia

El problema de la distribución de recursos no existe sólo entre países, alianzas, uniones o regiones sino también entre el mundo urbano y el mundo rural. "Es una lucha de clases que es fundamental por los políticos", insiste el también autor del libro American Amnesia: How the War donde Government Led Os tono Forget What Made America Prosper escrito conjuntamente con el profesor Paul Pierson

En concreto, esta obra procura "hacer recordar aquello que se ha olvidado". Es decir, la historia de los Estados Unidos desde la perspectiva del bienestar, la governança, la inversión pública, el liderazgo en educación o salud, la lucha contra la discriminación de las minorías, la competencia o la regulación en tabaco, aire, o gasolina, entre otros. "La visión de Trump del Make America Great Again es diametralmente opuesta a cómo América se ha hecho grande", espeta.

Jacob Hacker i Víctor Costa

Fotografía: Palau Macaya Obra Social La Caixa

En cuanto a las grandes empresas tecnológicas de la talla de Google, Amazon o Facebook, se muestra más bien crítico: "Son monopolios concentrados en el poder que tienen tu información y tus datos". Aún así, el profesor de Yale no echa la toalla y mantiene viva la esperanza que estas corporaciones acaben luchando también por la democracia, siempre y cuando se democraticen sus herramientas. El mensaje es bastante claro: "Tus datos son tuyos". Una cuestión de propiedad y derechos, valga la redundancia. 

Cuando Estados Unidos era un modelo...

Según Hacker, "los líderes empresariales y los sindicatos quieren ser partners constructivos y se está luchando por una visión igualitaria y de largo plazo". Tanto es así, que de cara al futuro tiene muy claro que "el papel del gobierno será incluso más importante durante la revolución postindustrial del que ya lo fue a la revolución industrial".

"La visión de Trump del 'make America great again' es diametralmente opuesta a cómo América se ha hecho grande"

 

A parecer suyo, el "fundamentalismo del mercado" que predica que todo va bien por sí solo, sin gran necesidad de políticas públicas, o el populismo que quiere pararlo todo al grito de Make America Great Again son dos amenazas a tener en cuenta. 

"Las políticas que miran ninguno atrás, dividen, racistas, con líneas rojos y sin objetivos no son un modelo para el resto de países. Y nosotros solíamos ser un modelo...", concluye. Así pues, el sueño norteamericano es ahora mismo como su bandera, de barras y estrellas.