Seis bancos forman parte del índice Ibex 35 hoy. El que más pesa es el Santander, con un 11,99%, y el que menos Unicaja, con un 0,46%. Caixabank y el Banco Sabadell ocupan el tercer y cuarto puesto respectivamente. En conjunto, todos suponen un 30,7% del índice, en lo que es un caso claro de sobreponderación en el índice bursátil respecto al peso que tienen en la economía real.
Como es bien conocido, dos hechos -muy interrelacionados entre sí- hicieron sufrir a muchos altos bancos desde el año 2008 hasta bien entrado el 2022. Por un lado, el estallido de la burbuja inmobiliaria, que les disparó la morosidad y, por otro, la prolongada situación de tipos de interés bajos (e incluso negativos), que disminuyó fuertemente la parte de sus ingresos provenientes de los intereses. Los tipos de interés oficiales del Banco Central Europeo (BCE) se mantuvieron a cero desde marzo de 2016 hasta septiembre de 2022. Peor aún en el caso del llamado tipo depo, que es muy relevante para los bancos, dado que es el tipo de interés que ellos perciben cuando depositan el dinero en su particular banco, el BCE. Éste se puso a cero ya en septiembre de 2012, pasó a ser negativo en septiembre de 2014 y continuó en este valor durante ocho años más, hasta septiembre de 2022.
Hoy el tipo depo es del 3,75%. Los bancos recuerdan bastante bien estos años en los que depositar el dinero en el BCE les costaba dinero en lugar de devengarles intereses. Esta situación les generó una fuerte pérdida de los ingresos provenientes del negocio tradicional de los bancos, los intereses o de lo contrario conocidos como NII (Net Interest Income). ¿Cómo reaccionaron los bancos? Por un lado, aumentando otra partida de sus ingresos, las comisiones y, por otro, racionalizando fuertemente sus costes. Aún se recuerda la fuerte reducción de oficinas y de personal que hicieron.
Se trata de una situación idílica para los bancos: han recuperado el ingreso de los intereses y han mantenido elevados los ingresos provenientes de las comisiones
La situación actual de los bancos es hoy totalmente distinta, muy favorable. Por un lado, con la normalización de los tipos de interés, han recuperado el ingreso de los intereses (NII), y por otro, han mantenido elevados los ingresos provenientes de las comisiones. Si bien en su día tuvieron un fuerte carácter compensatorio, la realidad es que están aquí para quedarse. Las racionalizaciones de costes que hicieron en su momento les han generado un fuerte apalancamiento operativo, y, por si fuera poco, la actual bonanza empresarial y las elevadas tasas de empleo han hecho que las cifras de morosidad sean muy bajas y que estén muy bajo control. Se trata, pues, de una suerte de situación idílica para los bancos.
De cara al 2024, la estimación es que estos seis bancos tengan unos beneficios netos de más de 28.000 millones de euros. Esta cifra es casi un 50% superior a los beneficios que los propios bancos obtuvieron en el 2007, unos 19.000 millones. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para pasar la época mala estos bancos tuvieron que afrontar diversas ampliaciones de capital, bien para recaudar más capital directamente de los accionistas o bien para absorber a otras entidades financieras. Dado que ahora existen más acciones de las que había antes de la crisis, en términos de beneficio por acción, estos resultados son aproximadamente un 22% inferiores a los de 2007.
Los seis bancos han presentado ya los balances correspondientes al primer semestre del año. En términos generales han sido resultados muy positivos, superando las expectativas. De hecho, a finales del año pasado el consenso del mercado pensaba que en 2023 los bancos habían hecho sus resultados máximos, ya que daban por hecho que durante el año 2024 habría muchos descensos del tipo de interés. Nunca compartí esa opinión. La realidad es que ha habido sólo una bajada hasta ahora, y además muy exigua, tan sólo un 0,25%, y no se produjo hasta el mes de junio. Esto está haciendo que los ingresos de intereses de los bancos sean muy superiores a las previsiones.
Además, se ha registrado también un aumento del volumen del crédito, como movimiento anticipado del descenso del tipo del interés que vendrá. Los ingresos por comisiones se mantienen muy fuertes, los gastos operativos u opex se mantienen bajo control, y la morosidad no repunta lo más mínimo. Como consecuencia, la previsión actual es que los beneficios sean, en 2024, un 7% superiores a los de 2023, con la práctica totalidad de los bancos aumentándolos.
Esperamos que los tipos de interés oficiales bajen de una manera más intensa durante el año 2025, hasta llegar a situarse, en la zona euro, hacia el 3% desde el 4,25% actual
¿Y los años siguientes? Hay que tener en cuenta que esperamos que los tipos de interés oficiales bajen de una forma más intensa durante el año 2025, hasta llegar a situarse, en la zona euro, hacia el 3% desde el 4,25% actual, dada la expectativa que la tasa de inflación se estabilice hacia el 2,5%. Sin embargo, se trata de tipos de interés muy cómodos todavía para los bancos, que si bien harían que los beneficios previstos ya para el año 2026, con unos tipos ya normalizados, fueran entre un -3% y un -5% inferiores a los de 2024, serían bastante sólidos todavía. Todo ello contempla una situación cómoda de morosidad. Esto dejaría margen de subida a las cotizaciones de los bancos, que podrían tener unos repuntes adicionales que se situarían entre un 20% y un 30% como media respecto a sus cotizaciones actuales.
¿Y la OPA del BBVA hacia el Banco Sabadell? Cada día que pasa aumenta la probabilidad de éxito. Hoy, la relación de intercambio entre las acciones del BBVA y del Banco Sabadell es ya de 5,00 (9,456/1,8895). El día 29 de abril, antes de conocer la intencionalidad de la OPA, la relación era de 6,27 (10,90/1,7375). Se ha recorrido, por lo tanto, el 88% del camino hasta el 4,83 ofrecido por el BBVA. Nada nuevo aquí. Creo que el BBVA mejorará la oferta en los próximos trimestres, y todo dependerá mucho de la sensibilidad de los accionistas del Sabadell a esta mejora del precio que, desgraciadamente, se estima hoy por hoy elevada.