La estacionalidad es un fenómeno económico que afecta a diferentes sectores en función de la época del año. Dos ejemplos: las empresas de juguetes hacen el 65% de sus ventas en la campaña de Navidad y Reyes (datos de AEFJ). En cambio, a los fabricantes de helados les pasa lo contrario, en tres meses, de junio a agosto, se venden el 70% de los helados de todo el año (según Statista).
Si nos centramos en el verano, hay sectores que salen muy beneficiados y, cómo dice el refrán catalán: “A l’estiu tota cuca viu” (Literalmente, en verano toda cucaracha vive").
- Turismo y sectores relacionados: Destinos costeros, hoteles, campings, piscinas, restaurantes, comercio, parques temáticos, náutica, actividades culturales, mobiliario de jardín, barbacoas, remolques y caravanas, guías turísticos, deportes de aventura... Son actividades que experimentan durante el verano un incremento notable en la demanda.
- Productos relacionados con el calor y el sol: aire acondicionado, aislamiento térmico, helados, productos de hidratación personal, cremas solares, gafas de sol...
- Servicios que se demandan más cuando se hacen vacaciones: colonias escolares, material deportivo, líneas aéreas...
Steve Jobs: "La innovación es lo que distingue a un líder de un seguidor"
A otros sectores les pasa lo contrario y durante el verano bajan mucho las ventas por el calor o porque la gente hace vacaciones: calefactores, ropa de invierno, deportes de invierno, empresas de formación... Muchas empresas ya tienen su modelo de negocio adaptado a la estacionalidad, pero hay otras a las que este fenómeno las perjudica. Por eso, cuando se puede se trata de desestacionalizar la demanda. Es una idea que ya puso en marcha hace muchos años del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) con los programas de vacaciones de la gente mayor en los meses de temporada baja. Hay casos de empresas que han puesto en marcha estrategias interesantes de desestacionalización. Veamos algunos ejemplos:
- La Fageda: La cooperativa de la Garrotxa, hace unos años, empezó a producir helados, puesto que en los meses de verano hay tendencia a comer menos yogures. Como las más de 600 vacas de la cooperativa hacen leche todo el año, tuvieron la buena idea de los helados que se venden más en verano.
- Roc Roi: La empresa de deportes de aventura de Llavorsí tenía casi toda la actividad en verano, puesto que se basaba en el rafting. Con los años ha conseguido ampliar la oferta con muchas actividades de invierno (esquí, esquí de fondo, iglús, surf de nieve, motos de nieve...) y actividades de todo el año (vuelos en globo, escalada, espeleología...). Y también ha abierto filial en Argentina que, por cierto, tiene el verano cuando aquí es invierno.
- PortAventura: El parque temático no solo opera durante los meses de verano, sino que también ha desarrollado eventos especiales como Halloween y Navidad, con el objetivo de ser un destino para todo el año.
- Cadenas hoteleras: Hay cadenas hoteleras que empezaron con hoteles de playa y posteriormente ampliaron la oferta con hoteles de ciudad. De este modo, durante el verano concentran la actividad en los hoteles de playa y en invierno la actividad la tienen en los hoteles de ciudad.
- Industria: Hay empresas de electrodomésticos que hacen productos para el verano (ventiladores) durante unos meses y productos para el invierno (calefactores) durante otros. Hay ejemplos similares de fabricantes de ropa o de medicamentos.
Adaptarse a las fluctuaciones estacionales mitiga los efectos negativos de las temporadas bajas y abre nuevas oportunidades de mercado. Los ejemplos citados muestran que, con creatividad, la estacionalidad se puede convertir en oportunidades de crecimiento. La diversificación de productos y servicios, la exploración de nuevos mercados y la promoción de actividades fuera de temporada son estrategias exitosas. Por eso, la capacidad de innovación es clave y, como decía Steve Jobs: "La innovación es lo que distingue a un líder de un seguidor".