La deuda pública sigue batiendo récords brutos: en junio, el pasivo de todas las administraciones públicas ascendió a 1,569 billones de euros, un nuevo máximo histórico, de acuerdo con los datos publicados este jueves por el Banco de España. Eso sí, ayudada por el crecimiento económico —y la inflación— esta sigue estabilizada en torno al 113% del producto interior bruto (PIB), lejos del 126% que llegó a alcanzar en 2021. La Administración central es la que más ha visto crecer su deuda en términos interanuales, un 7,9%, y acapara buena parte del pasivo público, con 1,397 billones de euros.
En 2019, la deuda pública española estaba por debajo del 100% del PIB (98,2%), pero la pandemia disparó las necesidades de financiación del Estado: de 1,23 billones a principios de 2020 se ha pasado, en más de dos años y medio, a 1,56 billones. Esto es, un aumento de la deuda bruta de más 330.000 millones de euros. En septiembre del año pasado, el pasivo público español superó, por primera vez, los 1,5 billones de euros.
Respecto a las administraciones territoriales, la deuda de las comunidades autónomas —cuyo gasto por intereses crecerá a un ritmo anual del 25% hasta 2026— aumentó hasta los 327.000 millones de euros, con una variación interanual del 3,3%, mientras que la deuda de las corporaciones locales alcanzó los 24.000 millones, un 4,3% más. Además, la consolidación en el conjunto de las administraciones públicas —es decir, la deuda en poder de los diferentes subsectores que componen dicho sector— aumentó un 7,3% respecto al año anterior, hasta los 327.000 millones de euros.