En Alcarràs, en la comarca del Segrià, hay activas casi una treintena de macrogranjas de cerdos. En la población, anualmente se crían casi medio millón de animales. Fruto de esta actividad, se generan una cantidad importante de deyecciones ganaderas, uno de los elementos más complicados de gestionar para los productores. Lejos de provocar un problema, los ganaderos de la zona se las han ingeniado para transformarlas en compost, que utilizan en los campos de cultivos. Además, también plantean una planta de biogás, que generará electricidad. Así lo explica el miembro de la junta rectora de Alcarràs Bioproductors, Miquel Serra. "Por una parte, la luz que obtenemos de la planta se volcará en la red eléctrica, y por la otra, volverá a dar servicio a las granjas". Incluso, se aprovechará el proceso de conversión, que dejará agua desnitrificada, para regar las fincas.
Este ejemplo, el de Alcarràs Bioproductors, es solo uno de los muchos para ilustrar la apuesta del sector agroalimentario leridano por la economía circular a partir de los residuos que se derivan de la misma actividad. En este escenario, hace pocos días que la Generalitat de Catalunya ha autorizado al Departamento de Acción Climática conceder una subvención directa al consorcio del Parque Científico y Tecnológico Agroalimentario de Lleida (PCiTAL) de 900.000 euros entre el 2023 y el 2025, para la creación y puesta en marcha del Centro de Innovación Digital Agroalimentario y Forestal de Catalunya (Cidaf CAT) y del Centro de Servicios para el Desarrollo Efectivo de la Bioeconomía Circular (Biohub CAT). En el marco de la estrategia de la bioeconomía de Catalunya 2030, se incluye como una de sus líneas prioritarias el desarrollo del Hub de la Bioeconomía de Catalunya, BioHub Cat, con la voluntad de convertirse en un polo catalán de biotecnologías y bioproductos.
En Alcarràs, se ubicarán el primer biopolígono de Catalunya y una planta preindustrial de acceso abierto para validación de biotecnologías
Primer biopolígono de Catalunya
Esta iniciativa contempla 13 líneas de actuación, de las cuales dos se instalarán a Alcarràs, donde está previsto que se ubiquen el primero biopolígono de Catalunya y una planta preindustrial de acceso abierto para validación de biotecnologías y bioproductes. En el Parque Agrobiotech se creará la oficina técnica para desarrollarlos. La elección de las comarcas leridanas corresponde a que estas concentran el 50% de la producción agrícola y ganadera de Catalunya y el 55% del total de Valor Añadido Bruto (VAB) industrial de la demarcación corresponde al ámbito alimentario. Además, la provincia acumula la concentración más grande de superficie de bosques de titularidad pública de Catalunya, con un total de 292.676 hectáreas.
De los 15 millones de toneladas de residuos orgánicos que genera cada año Catalunya, la mitad provienen de Lleida
De los 15 millones de toneladas de residuos orgánicos que genera cada año Catalunya, la mitad provienen de Lleida, concretamente de la agricultura, la ganadería, la industria agroalimentaria y los bosques. Valorizar este material para producir biomateriales, bioproductos o bioenergía puede generar 10 veces más puestos de trabajo que aplicarlo directamente al campo o quemarlo. Esta operación se produce en la bioindustria. Uno de los máximos exponentes de esta industria son las biorefinerías, que responden a la necesidad de sustituir las materias de origen fósil por bioenergía, como por ejemplo, en el caso del biogás.
Desde el Departamento de Acción Climática indican que "el objetivo de estos dos centros es acercar el conocimiento y la innovación al tejido productivo que generan estos recursos excedentarios y favorecer el desarrollo industrial a su alrededor". Para hacerlo, apostará por la modernización, la digitalización y sostenibilidad de las cadenas de valor agroalimentarias y el impulso de la bioeconomía, entendida como modelo económico circular y sostenible basado en el uso de recursos biológicos renovables y locales para producir bienes y servicios en todos los sectores económicos.