Sí, lo confieso. Soy empresario, anarquista y te contaré el motivo. A mí no me interesa la ideología, ni que seas de derechas o de izquierdas, de centro o ecologista. No creo en el gobierno, en la política y estoy harto de las constantes promesas y, a la vez, restricciones. Todavía espero las ayudas que prometieron al inicio de la pandemia.
Lucho por ofrecer un salario digno a mis trabajadores. Si un miembro de mi equipo recibe 1.500 euros mensuales en su cuenta, mejor no sepáis lo que tengo que pagar yo de más. Tener un trabajador en plantilla es mucho dinero y muy difícil. Pero lo hago. Pago muchos impuestos, hago un bien común y a mí nadie me lo reconoce.
Sí. Trabajo casi cada día de la semana, exceptuando el domingo, ya por salud mental. Vivo para pagar impuestos. Y encima, ¿me tengo que preocupar para hacer el trabajo que el gobierno no hace? Ineficiencia, retraso, papeleo, burocracia, mucha lentitud y poca ayuda a quien generamos riqueza.
Como dice el presidente del Barça, Joan Laporta: "¡Que aprendan!"
Sí. Soy empresario, anarquista y cada día tengo más motivos para serlo.
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