El coste de la vida se posiciona como la principal preocupación de las generaciones Z y millennials. La búsqueda de la estabilidad laboral y el acceso a la vivienda se han convertido en obstáculos significativos. Además, conciliar la vida profesional con la personal y priorizar la formación y la estabilidad económica están influyendo en decisiones cruciales como el matrimonio y la compra de una vivienda, percibidas como inalcanzables por muchos jóvenes. Según la Encuesta 2023 de generación Z y millennials de Deloitte sobre estas generaciones, un 35% de los Z (nacidos entre 1995 y 2009) y un 42% de los millennials (nacidos entre 1982 y 1994) han experimentado cómo el aumento de precios ha impactado su estilo de vida. Además, un 61% de la generación Z y un 62% de los millennials consideran que será imposible adquirir una vivienda en los próximos años.
Un 61% de la generación Z y un 62% de los millennials consideran que será imposible adquirir una vivienda
Esta situación se refleja en una investigación financiada por la Fundación Ramón Areces, que analizó cómo el precio de la vivienda influye en el número de matrimonios. Los hallazgos mostraron que un aumento en los precios de las casas resultaba en una disminución de los matrimonios. Esta tendencia negativa fue especialmente marcada durante la burbuja inmobiliaria de 2008. En 2007, se celebraron más de 200.000 matrimonios, pero después de ese año, las cifras cayeron por debajo de ese umbral y no lo han vuelto a superar. Así, el dicho "el casado casa quiere" cobra más sentido que nunca.
El alto costo de los casamientos en Espanya contrasta con la vulnerabilidad económica de los jóvenes
Según un estudio realizado por Bodas.net y ESADE, en Catalunya los novios gastan aproximadamente 184 euros por invitado, con una asistencia promedio de 100 a 130 personas por boda. En Espanya, el coste medio de una boda asciende a unos 20.500 euros, situando al país, junto con Italia y el Reino Unido, entre los lugares donde las bodas son más caras. Esto lo confirma un estudio publicado en The Conversation por Sonia Aránzazu, investigadora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Este elevado coste contrasta con la realidad económica de los jóvenes en Espanya. El Banco de España ha destacado que los jóvenes actualmente enfrentan mayores dificultades para generar riqueza, ahorrar y presentan una mayor vulnerabilidad económica. La última Encuesta Financiera de las Familias (EFF) muestra que, después de la crisis financiera, los hogares no han recuperado su nivel de riqueza, afectando especialmente a los jóvenes. En 2022, las familias encabezadas por menores de 35 años tenían una riqueza mediana acumulada de 20.000 euros, muy por debajo de los 100.000 euros que tenían en 2008.
En 2022, las familias encabezadas por menores de 35 años tenían una riqueza mediana acumulada de 20.000 euros
La situación de vulnerabilidad económica se manifiesta claramente en el difícil acceso a la vivienda, evidenciado por el aumento en la edad de emancipación. Según la última Encuesta Financiera de las Familias (EFF), en 2022 el 65,9% de los jóvenes espanyoles entre 18 y 34 años aún residían en el hogar familiar, un incremento de 13 puntos desde 2008. Actualmente, el precio medio por metro cuadrado en Espanya supera ligeramente los 2.000 euros, aunque alcanzó su máximo en 2008 con casi 3.000 euros. Según Idealista, las Islas Baleares y la Comunidad de Madrid son las regiones más costosas, con precios medios de 4.200 euros y 3.200 euros por metro cuadrado, respectivamente.
Esta situación financiera precaria hace que muchos jóvenes se encuentren ante un dilema: ¿casamiento o hipoteca? Una encuesta de la organización benéfica Relate, publicada por la Press Association, destaca una presión significativa sobre los jóvenes, especialmente los millennials y la generación Z, para seguir el camino tradicional de casarse después de comprar una casa. El 77% de los millennials y el 83% de la generación Z se sienten presionados para alcanzar estas metas de vida convencionales.
El 77% de los millennials y el 83% de la generación Z se sienten presionados para alcanzar estas metas de vida convencionales
La encuesta pone de relieve que el matrimonio es el segundo objetivo que genera más estrés entre los jóvenes. Un 27% de la generación Z muestra menos interés en este deseo en comparación con el 38% de los millennials. En cuanto a la compra de una casa, cerca del 15% de los millennials siente presión por adquirir una, en contraste con aproximadamente el 9% de los boomers (nacidos entre 1945 y 1964).
El cambio cultural en la vivienda
Como curiosidad, mientras que el 70% de los jóvenes de 18 a 33 años optan por alquilar, solo el 20% de los adultos de 60 a 70 años lo hacen, según un informe del Future Policy Lab, un think tank espanyol centrado en las preocupaciones de los jóvenes europeos. Este contraste pone de manifiesto cómo los jóvenes enfrentan mayores dificultades para acceder a la propiedad de la vivienda en comparación con los boomers.
Esta situación no solo pone de relieve las dificultades para acceder a la vivienda, sino que también marca un cambio cultural notable. En la generación boomer, era impensable no pasar del noviazgo al matrimonio, seguido de la convivencia y la formación de una familia. Hoy en día, el estilo de vida ha cambiado drásticamente, surgiendo nuevas opciones frente a este modelo convencional.
Mientras que el 70% de los jóvenes de 18 a 33 años optan por alquilar, solo el 20% de los adultos de 60 a 70 años lo hacen
Según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística, en Espanya se celebraron 179.107 matrimonios en 2022. En Catalunya, por otro lado, se realizaron un total de 27.100 enlaces el mismo año, según Idescat. Aunque no se dispone de información precisa sobre cuántos de estos matrimonios incluyeron parejas que ya convivían previamente, esta opción es cada vez más común entre los millennials, quienes prefieren probar la convivencia antes de comprometerse definitivamente.
Actualmente, en Espanya, el 86,9% de los españoles viven juntos bajo el mismo techo, ya sean casados o no. Por otro lado, el 13,1% no lo hace. Estas estadísticas, proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística, reflejan una tendencia creciente hacia la convivencia sin necesidad de contraer matrimonio previamente. Además, debido al estancamiento de los salarios y al continuo incremento en los precios de los alquileres y la compra de vivienda, muchos millennials ven en la convivencia una opción económica viable. Compartir los gastos del alquiler les ayuda a aliviar su carga financiera y les ofrece más oportunidades de ahorrar. Ante este baile de cifras, parece que los millennials, a la hora de elegir entre matrimonio o hipoteca, tienen clara la respuesta: convivir.