Esta semana hemos vivido la Superbowl de la política. La comparecencia del ex Director del FBI James Comey a la Comisión de Inteligencia del Senado ha sido el centro de gravedad de la política norteamericana. En parte, porque Comey solicitó formalmente que su colaboración fuera publicada antes de su declaración, el que, sin duda, ha ayudado a montar un gran show alrededor de la declaración. Ciertamente, Donald Trump tiene cada vez más problemas y a pesar de que el verano ya es a aquí, nadie duda que the winter is Comey.
Comey ha explicado que ha tenido nuevo conversas con el Presidente Trump en privado -durante los ocho años del mandato de Barack Obama tuvo tres- tres en persona y seis telefónicas. El debate gira alrededor de si el Presidente Trump ha hecho obstrucción a la Justicia o no, puesto que le pidió lealtad personal a Comey y que por eso había que cerrar la investigación a Michael Flynn –quién, esta semana, ha entregado más de 600 folios de documentos en respuesta a los subpoenas.
Si bien James Comey no acusa el Presidente Trump de obstruir la investigación mientras dirigía el FBI directamente, sí que ha manifestado que su despido tuvo consecuencias para la investigación, por este motivo filtró sus memorándums personales - sin información clasificada- y los filtró a la prensa a través de un jurista de Columbia con el objetivo de forzar el nombramiento de un fiscal general para el kremlingate. Preguntado sobre si el Presidente Trump dijo la verdad del que pasó en estos encuentros, Comey ha afirmado que el Presidente había faltado a la verdad en reiteradas ocasiones, como que había sido el ex-Director del FBI quién las había convocado o sobre si él le había asegurado que el Presidente Trump no estaba bajo investigación.
Tuits que se convierten en comunicados oficiales
Comey ha mostrado mucha confianza y seguridad en que el Fiscal Especial, Robert Mueller III, llegará al fondo del caso y ha pedido al Presidente Trump que publique las grabaciones de los encuentros, si las tiene. El caso es complejo porque es la palabra de uno contra la palabra del otro pero hay dos hechos que podrían marcar la diferencia.
El primero es que Donald Trump confesó a Twitter que el despido fue por el kremlingate... Y los tuits del Presidente de los Estados Unidos son legalmente comunicados oficiales. El segundo es que el despido es un hecho. No es nada claro si jurídicamente hay bastante para ser considerado delito de obstrucción a la justicia - de hecho probablemente no- pero hay que tener en cuenta que al ser una declaración abierta al público James Comey no puede proporcionar información clasificada. De hecho, ha afirmado que está en posesión de Intel que afecta directamente al Fiscal General de los Estados Unidos, Jeff Sesiones, información que ha sido revelada en la declaración a puerta cerrada que ha tenido lugar justo después de acabar la sesión de puertas abiertas.
En algunos momentos Comey ha siete muy contundente y hay dos momentos claves que han pasado desapercibidos. El primero cuando ha afirmado textualmente que "aquello fueron mentidas, simple y claro" en referencia a los comentarios de Trump sobre la relación entre el personal del FBI y Comey. El segundo hace referencia al Dossier Steele - material clasificado de Intel publicado a The Guardian- ha afirmado que "no es material desclasificado" y que "la penetración rusa en las elecciones fue muy profunda", el que da pistas sobre su potencial testigo a puerta cerrada.
Reality Winner, la traición de la traductora
Unos días antes, el Departamento de Justicia detuvo y presentó cargos contra Reality Winner (sí, se llama así), una traductora de 25 años que trabaja por un contratista de la NSA, que filtró a la outlet russòfil The Intercept un documento clasificado como "Top secret", donde se afirma que los servicios secretos rusos intentaron manipular el voto de las elecciones con el conocimiento del gobierno ruso.
A pesar de no especificar si la operación tuvo éxito, Winner se enfrenta a un delito leve de traición y el más probable es que tenga que defenderse ante el Gran Jurado de una acusación de entre 10 y 20 años de prisión. El juez le ha denegado la libertad bajo fianza, puesto que descargó información adicional en un USB que ha extraviado – o esto dice ella. La acusación ha explicado que han encontrado texto donde Winner, simpatizante del grupo de extrema izquierda Black Lives Matter, manifiesta la intención de prender fuego en la Casa Blanca, afirmación que el juez encuentra "preocupando incluso si no lo ha escrito seriamente". La madre de Winner ha declarado que Winner le explicó que "iría nuclear" si la fianza le era denegada "porque así es como actuó Manning". Parece que tendremos un culebrot de primera división con Reality.
De Corea del Norte en la Irán
La política exterior sigue proporcionando problemas al Presidente Trump en particular y en el mundo en general. La reacción de la Irán al atentado de Londres tuvo una durísima réplica del Presidente Trump a través de un comunicado donde acusa abiertamente Irán de ser un patrocinador del terrorismo salafista.
Según el FBI, Rusia va hackejar la agencia de noticias cataríes, cosa que se tradujo en una escalada relámpago entre el Arabia Saudí y Qatar. Arabia Saudí e Irán están en guerra (proxy) desde la insurgencia de 1979 y esto ha provocado una polarización extrema esta semana. Arabia Saudí y los países del entorno han roto relaciones diplomáticas con Qatar, mientras que la península ha solicitado el envío de tropas y alimentos en Irán y Turquía. El FBI ha intentado hacer mediación en el conflicto pero este ofrecimiento ha sido rechazado por Qatar, con el que se repite el patrón de alianzas en Siria, y, por lo tanto, despacio se van configurando dos bloques sólidos antagonistes. Por otro lado, Corea del Norte sigue con los tests nucleares pero los Estados Unidos han bajado el tono dialéctico.