Hace días que reflexiono en torno a una idea: la realidad es infraccionable. Después de décadas en las que la hiperespecialización ha sido aclamada como el gran triunfo del progreso humano, finalmente, como sociedad, hemos llegado a la conclusión de que esto provoca justamente el efecto contrario; deshumaniza. Comprender sólo, aunque en profundidad, la pieza del puzle que conoces a la perfección hace que la conciencia de la relación y dependencia respecto a las demás piezas se evapore. Así, queda desvanecida en una arrogante sensación de pensar que ya sabemos todo lo que teníamos que saber cualquier sospecha de interdependencia o necesidad de intercambio. En el caso del agua, la fluidez del recurso deja patente que, por mucho que se intente, el agua es infraccionable. Es más, es justamente su esencia estar presente en todas partes y formar parte de todos los entramados de la vida sin una línea definitoria clara. Como una presencia ineludible, el agua fluye y se cuela en toda presencia vital, modelando toda la vida que nos rodea y nutre. El agua es vida, dicen muchas, pero ¿qué vida nos proporciona el agua? ¿Y de qué forma nos relacionamos, como sociedad, con este recurso vital?
Del día 13 al 15 de marzo, la Fundació Enric Miralles ha acogido uno de los festivales más innovadores en esta nueva apuesta por el diálogo interdisciplinario en el campo del agua. El llamado w a t er s p a c e, con los espacios premeditados, ha sido la segunda edición del encuentro organizado con el apoyo de NEWAVE, red de investigación acogida por la Universidad Libre de Ámsterdam que propone una apertura al debate sobre la gobernanza del agua. También fueron socios la FNCA (Fundación Nueva Cultura del Agua) y contó con el apoyo de MITMA (Ministería de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de la Generalidad de Cataluña) y la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura. El evento de este año buscaba explorar los compromisos artísticos, las interacciones científicas y las interfaces políticas con el agua que dan forma a nuestro mundo socio-hidrológico, mediante la interacción interdisciplinaria de artistas, diseñadores, arquitectos, activistas y científicos. Por eso, contó con participantes como Toni Gironès (arquitecto), Joan Martínez Alier (UAB), Julia Martínez (FNCA), Jampel Dell’Angelo (principal investigador de NEWAVE) o Benedetta Tagliabue (Fundació Enric Miralles).
'El agua es vida', dicen muchas, pero ¿qué vida nos proporciona el agua? ¿Y de qué forma nos relacionamos, como sociedad, con este recurso vital?
Pero la joya de la corona, más allá de la preciosa sala en la que se llevaron a cabo las jornadas, fue la exposición de fotografías a cargo del fotógrafo e investigador Javier Rodríguez Ros y diseñadas y coordinadas por la Fundació Enric Miralles. Bajo el título de "Mares Verdes", el investigador puso de relieve la necesidad de comprender la cuenca del Segura como un paradigma que, lejos de ser un espacio estético llamado "mar verde" pensado estratégicamente para legitimar un proceso de modernización que ha hecho convertirse en el espacio en un lobby agroindustrial que abastece a un mercado internacional de productos hortofrutícolas, debe transitar hacia un cambio de imaginarios donde el regadío no reproduzca los intereses de unos pocos, sino que se presente como un espacio que permita repensar la relación que el agua y la política tienen con el territorio. Así, Rodríguez Ros mencionaba como "el proceso de fotografía generó una contribución a la forma de ver el territorio de una manera crítica y reconocer, a partir de la vista, las infinitas interrelaciones e interdependencias ecosociales que existen en las comunidades de regantes".
Las imágenes y palabras que han fluido en la sala durante esta conferencia ha permitido tanto a sus espectadores como a sus participantes activos poner el ojo sobre algunos de los casos explicados pero también en algunas de las carencias del sistema actual. El arquitecto Carles Enrich definió que "Barcelona necesita pensarse como ciudad desde la perspectiva hidrosocial", y otros participantes, como Toni Gironès, incidieron en la necesidad de "hacer más pedagogía sobre la importancia de los cuatro elementos" en nuestra gobernanza urbana. Pero la persona que puso el punto sobre la y fue María Heras, quien afirmó que, como especie “somos muy malos anticipándonos pero muy buenos adaptándonos”.
Enrich (arquitecto): "Barcelona necesita pensarse como ciudad desde la perspectiva hidrosocial"
La exposición permanecerá abierta al público hasta mediados de mayo, y el trabajo de los investigadores, artistas y arquitectos que participaron se podrá seguir en los canales de ambas entidades. Si bien sólo es un intento de laboratorio de pensamiento, lugares como w a t er s p a c e ofrecen la excusa imprescindible para pensar sobre la necesidad de ensanchar nuestra visión del agua.