La economía catalana crecerá un 2,5% y un 2,4% en 2024 y 2025 (cuatro y dos décimas más de lo previsto en las proyecciones anteriores, respectivamente), debido al dinamismo del turismo y la inversión. Aunque el avance de la economía catalana será más dinámico de lo que se anticipaba hace unos meses, persisten algunos riesgos que podrían influir negativamente sobre la actividad en los trimestres venideros, entre los cuales destacan: las tensiones en el ámbito geopolítico -como el impacto de la política comercial de China en respuesta a las restricciones de la UE respecto a las importaciones de vehículos eléctricos chinos-, el enquistamiento de la inflación subyacente en niveles elevados (especialmente en los servicios) y los tipos de interés elevados durante más tiempo del previsto, que dificultarían la mejora gradual de la inversión. Estas son las conclusiones más destacadas del Informe de Coyuntura Catalana del tercer trimestre de 2024, elaborado por la Cambra de Comerç de Barcelona y el equipo de AQR-Lab de la UB.
El supuesto clave en que se fundamenta este escenario de crecimiento es la moderación gradual de la inflación subyacente en Catalunya y en el conjunto de la zona euro. Esta tendencia permitiría al BCE seguir disminuyendo gradualmente los tipos de interés a lo largo de 2024 y 2025, un hecho que se debería traducir (junto con la ejecución creciente de los fondos NGEU) en una mayor contribución de la inversión en el PIB catalán durante los trimestres venideros.
En este sentido, la inversión ha repuntado con fuerza el primer trimestre de 2024 y de forma generalizada por componentes (inversión productiva y construcción). Este fenómeno sugiere la posibilidad de un cambio en el patrón de crecimiento de la economía catalana a lo largo de 2024 y 2025, más intensivo en inversión (respaldada por los fondos NGEU) y con un menor protagonismo del consumo público. En relación con los fondos NGEU, cabe destacar la aprobación del cuarto paquete de ayudas directas (10.000 millones de euros) y la activación de los créditos del Plan de Recuperación y Resiliencia (30.000 millones de euros).
Una característica que cabe enfatizar del proceso de recuperación postcovid de la economía catalana es la fuerte moderación del déficit comercial en relación con el PIB. Así, el déficit comercial en relación con el PIB catalán ha pasado del 6,6% en promedio entre 2009 y 2019 al 4,2% durante 2020 y 2024. Los productos que explican el grueso de la mejora del saldo comercial son los químicos y los automovilísticos, sectores con un ecosistema empresarial muy consolidado en Catalunya.
Los precios de las exportaciones catalanas han aumentado más intensamente que los de las importaciones
En concreto, en términos nominales, el déficit comercial de Catalunya se ha situado en 2023 en los 9.312 millones de euros, un 48,6% inferior al de 2019. Adicionalmente, cabe destacar que el descenso del déficit comercial también se ha reducido en toneladas (-14,4%) entre 2019 y 2023, por una caída más intensa de las importaciones (-11,0%) que de las exportaciones (-8,7%). Por tanto, los precios de las exportaciones catalanas han aumentado más intensamente que los de las importaciones entre 2019 y 2023, con un diferencial especialmente significativo en el caso de los productos automovilísticos y los químicos.
El turismo, imparable pero con retos estructurales
Los indicadores hasta mayo de 2024 siguen mostrando un fuerte dinamismo en comparación con el año anterior, poniendo de manifiesto la consolidación del turismo como uno de los sectores más importantes de la economía catalana. En concreto, el número de viajeros en hoteles hasta mayo es un 4,6% superior en relación con el mismo período de 2023, con un aumento del gasto medio por turista extranjero (5,1%). Este fenómeno está contribuyendo al incremento de la facturación media por habitación ocupada, que hasta mayo de 2024 se ha situado un 27,8% superior en comparación con 2019.
Un segundo factor positivo que también está impulsando el avance de la facturación hotelera es el aumento relativo de los viajeros en los establecimientos hoteleros de más categoría. En concreto, mientras que el peso de los viajeros en establecimientos hoteleros de cuatro y cinco estrellas de oro se situó en el 54,2% hasta mayo de 2019, este porcentaje ha aumentado hasta el 57,4% en 2024.
El sector turístico tiene que enfrentar importantes retos estructurales, como distribuir a los viajeros de forma más homogénea en todo el territorio catalán
Más allá de las buenas perspectivas a corto plazo, la Cambra señala que el sector turístico tiene que enfrentar importantes retos estructurales, como distribuir a los viajeros de forma más homogénea en todo el territorio catalán y a lo largo del año (potenciando zonas rurales con un elevado interés cultural, gastronómico, etc.) y mejorar la calidad de la oferta (lo que repercutirá en un aumento de la productividad y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores). Finalmente, la entidad asegura que es fundamental mitigar sus externalidades negativas, como la elevada concentración del turismo en áreas muy concretas, un hecho que mejoraría la complicidad de la ciudadanía hacia el sector.
Previsiones al alza
Los factores principales que impulsarán el mayor crecimiento económico en Catalunya en los próximos trimestres son el fuerte dinamismo del turismo y la recuperación más intensa de lo previsto de la inversión, gracias a la mejora de las perspectivas empresariales en un contexto de moderación de los tipos de interés y al despliegue creciente de los fondos NGEU.
Según las previsiones de la Cambra, la revisión al alza de la actividad también se verá reflejada en un dinamismo más intenso de lo previsto del empleo, con un avance del 2,4% y del 2,2% en 2024 y 2025. Adicionalmente, el aumento de los puestos de trabajo y el previsible incremento de la población activa debería reducir de forma moderada la tasa de paro, que se situaría en el 8,8% en 2025.
El aumento de los puestos de trabajo y el previsible incremento de la población activa debería reducir de forma moderada la tasa de paro
Finalmente, los principales riesgos “a la baja” de este escenario son la elevada persistencia de la inflación de los servicios, que mantendría unos tipos de interés elevados durante más tiempo de lo previsto y el impacto de las tensiones geopolíticas sobre las exportaciones catalanas (respuesta de China a la política comercial de la UE respecto a las importaciones de vehículos eléctricos chinos).