El término confluencia se utiliza a menudo en el ámbito fluvial; es donde se unen dos o más corrientes de agua. Hay muchas y muy famosas como, por ejemplo, la del río Paraná con el río Iguazú en un punto denominado justamente Confluencia y que a la vez lo es de tres Estados: Paraguay, Brasil y Argentina. Sin embargo, podemos aplicarlo también a otros fenómenos en los que podríamos decir que ponemos cosas en común para sumar (incluso multiplicar) de forma fluida. Por eso, no es casualidad que el nombre escogido para el reciente proyecto de alianza-integración en un único grupo de la Fundació Sant Pere Claver y la Fundació Tallers sea precisamente el de Confluencia. Así pues, recogiendo el legado –como el caudal del río– de las dos fundaciones, se estructura esta nueva organización con un propósito compartido de modelo de intervención de enfoque comunitario, con un gobierno único y un modelo de gestión común.
El nuevo grupo dispone de más de 700 profesionales y presta servicio a 35.000 personas cada año, haciendo hincapié en ámbitos variados como el asistencial, el sanitario, el laboral o el de la protección o derechos, lo que lo convierte en un referente del sector, especialmente en el Àrea Metropolitana de Barcelona. El objetivo es ser más grandes para ser mejores, ampliando el impacto social y la calidad de sus servicios. Dicho de otro modo, el objetivo no es ser una organización grande sino una gran organización al servicio de las personas que atiende.
Se trata, pues, de dos organizaciones con larga y prestigiosa trayectoria en la atención a personas en el ámbito de la salud mental y discapacidad intelectual con el fin de mejorar su calidad en todas las dimensiones de la vida: derechos, salud, vivienda, trabajo, vínculos con la comunidad y a lo largo de su ciclo de vida. Dos fundaciones que se encuentran en una buena situación (social, económica y financiera) y que justamente, desde la oportunidad y visión compartida, no desde la necesidad, se proponen comenzar un nuevo proyecto reptador, y a la vez transformador, juntas. La Fundació Sant Pere Claver y la Fundació Tallers se complementan con voluntad de ser un referente y sumar a todos aquellos proyectos que compartan el mismo propósito, trabajar por un modelo centrado en las personas, comunitario y con una vocación clara de servicio público; por lo tanto, de una apuesta franca y decidida por la colaboración píblico-privada.
La confluencia entre la Fundació Sant Pere Claver y la Fundació Tallers es flexible y abre la puerta a la incorporación de otros proyectos que quieran sumar
Para lograr la confluencia, comparten la misma diagnosis de un entorno que pone de manifiesto amenazas y oportunidades que se encaran como un gran reto para darles respuesta. Se encuentran en una situación compleja, en cuanto a la situación de los colectivos que atienden, con recursos insuficientes y unos operadores mercantiles con un marcado perfil competitivo. Para hacer frente a ello, hay que sumar masa crítica y complementación, para desarrollar un modelo propio, invertir, innovar y, en definitiva, tener mejor y mayor impacto en la misión. En esta diagnosis compartida hay que añadir un mismo núcleo estratégico: unos mismos valores y un mismo propósito.
Y si es relevante el qué se hace, lo es más todavía el cómo se está haciendo. Un proyecto de estas características solo se puede hacer desde la confianza, la transparencia y la voluntad de las partes. Liderazgo, constancia, generosidad y empatía, han sido también otros elementos imprescindibles para confluir. Con estas premisas y voluntad han trabajado los líderes del proyecto, especialmente las gerencias y equipos directivos de las dos fundaciones que han tenido la visión y el impulso para salir de la zona de confort y poner los intereses del proyecto por encima de los propios. También los patronatos, que han entendido y compartido que una nueva organización no hace desaparecer ni el legado ni la misión, al contrario, refuerza el proyecto con muchas más garantías.
La receta de confluencia
Operativamente, también es singular la forma que se ha escogido. Las diferentes figuras jurídicas no han desaparecido, las fundaciones preexistentes siguen vivas con una única mesa de patrones y una estructura de gestión y unidad de servicios comunes compartida. No hay recetas únicas, la forma de confluencia desarrollada (que apenas comienza su camino) es flexible y abre la puerta a la incorporación de otros proyectos que quieran sumar y tengan claro que las organizaciones son el instrumento para lograr su propósito y, por lo tanto, hay que adaptarlas y transformarlas cuando las circunstancias lo pidan.
Así pues, la nueva organización resultante de la confluencia quiere acontecer no tan solo una ensambladura oportuna, estratégica y con sentido para ambas fundaciones impulsoras, sino una oportunidad de transformación para el conjunto del sector social y sanitario al servicio de las personas con problemas de salud mental y de discapacidad intelectual. Un sector rico y plural en su diversidad de organizaciones, pero a la vez débil por su excesiva atomización y con dificultades para hacer frente a la entrada creciente de operadores mercantiles y con afán de lucro.
Ha nacido la confluencia de la Fundació Tallers y la Fundació Sant Pere Claver, un río grande y con un muy buen caudal. Una suma de esfuerzos que siempre se puede ensanchar y, si incluye nuevos afluentes, todavía puede ser más relevante para la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad y trastornos mentales. La primera piedra ya está puesta.